Pioneras. La historia jamás contada del Club Natación (Capítulo 2)

Rosario Alfaro, la 1ª; Carmen Ariz podría ser la 2ª; Aurora Roa, la 3ª; Candelaria Martínez de Ubago, la 4ª;  Ana María Poza, 5ª y la 6ª puede ser Fabiola Arriazu. Larraina, Campeonatos, agosto 1935. Fondo Zaragüeta, Museo de Navarra.
Rosario Alfaro, la 1ª; Carmen Ariz podría ser la 2ª; Aurora Roa, la 3ª; Candelaria Martínez de Ubago, la 4ª; Ana María Poza, 5ª y la 6ª puede ser Fabiola Arriazu. Larraina, Campeonatos, agosto 1935. Fondo Zaragüeta, Museo de Navarra.

Por Osasuna Memoria

Pioneras. La historia jamás contada del Club Natación (Capítulo 2)

Aquellas deportistas nadadoras eran muy jóvenes. La más pequeña que aparece en las fotos del Museo de Navarra, Rosario Alfaro, tenía 13 años, y era estudiante. Vivía con su familia en el n.º 24 del Paseo Sarasate. Sus hermanos Javier y Jose María, de 18 y 16 años, participaron con ella en los Campeonatos del Club Natación en agosto de1935. Jose María, además, fue revisor de cuentas de la Junta en 1935. 

Al estallar la guerra detienen al padre, Florencio Alfaro, representante comercial y veterano concejal republicano, muy conocido y apreciado en Pamplona –publicamos un artículo sobre él la víspera del homenaje tributado en 2021 por el Gobierno de Navarra a los represaliados de Osasuna–. Fue vicepresidente del club rojillo y lo mataron arrojándolo al mar en Donostia cuando fue a visitar a su madre enferma. 

Su hijo Javier acudió a las Olimpiadas de Barcelona y la familia conservaba un carnet de nadador del evento. Jose María, por su parte, huyó a Francia con otro hermano, Luis, secretario del Gobernador Civil de Navarra. Provenían de las Juventudes de Izquierda Republicana, participando de la unificación de JSU. Los tres combatieron en el ejército republicano: Luis fue nombrado secretario de Orden Público del Gobierno Vasco, Jose María falleció en 1937 a consecuencia de las heridas de guerra y Javier, como su hermano Luis, se exilió en Francia, pero posteriormente regresó y fue encarcelado.

Aurora Roa Lasa, de 16 años, aparece en la foto con un pañuelo en el pelo, la tercera por la izquierda. Vivía en la calle Eslava nº20 con sus padres, José y Patrocinio, y sus hermanos, y regentaban la Churrería “La Estrella”. Era nadadora del Club, participó en los Campeonatos de 1935 y su nombre aparece en el semanario Trabajadores como una de las deportistas  llamadas a acudir a las Olimpiadas. 

Su padre fue concejal socialista en 1931 y lo fusilaron en Ibero en 1937. Su hermano Pablo murió en el frente luchando por el bando republicano, mientras que a su madre la juzgaron acusada de colaborar con una red de evasión. Otro hermano, Luis, acabó exiliado en Chile tras haber participado en el ejército republicano y pasar por Gurs, donde vivió una durísima experiencia personal. Al igual que ella, sus hermanos eran deportistas, futbolistas del Izarra y del Dena Zuri. Otro hermano, Joaquín, llegó a ser directivo del Club en 1953.

Carmen Ariz Zabala tenía 18 años. Nadadora del Club, participó en los campeonatos de 1934. Era estudiante y vivía en el barrio de Navarrería (Palacio Rozalejo) con sus padres y  siete hermanos. Uno de ellos, Tomás, también deportista y aficionado a los toros, fue un destacado comunista. 

También compañero de piso del vicepresidente y destacado militante del Frente Popular, “Firpo”, a quien asesinaron la misma noche del golpe tras ser detenido en San Adrián junto a Manuel Civicos, otro miembro de la Junta del Club.

Otra de las jóvenes nadadoras era Candelaria Martínez de Ubago. Tenía 14 años y aparece en varias fotografías con el equipo del Club Natación, abrazada a Aurora. Hija de Carmen Ayesa Arizmendi y Luis Martínez de Ubago Oquendo, odontólogo de la Casa Misericordia , nieto del alcalde de Pamplona en 1873. 

Ambos progenitores fueron encarcelados. Según contaba Candelaria –falleció en 2007–, cuando fueron a detener a sus padres, a un carlista se le escapó un tiro y se le cayó la txapela roja. Le dijeron que la recogiera y les espetó: «Yo no recojo esa porquería». 

«Se llevaron a sus padres a la cárcel, y ella y su hermana Carmen se quedaron solicas», añade una de sus hijas. El padre era socio del Centro Vasco y secretario de Unión Republicana. Su abuelo, Eduardo, fue médico forense de la cárcel, socialista y más tarde de Unión Republicana. Los Ubago, toda una saga de políticos liberales, republicanos de izquierdas, socialistas y nacionalistas. Los hermanos de Luis vivieron exiliados en la República Dominicana.

«Mi abuela Carmen estuvo en la cárcel. Recuerdo que mi madre, con 14 años entonces, nos contaba que se iba a patinar cerca de la cárcel y se acercaba a unos ventanucos para intentar ver a sus padres que estaban allí», es el testimonio de su hija Mamen, quien reconoce a su madre en las fotos. 

Dos imágenes icónicas conectan con ella. Sus tíos abuelos, Manuel y José, esculpieron la Estatua de los Fueros que se encuentra ubicada enfrente del Palacio de Navarra. Y uno de sus apellidos, Oquendo, enlaza con el Ché Guevara. Candelaria, por su parte, nos dejó una imagen preciosa en el trampolín, con el Arga a sus pies.

Otras mujeres nadadoras como Pepita Ugarte, Eloya Dorronsoro y Josefina Guerendiain que, junto a otras amigas, se hacían llamar Las Peponas, eran socialistas y su ilusión era nadar, lo hacían en el Club. Josefina contaba que una vez partió el trampolín y cómo, en otra ocasión, ganó un bañador en una prueba de velocidad. Era muy amiga de Baldomero Barón Irigaray. Durante en la guerra fue encarcelada.

«Las mujeres son expulsadas del Natación por cosa de la nueva moralidad nacional y no del Larraina, donde nunca las hubo», recordaba Urmeneta. La “señorita Goicoechea”, primera socia en 1935, creemos que es Micaela Goicoechea Guinda, hermana de tres socialistas asesinados nada más comenzar el golpe. 

Aquel 19 de julio, a las mujeres les prohibieron definitivamente el baño y poder formar parte del Club. Sin embargo, hubo quien plantó cara a la ley. Victoria Dolores Zazu Lamas, vecina de la Rotxapea, en plena post-guerra nadaba a escondidas, jugaba a pala o andaba en bici al estilo “normal” y no al de las mujeres. Le confesó a su hijo poco antes de fallecer: «Yo soy republicana».

Uno de los fundadores y posterior presidente del Club, Patxi Fernández Orrio, trabajaba de camarero en el Café Iruña. Él fue testigo directo de las conversaciones de un grupo de matones franquistas, Sada de Mélida entre ellos. Se reunían en dicho establecimiento hostelero para contar sus “hazañas”: a quién habían matado y dónde. 

Gracias al testimonio de Patxi Fernández, algunas familias pudieron obtener más información de la muerte de sus seres queridos e incluso encontrar su paradero. Así, trasladó a los Bengaray que a Ramón lo mataron en El Perdón aunque, cuarenta años más tarde, no recordaba el lugar exacto. 

Sí que señaló la fosa del conocido abogado José Andrés, padre de los nadadores Francisco y José Mari. Defendió al citado Ramón en 1919 por injurias al Rey. Afiliado a Izquierda Republicana, fue asesinado el 3 de agosto de 1936 y sepultado, junto a muchos otros, en una fosa de Lantz. 

Expulsados y exiliados del río

Francisco Andrés Itúrbide era vecino de la Estafeta y fue uno de los fundadores del Club, tesorero y, más tarde, vicepresidente en varias Juntas. Campeón navarro de fondo en 1934 y récord de Navarra de 100 metros, participó en la Travesía Internacional del Urumea, además de ser amigo del líder comunista Tomás Ariz. 

Se le citó en 1937 para alistarse al ejército, pero no acudió. Tras la guerra, ingresó en el campo de concentración de Gurs, al ser relacionado con la CNT. En 1946, junto a otros republicanos en el exilio, creó Unión Navarra, organización política de cuya dirección formó parte. Vivió unos años en Polonia y allí fue secretario de la Delegación republicana, nombrado por Manuel Irujo. Posteriormente se trasladó a Venezuela, donde falleció en 1988. 

Otro directivo del Club durante la posguerra, Fermín García Martínez, y su hermano Otilio, también socio, eran hijos de Otilio García Falces, camarero del Bar Dena Ona, militante del PSOE y presidente de la asociación de camareros “La Estrella”, al que asesinaron en Beriain.

Norberto y Francisco Buj Salvatierra residían en Capitán Mangado, número 25, actual calle Nueva. Norberto, en todo caso, reconocía ser de San Lorenzo, «donde los jatorras». Ambos fueron nadadores y el primero, directivo en 1935.

Su padre, Alberto Buj Armendáriz, trabajó en el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco y fue músico militar republicano. Más tarde, formó parte del Consejo Navarro en Bilbao. Tanto su mujer como sus tres hijos fueron detenidos, pasaron varios meses en prisión y reclutados de manera forzosa por el bando golpista, incluso siendo menores. Implicado como estaba en actividades clandestinas, se exilió y, tras la guerra, no dejaron de perseguirlo.

Décadas después, el Club nombró socio de Honor a Francisco, concretamente en 2001. Vivía en Bilbao y no dejó de nadar nunca. En 2002, con más de 80 años, obtuvo el subcampeonato del mundo en Nueva Zelanda y batió cinco récords nacionales en los mundiales.

Francisco Gorraiz Ezcurdia era pintor y vivía en Santo de Andía 7, con su madre y cuatro hermanos. Era directivo del Club en 1935 y considerado por la policía un «peligroso» activista revolucionario. Relacionado con la CNT, un informe del Archivo de Navarra, fechado en 1953, recoge hasta cuatro ingresos en prisión por participar en huelgas obreras y clandestinas durante el período republicano. 

Encarcelado el 9 de agosto de 1936, salió el 2 de enero de 1937 y huyó a la zona republicana. Participó en la guerra y, tras la misma, estuvo en un campo de concentración en Francia y en el exilio. Al regresar a casa, lo encarcelaron, quedando en libertad el 23 de marzo de 1942.

Benedicto Ochoa Marticorena residía en la calle Campana con su familia. Fue socio del Club y nombrado directivo en 1954. Su hijo conserva una bonita foto de la época de novios con su madre Guadalupe en el primer edificio de la entidad deportiva. 

Comunista y afiliado a UGT, huyó a Francia y, de allí, cruzó a Catalunya para combatir en las filas del ejército republicano. Tras la derrota, estuvo en Gurs, regresando en 1941, lo que no le libró de pasar unos meses en el campo de concentración de Miranda de Ebro. Su hijo, Carlos, fue nadador en la década de los 60 del siglo pasado.

En el informe policial de Benedicto se mezclan datos suyos con los de su hermano Jacinto, quien fue detenido en casa de Bengaray y uno de los 800 presos que se fugó del cuartel de San Cristóbal, aunque posteriormente resultaría apresado. 

En 1944 volvió a escaparse con su compañero Felipe Zelai –ambos comunistas–, logrando huir a Francia. Regresó formando parte del maquis y, de nuevo, fue detenido. En total, pasó 27 años en prisión, la más larga condena con el dictador en el poder.

Isidro Sarasate Arraiza fue un “topo” y protagonizó una curiosa historia que dimos a conocer este pasado julio. Se refugió en la Chimenea del Molino que formaba parte de la Empresa El Irati, donde vivía y trabajaba junto a sus hermanos. 

De la CNT, al declararse la guerra, se escondió junto a su hermano José, portero, vigilante y encargado del mantenimiento del Club, valiéndose de un paso oculto que había en las escaleras de la casa. Este último resultó detenido, pero cuando iba a ser fusilado salvó la vida por intervención de un anónimo.

Su hermana, Benigna, se declaró comunista toda su vida y fue encarcelada por no delatar a Isidro, quien finalmente huyó a la zona republicana y combatió con las milicias anarquistas en Aragón. Pasó después a Francia, donde estuvo en dos campos de concentración, regresando a casa hacia 1951.

José Arlegui Sendoa participó en los campeonatos de natación de 1933, donde se clasificó en tercera posición. Vivía en la calle Jarauta con dos hermanas y el marido de una de ellas, además de una sobrina. Pertenecía a la UGT, de ahí que huyese a la zona republicana. Después de la guerra, estuvo internado en el campo de concentración de Gurs y permaneció exiliado durante una temporada.

Julio Martínez Peña era nadador del Club en 1935, cuando contaba con 11 años de edad. Residía con sus padres y dos hermanos en la calle del Carmen. Uno de ellos, Ramón, de 17 años, escapó a la zona republicana, para después pasar por un campo de concentración y el exilio.

En la cárcel no hay piscina

Fortunato Velloz Crespán participó en el I. Campeonato de natación, en la modalidad de 400 metros, perteneciendo al Club Vasconia. Jornalero de profesión, vivía en la calle Tejería, 17, en cuyo bajo se ubicaba el local de la CNT. Cuando registraron su nuevo domicilio, (Merced 27), se llevaron tres fotografías, en las que aparecía su mujer, Flora Vallejo, y otras personas con el puño en alto. Flora fue detenida, acusada de izquierdista y encarcelada durante unos meses, teniendo un niño de meses.

José, hermano de Fortunato, fue detenido en el domicilio de Tejería junto a otras cuatro personas envuelto en un tiroteo. Fue una de las personas asesinadas en Valcardera.

José Maraver Boyer era la gran esperanza de la natación navarra, a sus 17 años, según La Voz de Navarra. Vivía en la calle Amaya 6, con sus padres y cuatro hermanos. En 1935 resultó campeón en Zarauz y, junto a Olaz, Huici y Andrés, vencen en relevos a Vizcaya, en Bilbao. Ese mismo año no pudo refrendar su valía en los campeonatos de Larraina de 1935, al no estar en condiciones. 

Su padre, José como él, Secretario de Sala de la Audiencia, y Carmen Boyer, su madre, fueron expedientados durante la guerra y juzgados, acusados de participar en una red de evasión de personas vinculada al Partido Comunista. Separado de este sumario, se les inculpó de haber ayudado a la fuga del Juez Elío. José resultó encarcelado.

Los casos de ingresos en prisión se sucedieron durante la guerra y también después. El nadador Juan José Conde Elía, de 24 años, era carpintero y vivía en la Avenida de Zaragoza con su familia. Encarcelado en agosto, pasó varios meses en prisión. 

Como Felipe Sánchez Martínez, de 28 años, ferroviario, de la Bajada Javier, donde residía con su familia y que compitió en la modalidad de saltos. Fue detenido al inicio del golpe y pasó varios meses prisión. 

Al final de la guerra y en los años posteriores lo fueron, además, el chófer José Álvarez Juanco, de 34 años, que vivía en Paulino Caballero. Había sido nadador en todas las pruebas y lo encarcelaron en enero de 1939.  El tipógrafo Jesús Urdiain Gorriz, vecino de la calle del Carmen y deportista desde muy joven, participó en el 2º Cross infantil por el Aurora y fue nadador del Vasconia. Resultó encarcelado en 1941. Y, finalmente, Manuel Crispín, primer campeón navarro de natación, que entró en prisión ese mismo año.

Otros sufrieron diferentes tipos de represión política. Julio y Fernando Aldaz Galdeano, de 31 y 23 años, respectivamente, compitieron en las modalidades de 60 y 400 metros, el segundo defendiendo los colores del Vasconia. Julio fue cajista y Fernando, peón. Les fueron aplicadas depuraciones y sanciones sociolaborales, hasta ser inhabilitados. Francisco Aramayo, nadador en 1935, sufrió represión económica.

Toda esta lista de personas y las represalias que sufrieron ha sido recopilada, de manera mayoritaria, a través de listas de nadadores de la hemeroteca. Al igual que en el caso de Osasuna, nada sabemos de otras socias y socios –no existen archivos– que no llegarían a competir.

El próximo capítulo, y último, revelaremos la gran incógnita: ¿Quién fue el primer presidente del Club, Xabier De Frutos, y el grupo fundador “Los lobos del Arga”?