Osasuna no logra contrarrestar al líder en un partido muy intenso (1-3)

Foto: José Ángel Ayerra
Foto: José Ángel Ayerra
Un gol de Budimir en el minuto 13 del partido, apenas un minuto después del primer gol merengue dio alas a los rojillos que se desinflaron en la segunda parte, pese a dos magníficas paradas de sendos penaltis casi consecutivos del guardameta Sergio Herrera
Osasuna no logra contrarrestar al líder en un partido muy intenso (1-3)

Osasuna luchó con gran energía aunque finalmente no pudo contrarrestar al Real Madrid que se llevó los tres tantos desde El Sadar, y que sentencia prácticamente LaLiga a su favor. Ya lo dijo ayer el míster Arrasate: "Osasuna tenía que volar ante el Madrid si quería tener opciones". Y vaya si las tuvo: el público entregado desde el minuto uno, la entrega del premio al mejor estadio para Osasuna, y ya en el juego un gol de Budimir que empató el partido en el minuto 12 , otro gol anulado por fuera de juego, y dos paradas de sendos penaltis a favor del Madrid que Sergio Herrera bloqueó a Benzema hasta casi desquiciarle. 

Pero un gol al borde del descanso, en el minuto 45, de Marco Asensio y el desgaste por el ritmo del encuentro pasó factura a los rojillos, que se vieron superados con más claridad en la segunda parte, donde se produjo la doble parada en dos penaltis casi consecutivos por parte de Sergio Herrera. 

Osasuna no se arredró, e intentó apretar en los minutos finales para conseguir un empate que visto los penaltis parados parecía ya la mejor opción para sacar al menos un punto. 

Finalmente, una parada del árbitro para pedir que se advirtiera por megafonía que no se arrojaran objetos al campo de juego, la salida de Roberto Torres en los minutos últimos del encuentro, pero el Madrid no perdonó ni en el tiempo de descuento (se había alargado por el incidente de la megafonía) y Lucas Vázquez sentenció el 1-3 en el minuto 96 para los merengues. 

Con todo, nos quedamos con la gran actuación de Sergio Herrera, que el público disfrutó en un día grande para el osasunismo por la entrega del premio al mejor Estadio del Mundo para El Sadar, y la sensación, ya vieja, de que Osasuna cuando no se confía y lo da todo como hoy, pese a perder,  puede luchar por estar muy arriba en la clasificación del campeonato liguero.