La Presidenta Chivite desea que el espíritu de buena vecindad del Tributo de las Tres Vacas sea ejemplo de convivencia

La Presidenta Chivite, en un momento del acto
La Presidenta Chivite, en un momento del acto

Como cada 13 de julio desde hace casi 650 años, los alcaldes de los valles de Roncal y Baretous (Francia) han renovado su acuerdo sobre la Piedra de San Martín, en Isaba

La Presidenta Chivite desea que el espíritu de buena vecindad del Tributo de las Tres Vacas sea ejemplo de convivencia

La Presidenta de Navarra, María Chivite, ha asistido este mediodía en el Collado de Ernaz, en Isaba / Izaba, a la ceremonia del Tributo de las Tres Vacas, el tratado transfronterizo en vigor más antiguo de Europa.

El acuerdo, que data de 1375, puso fin a las disputas de los valles fronterizos de Roncal y Baretous (Alto Bearn-Francia) por el disfrute de los pastos. El tributo, que tiene lugar todos los años el 13 de julio, es la aportación en especie –tres vacas- que los ganaderos del valle de Baretous deben pagar a sus vecinas y vecinos fronterizos de Isaba, Garde, Urzainqui y Uztárroz, todos ellos en el valle de Roncal, por el derecho al disfrute de sus pastos.

La Presidenta Chivite ha recordado que el tributo es una de las fiestas de interés turístico de Navarra, “donde podemos ser testigos de la tradición de estos valles del Pirineo”. “Además -ha continuado-, estamos ante una ceremonia de gran valor simbólico, ya que en él se renueva la paz, las buenas relaciones entre vecinos de uno y otro lado de la muga, que cerraron un acuerdo que aún hoy se continúan cumpliendo”.

Chivite también ha subrayado que este ejemplo “tiene un enorme valor hoy en día. Ahora que volvemos a tener una guerra a las puertas de Europa, un conflicto entre vecinos con terribles consecuencias para la ciudadanía, me gustaría que el espíritu de este tributo, con el que los alcaldes y alcaldesas de los valles sellan la paz venidera, nos sirviera de inspiración”.

Pax avant, paz de ahora en adelante

Las reses que se entregan deben ser sine mácula (sin manchas) y del mismo “astaje, pelaje y dentaje”. Justo antes de la entrega de los animales, los alcaldes de los valles de Roncal y Baretous, ataviados con la indumentaria tradicional de la zona, renuevan el compromiso de paz que puso fin a las disputas.

Este compromiso queda sellado de forma simbólica mediante la colocación de sus manos sobre la Piedra de San Martín, que señala el mojón de la muga nº 262 entre España y Francia, y la expresión pax avant (paz de ahora en adelante) que se repite al unísono en señal de concordia y colaboración.

Se desconoce el origen y la causa del pago. Durante siglos se realizó de forma continuada hasta que en el siglo XIV dejó de llevarse a cabo, lo que provocó numerosos enfrentamientos. Fueron estas contingencias el germen de la sentencia arbitral que, desde 1375, se celebra sin interrupción.

El tratado está basado en la sentencia arbitral de Ansó, después de que las partes buscaran en este municipio aragonés de los Pirineos (que en aquella época pertenecían a un reino diferente a los litigantes) a un mediador para dirimir sus asuntos.

En el año 2011, el Gobierno foral declaró el acto como Bien de Interés Cultural Inmaterial y Fiesta de Interés Turístico de Navarra.