DIA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL

La autolesión no debe ser interpretada como un indicio de una conducta suicida

Foto: la consejera de Salud con miembros de la Dirección de Hermanas Hospitalarias en Navarra y ponentes de la jornada.
Foto: la consejera de Salud con miembros de la Dirección de Hermanas Hospitalarias en Navarra y ponentes de la jornada.
Esta fue una de las conclusiones de las ‘VIII Jornadas de Seguridad y Gestión del Riesgo en Salud Mental’, que se celebraron ayer miércoles, y que estuvieron organizadas por Hermanas Hospitalarias de Navarra con la colaboración de Janssen y Fundación Navarra para la Excelencia. Un foro en el que también se indicó que “el tratamiento más efectivo para los casos de depresión grave y resistente” es el uso farmacológico combinado con un enfoque psicoterapéutico adecuado a la situación de riesgo. Este jueves continuará el encuentro, en el que participan un centenar de profesionales y especialistas en la atención de personas con enfermedad mental, algunos de fuera de Navarra, con una doble mesa redonda sobre conducta suicida y depresión bipolar
La autolesión no debe ser interpretada como un indicio de una conducta suicida

Más de 350 millones de personas sufren depresión en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 5 % de los adultos a nivel planetario padecen este tipo de enfermedad, y un 25 % lo tendrá en algún momento a lo largo de su vida. Por ello, esta institución espera que la depresión se convierta en uno de los principales desafíos en el campo de la salud a nivel global para el año 2050. 

Ante este escenario, Hermanas Hospitalarias de Navarra, con la colaboración de Janssen y Fundación Navarra para la Excelencia, inició ayer, miércoles, sus ‘VIII Jornadas de Seguridad y Gestión del Riesgo en Salud Mental’, que se extenderán hasta hoy, jueves. Un encuentro que concitó el interés de un centenar de profesionales expertos en diferentes tipos de recursos asistenciales, responsables en la gestión de la salud y especialistas en la atención a personas con enfermedad mental, algunos de fuera de Navarra. Todos ellos se reunieron en el Colegio de Médicos con el objetivo de valorar la repercusión de la depresión, especialmente en sus formas más graves y resistentes al tratamiento, sobre la calidad de vida y la seguridad del paciente. También, para compartir y hacer hincapié en los avances terapéuticos más recientes. 

La directora gerente de Hermanas Hospitalarias de Navarra, Miryam Zabalza, defendió que en el campo de la salud mental “queda mucho por hacer, más aún después de la pandemia”. “Ahí está, sin ir más lejos, el creciente número de bajas en el ámbito empresarial de Navarra”, citó. De ahí su 

llamamiento “a la necesaria colaboración público-privada” para poder afrontar con las máximas garantías las problemáticas que rodean a dicha enfermedad. “Hoy más que nunca hay que poner la salud mental en primera línea de la agenda política, social y empresarial”, añadió.

Zabalza, además, destacó “el trabajo, la experiencia, el conocimiento y la trayectoria” protagonizadas por su entidad. “Nuestra institución ha brindado asistencia psiquiátrica en España en los últimos 132 años y, en el caso de Navarra, atendemos a personas con enfermedad mental grave desde hace más de 80 años en Elizondo; y 70, en Pamplona”, señaló. 

Previamente, la consejera de Salud del Gobierno de Navarra, Santos Induráin, confirmó que la Comunidad foral cuenta con un procedimiento de atención clínica que va a dar respuesta “coordinada, rápida y eficiente” a personas con conducta suicida. “Una herramienta innovadora que permite una mejor identificación y seguimiento del paciente en riesgo desde cualquier ámbito de psiquiatría y psicología clínica”, afirmó. Dicho procedimiento se incluye, asimismo, dentro de las distintas estrategias impulsadas desde el Plan de Salud Mental de Navarra. De él forma parte también el denominado ‘Código Suicido’, un instrumento destinado a realizar un seguimiento y detección precoz de conductas suicidas, también entre la población infanto-juvenil. 

Induráin puso en valor el trabajo que está realizando desde 2014 la Comisión Interinstitucional de coordinación para la prevención y atención de este tipo de conductas. Precisamente, entre sus actividades más recientes, se encuentra la campaña para el diálogo y la sensibilización “Vamos a hablar del suicidio” que, tras recorrer Tudela y Estella, visitará en breve Elizondo, Sangüesa, Tafalla o Pamplona. A esta última llegará en noviembre coincidiendo con la celebración del Día del Superviviente al Suicidio el 21 de dicho mes. 

PROPUESTAS FRENTE A LA DEPRESIÓN 

El encuentro de este miércoles se completó con dos mesas redondas. La primera llevó por título ‘Depresión en la población infantojuvenil’. Aquí, la psiquiatra infanto-juvenil Montserrat Pamias detalló que la depresión “es la cuarta causa de muerte entre niños y adolescentes”. Y que se trata de una enfermedad igual de frecuente en niños y niñas “aunque a partir de la pubertad es más frecuente en mujeres”. En ese sentido, advirtió de que “la depresión no tratada en la infancia y la adolescencia se relaciona con un mayor fracaso escolar y laboral y, sobre todo, incrementa el riesgo de suicidio”. 

Por su parte, el psiquiatra infanto-juvenil Pedro Manuel Ruiz señaló que una de las mejores estrategias en el tratamiento de la depresión “es enseñar a los más pequeños a vivir y gestionar las emociones negativas”. “El malestar forma parte de la vida del niño y del adolescente”, dijo. A tal fin, demandó a los padres que se involucren en la aplicación de buenas prácticas. “Alfabetizarlos en el uso razonable de las pantallas o enseñarles a tolerar la frustración desde el principio son dos buenas vías en la prevención”, indicó. Igualmente, reclamó la presencia de enfermeros en colegios e institutos, como ya sucede en Francia o Suiza, para que faciliten la evaluación de las autolesiones. Este tipo de episodios, cada vez más frecuentes en este sector poblacional, “no debe ser interpretado, en la mayoría de los casos, como un indicio de una futura conducta suicida”, opinó. 

En cuanto a la segunda mesa redonda, el psiquiatra Patricio Molero defendió el uso farmacológico combinado con un enfoque psicoterapéutico adecuado a la situación de riesgo como “el tratamiento más efectivo para los casos de depresión grave y resistente”. Alertó, a este respecto, que la depresión de carácter psicológico está “infradiagnosticada”. Por este motivo, reclamó un “seguimiento estrecho” en el control que se pueda efectuar del riesgo de suicidio. 

Durante su intervención, Molero apostó por “las nuevas opciones” que ofrece el uso de medicamentos como la ketamina y la esketamina “para el manejo rápido” de situaciones de suicidio inminente. Un argumento que fue respaldado por la pisquiatra Arantza Madrazo. “El objetivo debe ser la recuperación completa del paciente. Necesitamos tratamientos con mejores tasas de remisión y, para ello, el futuro inmediato es la esketamina”, sentenció. 

JUEVES 

Las VIII Jornadas de Seguridad y Gestión del Riesgo en Salud Mental se completan este jueves con una sesión que será inaugurada por la consejera de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, Carmen Maeztu. 

Posteriormente, los psiquiatras Isabel Irigoyen y Ana de Santiago debatirán sobre la conducta suicida mientras que sus compañeros Ana González-Pinto y José Manuel Montes centrarán sus intervenciones en la depresión bipolar. 

SOBRE HERMANAS HOSPITALARIAS DE NAVARRA 

Las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús es una institución que está presente en Navarra desde el año 1904. En ese mismo año se hicieron cargo de la asistencia de mujeres en el Hospital Psiquiátrico San Francisco Javier de Pamplona, tras la firma de un contrato con la Diputación de Navarra para la asistencia de enfermos mentales. 

Posteriormente, en 1950, fundaron la Clínica Nuestra Señora del Camino, precursora de la actual Clínica Psiquiátrica Padre Menni de Pamplona, nombre que adoptó en 1995. Por su parte, el Centro Hospitalario Benito Menni de Elizondo se fundó en 1938 bajo el nombre de Clínica Nuestra Señora del Pilar. El cambio de nombre al actual tuvo lugar en 1997. En la actualidad, en ambos centros trabajan un total de 285 profesionales que cuidan y atienden a un número aproximado de 365  personas usuarias.