Disfruta de la naturaleza en invierno con estas rutas en coche desde Pamplona

El invierno en Navarra ofrece una gran variedad de posibilidades para disfrutar de su naturaleza y de sus lugares de interés, especialmente si se posee un vehículo para moverse con total libertad por la Comunidad Foral. Desde el Pirineo navarro, con las estaciones de esquí de Larra Belagua en el norte hasta las Bardenas en el sur, es posible combinar naturaleza, ocio, historia y gastronomía a muy poca distancia.
Una de las grandes virtudes de Navarra a la hora de recorrerla es la inmejorable ubicación en el centro de su capital, Pamplona, que hace que los viajes a cualquier otro punto de la región no excedan de poco más de una hora. Por lo que en caso de tener un vehículo disponible, y una vez revisado que todo esté en orden para salir a la carretera, especialmente los cristales, algo que podemos hacer en el taller de Carglass de Pamplona, podemos salir de Pamplona como punto de partida.
Nuestro primer destino será el Pirineo navarro. Para los amantes de las montañas, a hora y media desde Pamplona, llegaremos a un paisaje que en buena parte del invierno lo veremos cubierto de nieve y que es el punto de partida del Camino de Santiago, cuya primera etapa es la comprendida entre la localidad francesa de Saint Jean Pied de Port y Roncesvalles. En esta villa, conocida por la derrota que sufrió el emperador Carlomagno a cargo de los vascones, se puede visitar su hermosa colegiata. Otro de los pueblos imperdibles de esta zona es Ochagavía, donde merece la pena caminar por sus calles y disfrutar de las tradicionales casas de piedra blancas al estilo tradicional decoradas con flores.
En caso de disponer de más días y ser un aficionado al esquí, la estación de Larra Belagua ofrece la posibilidad de realizar varias rutas de esquí de fondo y raquetas, y para los que quieran hacer un plan redondo, la tradición marca que hay que calentarse con un buen caldo en la Venta de Juan Pito ubicada en la subida hacia la estación, y si hay sitio reponer fuerzas con cualquiera de sus platos caseros.
Sin abandonar el norte de la Comunidad Foral pero pasando a la vertiente cantábrica, tenemos un paraje natural rodeado de misticismo. Hablamos de las Cuevas de Zugarramurdi, ubicadas en la localidad homónima, donde se puede visitar también el Museo de las Brujas. Es ahí donde la Inquisición quemó a las que denominaba como brujas en 1610, quedando para la posteridad este lugar como “El pueblo de las brujas”. Avanzando un poco más con el coche, podemos visitar otros dos pueblos que merecen la pena como Bera y Elizondo, este último conocido por ser el escenario donde se desarrolla la conocida Trilogía del Baztán de Dolores Redondo, cuya protagonista es la detective Amaia Salazar.
Habiendo cubierto ya el norte de Navarra, y habiendo descansado unos días en Pamplona, que ofrece una gran variedad de planes culturales y turísticos, llega la hora de visitar el sur. La Ribera de Navarra, conocida por la gran calidad de sus verduras, nos ofrece grandes posibilidades gastronómicas para disfrutar de sus platos más típicos. Las alcachofas con jamón o el cardo son algunos platos que no se pueden dejar de probar al visitar esta zona. Pero ya a nivel turístico, son dos las opciones para desplazarte fácilmente con el coche, una a nivel arquitectónico y otra una belleza natural.
La primera parada está de camino hacia la Ribera, y no es otra que el Palacio Real de Olite, hogar de los reyes de Navarra y considerado en el siglo XV como uno de los palacios medievales más lujosos de Europa. Una vez dejado Olite, nuestra última parada está a media hora conduciendo, y es el inhóspito y espectacular paraje de las Bardenas Reales, un desierto con formaciones rocosas cuya singularidad ha hecho que sea plató de cine de películas y series como Juego de Tronos.
Estas son sólo algunas opciones, sin embargo Navarra ofrece en invierno muchas más posibilidades para dejarte llevar por la historia y naturaleza de esta región.