"¿Gripalizar el problema médico?"
"Desde hace varias semanas asistimos a un aluvión de noticias alarmantes. Es sobrecogedor leer las informaciones sobre la guerra en Ucrania y su repercusión en la economía, las protestas y huelgas de diversos sectores económicos y la aún preocupante pandemia de COVID. Cualquier otra noticia parece menor, como las declaraciones del presidente de la Organización Médica Colegial, en la audiencia concedida por el rey Felipe VI, sobre la preocupación de los médicos por el futuro de la sanidad. Es una preocupación real, amenazadora e inminente, que de no corregirse supondrá la destrucción del sistema sanitario que conocemos.
El hundimiento de la Atención Primaria es un hecho que no puede atribuirse solo a la sobrecarga producida por la pandemia, ya que la falta de inversión y de liderazgo organizativo se arrastran desde hace muchos años. El Foro de Atención Primaria, en un reciente documento, recalca que “perpetuar la ausencia de inversiones, y postergar sin fecha de aplicación los cambios que requiere el modelo actual asistencial, sitúa la Atención Primaria en una posición nunca vivida anteriormente”.
¿Hacen falta médicos? La respuesta es clara, ¡por supuesto que hacen falta! Por eso mientras algunas comunidades autónomas están tomando medidas para intentar captar y retener a los aun disponibles, otras miran al cielo esperando que el gobierno central les pase un nuevo plan, una nueva hoja de ruta o la última ocurrencia surgida del consejo interterritorial que les exima de su responsabilidad gestora. Hace tiempo que las competencias sanitarias están transferidas a las comunidades autónomas, así que ya no vale eso de mirar a Madrid y echarle la culpa de todo.
Contratar a profesionales no médicos para suplir el trabajo de los facultativos ausentes es un error. Buscar médicos en el extranjero que no reúnan las garantías de formación necesarias es un error. Aumentar las plazas de medicina en las universidades sin permitir que todos los egresados puedan acceder a la especialización vía MIR es un error. Presionar a los médicos que quedan para que asuman la sobrecarga generada por los compañeros ausentes, a medio y largo plazo, es un error. No mejorar las condiciones laborales para atraer a nuevos facultativos es un error. Y, en definitiva, mirar hacia otro lado y encogerse de hombros cuando las plazas de medicina, en nuestros hospitales y centros de salud, se van quedando vacías es más que un error, es una negligencia.
Pero parece que esta es la postura elegida por nuestros responsables sanitarios que, entre incumplimientos de acuerdos firmados y promesas de mejoras -hoy convertidas en humo-, van moviendo la cintura, sin asumir compromisos ni poner remedios, camino del final de la legislatura.
Podremos “gripalizar” la COVID, es decir, reducir su importancia e impacto sanitario conforme van mejorando los índices, pero no podemos hacer lo mismo con el problema médico, ya que esta crisis no aminora, al revés, va “in crescendo” y si hoy no protagoniza titulares en los periódicos pronto ocupará espacios a cuatro columnas. La Administración intentará “gripalizar” la falta de médicos, restando importancia a la situación y haciendo creer a los usuarios que es un problema externo, irresoluble, sobrevenido y generalizado y propondrá medidas paliativas que, probablemente, empeorarán aún más el deterioro de la sanidad. Quizás podrán convencer a algunos, pero los médicos de Navarra no seremos cómplices, no podemos mantenernos expectantes ni callados, de modo que continuaremos denunciando estas situaciones.
Por Alberto Pérez Martínez (Secretario General del SMN) y Jesús Soria Aznar (Vicesecretario General del SMN) en nombre de la Ejecutiva del Sindicato Médico de Navarra"
