"Ahora queremos vivir más, disfrutar de nuestra gente y nuestras aficiones, y eso sólo es posible con una buena salud auditiva"

José Mª Oyón, audioprotesista y director gerente en Centro Navarro de la Audición
José Mª Oyón, audioprotesista y director gerente en Centro Navarro de la Audición

Como audioprotesista con más de 30 años de experiencia en el sector de la audición, José María Oyón, director de dos gabinetes audiológicos en Navarra que cumplen ahora una década de servicio, ofrece su visión profesional sobre algunos cambios y tendencias en el ámbito de la salud auditiva

"Ahora queremos vivir más, disfrutar de nuestra gente y nuestras aficiones, y eso sólo es posible con una buena salud auditiva"

Parece que, tras años de esfuerzos en concienciar sobre la importancia de la prevención y la atención a la salud auditiva, la pandemia la ha puesto en su lugar.

Se ha producido un efecto rebote muy curioso que tiene mucho sentido. Sabemos que la pandemia ha sido una montaña rusa para todos y que ha puesto el mundo en general, y nuestros micromundos en particular, patas arriba. Durante la parte más cruda de la pandemia hay quienes desatendieron su salud auditiva, no siendo constantes con su tratamiento o no prestando atención a los síntomas. Y ahora tenemos, por una parte, a todas esas personas que acuden con mucha necesidad de ayuda porque han perdido un tiempo muy valioso. Y, por otra parte, otra tipología de personas que es la que enseguida se pone alerta cuando detecta que algo falla en su audición.

¿Y por qué ahora hay más consciencia de la importancia de la detección y el tratamiento a tiempo?

Desde nuestro centro antes teníamos que insistir mucho en la atención temprana, la prevención y la detección precoz para abordar los primeros síntomas. Ahora la gente se cuida más porque quiere estar bien para poder hacer los mil planes que no ha podido o quiere cumplir los sueños que tenía. Necesitan estar sanos para ello y se dan cuenta de que una mala audición les frenaría. Antes eran más relajados y pasaban por alto avisos, o no valoraban adecuadamente lo que se perdían. Ahora tenemos una vitalidad renovada, unas ganas enormes de disfrutar, de tener tiempo y espacio para desarrollar nuestro mundo interior y aficiones, y nos damos cuenta de que tenemos que estar bien para ello. Si nos gusta la música, si queremos ir de cena, si nos encantan las pelis, si nos apasiona la naturaleza, si sentimos el deporte… Incluso si disfrutamos de la paz y el silencio, una buena salud auditiva es imprescindible para cualquier situación de la vida.

¿Y eso a todas las edades?

Sí. Atendemos a más gente joven que nunca. Desde niños pequeños con problemas auditivos de nacimiento o provocados por infecciones u otros problemas de salud, a gente joven o adulta que por su exposición a músicas altas o a ruidos ambientales fuertes tienen ya afectados los oídos. Hay un cambio de mentalidad muy importante sobre cuándo acudir al audiólogo.

Es curioso porque otro problema que abordamos es el de los acúfenos o tinnitus. Esto son pitidos, zumbidos, siseos o ruidos que son muy frecuentes en gente joven que ha trabajado en música o a frecuentado bares y discotecas.

Curiosamente, el hecho de que muchos artistas internacionales los sufran, y que hasta se haya mostrado en películas famosas (como Ha nacido una estrella de Lady Gaga) ha ayudado a normalizar y conocer que la salud auditiva va más allá de la pérdida degenerativa en personas mayores.

¿Hay una relación directa entonces entre la salud auditiva y el bienestar emocional?

Desde luego. Quien conoce a alguien con una pérdida auditiva no tratada adecuadamente (padre, madre, pareja, hijos, amigos…) sabe que le afecta muchísimo, y también a quienes les rodean. A estas personas, su mala capacidad auditiva les “desconecta” de su vida.

Como no oyen bien, no participan en las conversaciones, rehuyen los encuentros sociales, se aíslan y, además, sufren frustración, ansiedad, mal humor… Las personas con acúfenos, por ejemplo, pueden padecer insomnio por el ruido constante en los oídos. Como consecuencia, es terrible su nivel de angustia, irritabilidad o malestar.

Y, todo esto, es sólo la punta del iceberg. En el caso de la pérdida auditiva, tratamos de ser muy didácticos y que la gente comprenda bien los efectos a medio y largo plazo que pueden desencadenarse. El verdadero problema es el deterioro cognitivo que lleva asociado.

Si nuestro cerebro deja de percibir adecuadamente los sonidos habituales, se “des-entrena”. Es nuestra manera de decir que va perdiendo esa capacidad de ejecutar correctamente muchas funciones asociadas a la audición, y los significados de las palabras pasan a ser confusos. Es algo que nos cuesta imaginar o comprender, porque afecta a funciones cerebrales que nos parecen tan básicas y lógicas a quienes gozamos de una buena salud auditiva.

CENTRO NAVARRO DE LA AUDICIÓN
Pamplona. Calle Paulino Caballero, 14 · 948 15 16 76
Tafalla, Plaza de Navarra, 4 · 948 98 74 00
www.centronavarrodelaaudicion.com