Chimy se redime ante la afición rojilla, en un encuentro que quedó empate en la clausura del centenario (1-1)
El plan de Arrasate funcionó casi a la perfección, pese a estar en desventaja por una roja directa para Cote tras un agarrón a un jugador nazarí en el minuto 74.
Osasuna fue superior a un Granada que supo plantarse bien en el campo rojillo, en un día de gala para Osasuna que cerraba los actos del año de su centenario y con el estadio lleno al completo en una noche fría en Pamplona. Los rojillos tuvieron más ocasiones que el conjunto andaluz, aunque se notó la chispa del argentino Chimy Ávila quien fue titular tras el gol de la semana pasada y logró su objetivo de pedir perdón personalmente a la afición rojilla tras marcar su primer gol en un Sadar lleno hasta la bandera.
Y fue casi una fiesta, aunque como siempre en Osasuna, no al completo ya que todo quedó en un empate tras el tanto en las postrimerías del encuentro de los andaluces, de la mano de Montoro. Los nazaríes apretaron en los últimos minutos, aprovechando el cansancio y la ventaja numérica, al contar con un jugador más.
La noche había comenzando con la fiesta en los prolegómenos del partido, con un acto en el que han tenido protagonismo leyendas del club, que han saltado al terreno de juego en compañía de representantes de los equipos del fútbol base, femeninos y Genuine. Todos ellos han llevado los escudos oficiales que ha tenido el club a lo largo de sus cien años de vida.
El acto también ha contado con una actuación en directo de Serafín Zubiri quien ha interpretado ‘La voz de una afición’, el himno del centenario, desde el centro del campo en los instantes previos a que los futbolistas saltaran al terreno del juego.
