Flamenco On Fire hace vibrar Pamplona con María José Llergo reinando en Baluarte y calles abarrotadas durante el día

Foto: María José Llergo, en Baluarte
Foto: María José Llergo, en Baluarte

Han arrancado los conciertos en los balcones del ayuntamiento y del Hotel La Perla, además de la entrega de galardones “Flamenco On Fire” y el ciclo de cine

Flamenco On Fire hace vibrar Pamplona con María José Llergo reinando en Baluarte y calles abarrotadas durante el día

María José Llergo ha presentado sus credenciales en Pamplona. Baluarte fue testigo de la puesta en escena de su primer trabajo discográfico en solitario, “Sanación”, que le ha llevado a consolidarse como una figura que bebe del flamenco, pero que se adentra con él en otros terrenos.

Su voz, de estilo lírico y altamente emocional, llena de melismas, hizo vibrar el auditorio mostrando algunos de los temas con los que se ha dado a conocer: “Nana del Mediterráneo”, su particular versión de la “Nana del Caballo Grande” y “Pena penita”, entre otras. La joven, que ha colaborado para artistas de la popularidad de Juancho Marqués y grabado para el estudio Colors, como Billie Eilish y otros cantantes de talla internacional, demostró por qué su propuesta merece atención ante un público entregado.

Balcones, cine y galardones

Otros de los protagonistas de la jornada fueron los veteranos Juanito Villar y, de nuevo, el guitarrista Rafael Riquini. El primero, cantaor gaditano que impresionó al mismo Manolo Caracol, se subió a derrochar su arte en el balcón del ayuntamiento de Pamplona junto a Nono Reyes, inaugurando así las mañanas en la casa consistorial frente a un público que buscó todas las sombras para no perdérselo. En 1989 actuó junto a Camarón de la Isla en Pamplona. Desde entonces, no había estado programado en la ciudad este maestro que representa a una generación dorada en el flamenco: la que echó a andar en los 60 y que tuvo en él sonados éxitos, como “Dímelo, dímelo” y “Qué cara más bonita”.

El segundo, Rafael Riqueni, revalidó su éxito desde el Palacio Ezpeleta, que abrió sus puertas para no cerrarlas hasta el próximo domingo. Un recital de casi 90 minutos en el que se impone como el gran concertista de ayer y de hoy que tan solo con su instrumento, hilvanando composiciones como la granaína “Triste luna” y la “Soleá de los llanos”, de su último disco, “Herencia”, con el mítico fandango “Al Niño Miguel”, “Amarguras” y algunos temas de “Parque de María Luisa”, es capaz de mantener la atención de los espectadores que incluso desde fuera del recinto contemplan su efímera obra en directo. Un maestro en plenitud al que la prensa especializada ha reconocido como genio ofreció su discurso más “Íntimo”, que así se tituló su propuesta, ante un aforo que no se recordaba en Ezpeleta dentro del festival: 700 personas.

Por otro lado, el balcón del Hotel La Perla al fin ejerció como recepción para los flamencos después de años sin este escenario. Los asistentes, muy numerosos, vivieron una mañana de calor, sonanta y percusión con el toque de dos de sus paisanos: Javier Ruz et Carlos Urroz, que se ganaron el aplauso de cientos de espectadores, ofreciendo una instantánea que resume el carácter social y patrimonial de Flamenco On Fire, que se disfruta tanto en los teatros como a pie de calle para hacer partícipe a la ciudad y mostrar parte de su historia. El Hotel La Perla, por ejemplo, presume de haber tenido a Ernerst Hemingway y Orson Welles entre sus huéspedes.

Tras este recital tuvo lugar otro de los momentos más significativos de la semana: la entrega de los recién creados galardones “Flamenco On Fire”, cuya pieza es obra del escultor Carlos Ciriza, en Nuevo Casino. Reconociendo su labor en torno a la divulgación y producción más allá de lo puramente artístico, se distinguió el trabajo del fotógrafo argentino Pepe Lamarca, un histórico que realizó algunas de las imágenes más icónicas de Paco de Lucía y Camarón de la Isla; José María Velázquez-Gaztelu, decano del periodismo jondo; y el tablao Corral de la Morería, un motor creativo que continúa su actividad en plenitud después de más de 60 años de oficio. Es, asimismo, el único espacio escénico del mundo que cuenta con una estrella Michelín, como recordó Juan Manuel del Rey en compañía de su madre, Blanca del Rey. El acto estuvo conducido por el joven periodista sevillano Luis Ybarra y contó con una actuación de Carlos de Jacoba, guitarrista y cantaor, como broche de oro. Miguel Morán, fundador del festival; Ricardo Hernández, de la asociación Gazcaló; y Gonzalo Moreno, del Hotel La Perla, entregaron los galardones.

Foto: cedida
Foto: cedida

También este miércoles se ha iniciado el ciclo de cine en Civivox Condestable a las 18 horas. La proyección de “El legado”, un documental de Juanma Suárez sobre la aportación cultural de Manolo Sanlúcar, abre el ciclo que se prolongará los próximos días y que concluirán con mesas redondas con los directores y productores de los largometrajes.