Una pasión a 637 km: la historia de Beto, un rojillo de Elda sin sangre navarra

Beto, junto a una amiga, fue el unico aficionado rojillo en el estadio del Eldense en 2023 para ver jugar a Osasuna Promesas
Beto, junto a una amiga, fue el unico aficionado rojillo en el estadio del Eldense en 2023 para ver jugar a Osasuna Promesas
Este rojillo de 25 años visitará por primera vez El Sadar para el partido de Copa de este miércoles, y nos cuenta una historia de osasunismo por los cuatros costados que surgió totalmente por azar
Una pasión a 637 km: la historia de Beto, un rojillo de Elda sin sangre navarra

“Cuando Osasuna se salvó en Sabadell salí a la calle a gritar como un loco”, “tengo en mi cuarto 112 escudos de Osasuna entre todo tipo de material”, “al tercer partido que vi de Osasuna ya me tatué el escudo”. Las palabras que salen de la boca de Alberto Deltell, más conocido como Beto, rezuman osasunismo por las venas. Un osasunismo que lo lleva viviendo más de 10 años a 637 kilómetros de distancia de Pamplona, concretamente en la ciudad alicantina de Elda.

Este miércoles, Beto junto su padre disfrutarán por primera vez de un partido de Osasuna en El Sadar, un sueño que por fin se ha cumplido y por el que ha recibido el cariño de decenas de osasunistas. Esta es su historia:

Beto era un joven de Elda sin mucha afición por el fútbol, hasta que con 12 años empezó a salir con amigos muy futboleros que veían todos los fines de semana los partidos de Liga. Fruto de esa inercia y que su padre era un hincha acérrimo del Barça, se empezó a aficionar más, sin embargo, no se sentía del todo identificado con el FC Barcelona.

Una historia de pasión que surgió por el azar

Hasta que un día tomó una decisión clave para entender esta historia de pasión. “A partir de ahora mi equipo va a ser el que juegue en casa en el primer bar que pasemos que estén pasando el fútbol”, les dijo un día a sus amigos hace ya 11 años. Dicho y hecho, paseando por la tarde el primer bar al que se asomaron estaban echando un…. Osasuna-Málaga. Ya no había vuelta atrás: Beto iba a ser rojillo.

Beto animando a Osasuna en el Martínez Valero en la temporada 2015-2016
Beto animando a Osasuna en el Martínez Valero en la temporada 2015-2016

Al principio veía algunos partidos, y tuvo que soportar el vacile de sus amigos por la “mala suerte” de que le tocara Osasuna, sin embargo, Beto se mantuvo firme. Empezó a informarse más del equipo, de la ciudad, de la cantera y cada vez que pasaba el tiempo empezó a sentir más atracción.

“Para mí empezó a ser algo prioritario, hasta que pasados dos años Osasuna vino al Carlos Belmonte a jugar contra el Albacete y le pedí ir a mi padre. Cuando vi al equipo de cerca y la pasión y vocación que tenían los aficionados y aficionadas de Osasuna, salí del Belmonte con el alma roja y ya se volvió algo muy fuerte”, señala Beto, que añade que a partir de ese momento no se perdía una rueda de prensa y todas las noches al llegar a casa abría Diario de Navarra o Pamplonaactual para seguir la actualidad rojilla.

En Elda, los vecinos y vecinas empezaron a llamarle directamente ‘Osasuna’ en vez de ‘Beto’, y todos los años se compraba un chándal o camiseta de Osasuna para lucir su pasión en su ciudad. A ese primer partido en Albacete le han seguido 9 más, hasta partidos del Promesas, pero todos en ciudades cercanas como Albacete, Elche o Valencia, pero nunca en El Sadar por motivos de disponibilidad. Además, en todos los partidos a los que ha ido Beto ha sido el primero en recibir el autobús del equipo, y fruto de esa pasión ha convencido a varios amigos para que se hagan simpatizantes rojillos y le acompañen en algún viaje a ver al equipo.

Beto junto a varios amigos en Mestalla en 2017
Beto junto a varios amigos en Mestalla en 2017

Todos los partidos de los últimos 5 años

“Ya tuviera bautizos, fiestas, viajes o algún compromiso no me he perdido ningún partido de Osasuna en los últimos 5 años”, relata Beto. Un compromiso que además llegó en los momentos más difíciles de la historia del club. Este eldense empezó a aficionarse a Osasuna en la temporada 2012/2013, y un año después Osasuna bajó a Segunda, por lo que en los sucesivos años vivió la milagrosa salvación en Sabadell, otro descenso y dos ascensos. “El día de Sabadell vi el partido en casa y salí a la calle chillando con mi bufanda, la gente pensaba que estaba loco”, cuenta Beto, que señala que su cuarto es un templo rojillo con bufandas, camisetas, pósters cromos, etc, una lista de material que suma 112 escudos de Osasuna entre sus 4 paredes.

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Pared del cuarto de Beto decorada con artículos de Osasuna

Además, esa devoción la lleva también en la piel, ya que después de asistir a su tercer partido de Osasuna decidió tatuarse el escudo en la muñeca. “Para mí Osasuna es como un hijo, es una obsesión”, relata Beto, que enfatiza que no tiene nada de sangre navarra.

“Es difícil vivir esta pasión tan lejos porque no podía hablarlo con nadie”, continúa este eldense, que a pesar de ello cuenta orgulloso que “he defendido el escudo aquí a muerte”. Sin embargo, este miércoles, su suerte va a cambiar, y va a poder compartir su pasión con los más de 20.000 rojillos y rojillas que llenarán El Sadar para la semifinal de Copa frente al Athletic.

Beto se tatuó el escudo rojillo después de ver su tercer partido
Beto se tatuó el escudo rojillo después de ver su tercer partido

Un sueño cumplido

“El 17 de marzo es mi cumpleaños, y después de clasificarnos contra el Betis me puse a llorar como un loco”, cuenta Beto, que afirma que durante todos estos años había pedido a su padre poder subir a Pamplona sin éxito, pero que esta vez, le sorprendió mostrándole la reserva de un hotel en Pamplona para el miércoles 1 de marzo. “S me cayó el cielo encima, no me lo podía creer”, señala Beto, que a partir de ese momento empezó su odisea para conseguir dos entradas para el partido. Su petición en Twitter recibió el cariño y el ánimo de muchos seguidores rojillos, sin embargo, no había disponibilidad de entradas y desde el club tampoco podían facilitar ninguna extra debido a la alta demanda. A pesar de tener el hotel reservado, ya se temían lo peor, pero este sábado a la mañana se alinearon los astros, y, tras refrescar la web de Osasuna durante mucho rato y aguantar la lista de espera, ha podido conseguir dos entradas, con el único impedimento de estar separadas.

Las entradas de Beto y su padre están ubicadas en las filas 7 y 3 de Tribuna Sur, por lo que le encantaría poder cambiar su asiento con algún socio o socia y ver el partido con su padre, aunque si no fuera posible dice que “voy disfrutar y me voy a dejar la voz igual”.

Diez años después y con Osasuna en la mente los 365 días del año Beto visitará el Sadar. “Solo entiende mi locura quien comparte mi pasión”, nos dice Beto. Dicho y hecho, el miércoles la compartirá con más de 20.000 rojillos y rojillas que animarán al equipo para empujarle hacia esa final de Copa tan esperada.

Beto de camino al Martínez Valero para ver a Osasuna en 2023
Beto de camino al Martínez Valero para ver a Osasuna en 2023