Cierre estelar de Flamenco On Fire con Israel Fernández y Diego del Morao

Foto: Israel Fernández y Diego del Morao
El festival ha vivido una última jornada especial, con dos “sold outs”, la vuelta del ciclo nocturno “Tablao on Fire” después de dos años y la celebración de las últimas actuaciones en patios y balcones

Israel Fernández et Diego del Morao convirtieron anoche a Baluarte en un escenario de la Ópera Flamenca para viajar ante un auditorio emocionado hasta la música jonda de los años 20 y 30

Israel Fernández et Diego del Morao han propuesto un viaje como broche de oro al ciclo de “Grandes conciertos”. Eso han hecho con “Ópera flamenca”: viajar. Todo un auditorio Baluarte al completó los ha acogido para ser partícipes de esta particular mirada hacia la música flamenca de los años 20 y 30. De este modo, han ejecutado piezas de La Niña de los Peines, El Carbonerillo, Cojo de Málaga, Rafael Farina y Pepe Marchena, entre otros maestros de aquella época dorada llena de creatividad que coincidió con la apertura del cante a audiencias más numerosas. Israel Fernández, una figura de enorme proyección que ha traspasado las fronteras del flamenco para convertirse en un artista consolidado en la escena musical española, muestra, además de su amplísimo registro, sensibilidad y conocimiento, sus dotes al piano en una puesta en escena sobria que la crítica ha catalogado como “sublime” en su presentación en otros marcos.

Dos fiestas han acontecido en Escenario S.XXI - Zentral. Y ambas colgaron el cartel de “No hay billetes”: sold out. En primer lugar, la psicodélica, con Derby Motoreta´s Burrito Kachimba como directores de orquesta en un “sold out”. La banda sevillana, que bebe del rock andaluz y anglosajón, el folclore y el flamenco, entre otros géneros, ha implosionado con un público absolutamente entregado ante la radicalidad de su sonido. En segundo lugar, la fiesta tradicional flamenca. Juana La del Pipa, Manuel Parrilla, el joven Purili y Antonio Moya han protagonizado la vuelta, después de dos años, de “Tablao on Fire”, la clausura más íntima del festival. Los asistentes, que no tardaron en arrasar con la taquilla, han experimentado el arte en cercanía con sus intérpretes. Así se han adentrado en la madrugada, pues el concierto dio comienzo a las 00 horas. El regreso de este ciclo nocturno ha resultado todo un descubrimiento para quienes ansiaban coquetear con las esencias del cante y la guitarra en comunión. Con figuras consagradas y promesas, como es el caso del Purili, que parece asegurar el porvenir. La clausura ha sido una fiesta con diferentes talentos.

Juana la del Pipa, en su actuación en el balcón del Ayuntamiento de Pamplona

Calles, balcones y patios llenos

A lo largo del día también se han desarrollado actividades que han hecho vibrar Pamplona a pie de calle para terminar de indagar en la idea que orbita alrededor de esta novena edición de Flamenco On Fire: qué canta el cante. Al balcón del ayuntamiento se ha subido Juana la del Pipa para anunciar su queja mayor de Jerez por la mañana. Lo ha hecho junto a Manuel Parrilla ante una plaza abarrotada para paladear la voz rota de una artista exquisita que en todo el mundo ha cautivado a los aficionados, presos de esta manifestación visceral.

Desde el Hotel La Perla, otra de las novedades que nos traía esta edición, triunfa el cantaor Rafael Jiménez Falo con Claudio Villanueva, luciendo su personal estilo, entre fatigado y Oriental, frente cientos de curiosos. El sol no ha sido ningún impedimento.

Taller de baile flamenco con Torombo

En Palacio Ezpeleta, primero el bailaor Torombo con un taller destinado a los más pequeños y después la utrerana Mari Peña junto a su marido, el guitarrista Antonio Moya, han presumido de ortodoxia, gozando de un aforo que vuelve a ocupar todas las localidades del patio. De nuevo, cientos de personas escuchando en silencio a una cantaora en estado de gracia en los tangos, la soleá, cantiñas y el bulerías.

En Baluarte Lola Flores ha salido a la palestra. La encargada de hacerlo ha sido la investigadora Cristina Cruces, quien ha abordado esta figura en la que lleva varios años inmersa para desgajar su vertiente más desconocida, poniendo el énfasis en la palabra y, sobre todo, el cuerpo de la genial artista jerezana. El cuerpo en movimiento. En Civivox Condestable, finalmente, se ha proyectado el último de los documentales del ciclo de cine que estrenamos este año. “Canto porque tengo que vivir” es una obra sobre Israel Fernández dirigida por Santiago Moga Perpén y producida por Carlos Reverte, quienes han participado en una mesa redonda tras su visionado.

Lola Flores, en el centro de una charla en Baluarte

Una edición especial

Esta jornada cierra la edición en la que el festival se reencontró con su público sin restricciones en los aforos. 60 mujeres gitanas, por ejemplo, vinieron el sábado en dos autobuses gracias a una iniciativa de la Asociación Gazkaló. Una iniciativa que, junto al ayuntamiento de Peralta, el área de Igualdad de Estella y la Fundación Flamenco On Fire, les permitió vivir un día de cante, baile y guitarra fuera de sus entornos rurales. Algunas, que nunca habían estado en los grandes teatros de Pamplona, quedaron encantadas en su encuentro con José Mercé y la “Ranchera flamenca” de María Toledo desde Gayarre.