El busto de bronce de Julián Gayarre regresa al Teatro pamplonés al que le da nombre, tras 80 años de vicisitudes

El alcalde de Pamplona y la consejera de Cultura, así como ediles del consistorio pamplonés, junto al busto de Julián Gayarre
El alcalde de Pamplona y la consejera de Cultura, así como ediles del consistorio pamplonés, junto al busto de Julián Gayarre
Desde los años 60 la pieza se encontraba en el Palacio de Navarra.
El busto de bronce de Julián Gayarre regresa al Teatro pamplonés al que le da nombre, tras 80 años de vicisitudes

El Ayuntamiento de Pamplona cierra un ciclo de 80 años con la colocación del busto del tenor Julian Gayarre en una de las hornacinas del patio de butacas del teatro que lleva su nombre. Una decisión que se materializa hoy, aunque fue tomada en los años 40 por los regidores municipales de entonces. El busto es una obra de finales del siglo XIX del escultor valenciano Mariano Benlliure, considerado como el último gran maestro del Realismo decimonónico. Desde los años 60 la pieza se encontraba en el Palacio de Navarra. Hace unos años, la investigación iniciada por un ciudadano, Javier Osés Sola, advirtió de que la escultura que custodiaba el Gobierno de Navarra en el palacio era realmente el busto propiedad del Ayuntamiento de Pamplona extraviado en esa misma época. A partir de este momento, una indagación conjunta de ambas instituciones clarificó su procedencia y la pieza regresó a dependencias municipales a finales de 2022.

Junto con el busto del compositor Julian Gayarre, el Ayuntamiento también ha trasladado al teatro un busto del violinista y compositor pamplonés Pablo Sarasate realizado por el mismo escultor y que hasta ahora podía contemplarse en la Sala Museo que alberga el legado del músico en el Palacio del Condestable. Las piezas artísticas han quedado colocadas simétricamente en dos hornacinas de las paredes laterales del patio de butacas, en clara conexión expositiva. Para su colocación han sido diseñadas y fabricadas dos peanas que siguen el estilo artístico presente en el patio de butacas y se han instalado en estos espacios sendas vitrinas con cristal de seguridad para proteger los bustos. Esta mañana el alcalde de Pamplona Enrique Maya y la consejera de Cultura y Deporte del Gobierno de Navarra, Rebeca Esnaola, además de otros miembros de la Corporación municipal, han participado en un acto formal por la colocación de ambas piezas artísticas en un espacio por el que cada año pasan más de 80.000 personas.

De hecho, en este inmueble que es bien patrimonial del Consistorio, en el momento que se trasladó a su actual ubicación en 1932, sobre la caja escénica se instaló un bajorrelieve de gran tamaño en la que figuraban retratos de cuatro artistas: Pablo Sarasate, Julian Gayarre, Hilarión Eslava y Emilio Arrieta, como homenaje de la ciudad a los músicos navarros más ilustres en ese momento. Ese elemento ornamental desapareció junto con el resto de la decoración modernista en el incendio del teatro en el año 1968.

Otra prueba de la proximidad de la ciudad con ambos músicos fue el hecho de que Pamplona encargara en 1883 sus retratos, además del de Hilarión Eslava a Salustiano Asenjo, entonces director de la escuela de Bellas Artes de Valencia. Los dos primeros son hoy parte del programa pictórico del Salón de Recepciones de la Casa Consistorial.

Busto de Julián Gayarre
Busto de Julián Gayarre

El busto de Julian Gayarre

Obra de Mariano Benlliure Gil (Valencia 1862- Madrid 1947) el busto es un trabajo escultórico, de bulto redondo, realizada en bronce en 1890. La obra de gran realismo, presenta al tenor navarro con bigote y una pequeña barba, vestido con traje de época y mirada penetrante. En su base tiene, también realizada en bronce y como parte de la escultura, unos pentagramas de la partitura de la ópera “La favorita”. En el lado derecho presenta un laurel y sobre el hombro aparece inscrita la firma de la fundición italiana, A. Creszensi Fuse. Las dimensiones de esta escultura son 59 x 38 x 26,3 cm. Su estilo se caracteriza por un naturalismo detallista y minucioso con cargas de un impresionismo espontáneo de ágil modelado.

La relación entre escultor y modelo, fue intensa y de amistad. Julian Gayarre en sus viajes a Roma para preparar los papeles que debía interpretar tomo contacto con la colonia española desplazada a la capital italiana, entre cuyos miembros había varios artistas españoles becados en la Casa de España en Roma. Pese a sepárales dos décadas, Julián Gayarre y Mariano Benlliure –veinte años más joven que el músico- creció una gran amistad.

En 1882, con ocasión al encuentro entre Gayarre y Sarasate en Roma los compatriotas residentes les organizaron una gran cena de homenaje en la que se les regaló dos álbumes-homenaje integrados por pinturas, dibujos o partituras de su autoría, álbumes que se conservan en el Museo Julián Gayarre, en Roncal, la misma localidad donde se encuentra el mausoleo en el que fue sepultado y en el Archivo Municipal de Pamplona (AMP), respectivamente. Estos días ambos originales se están exponiendo en el Museo de la Historia de Madrid en una exposición monográfica dedicada al pintor Francisco Pradilla.

El tenor roncalés viajó a Roma por última vez en el verano de 1889 y pasó unos días con “Marianito”, como llamaba a su amigo escultor. Fue entonces cuando Benlliure realizó el busto en arcilla que posteriormente sería fundido en bronce un año más tarde. Entre 1892 y 1925 (de forma intermitente) la pieza estuvo colocada en el vestíbulo del Teatro Real de Madrid. Tras el cierre de este espacio escénico, el escultor recuperó el busto y lo regaló a los sobrinos y herederos del músico -Fernando y María Herrero Gayarre- quienes, a través del escultor Fructuoso Orduna, lo donaron al Consistorio en 1944. El 8 de noviembre de ese mismo año los regidores acordaron su instalación en el Teatro Gayarre, acto que nunca llegó a materializarse, incorporándose la pieza desde entonces y hasta su extravío en el legado Pablo Sarasate. Tras diferentes vicisitudes, casi ocho décadas después y gracias a la colaboración con la Fundación Teatro Gayarre, la ciudadanía de Pamplona podrá apreciarlo de cerca en el mismo edificio que, como homenaje, lleva su nombre.