Una de las mujeres que acusa a un médico de Zaragoza de abusos sexuales pide más empatía para las víctimas

Un momento de la primera sesión del juicio contra un médico acusado de abusos sexuales. - EUROPA PRESS
Un momento de la primera sesión del juicio contra un médico acusado de abusos sexuales. - EUROPA PRESS
Es una de las dos mujeres que ha declarado este 10 de enero en el juicio que se mantiene contra este facultativo, que reconoció los hechos y llegó a un acuerdo con 30 de las 32 víctimas.
Una de las mujeres que acusa a un médico de Zaragoza de abusos sexuales pide más empatía para las víctimas

Una de los dos mujeres que mantiene la acusación particular contra P.F.G.H., un médico de atención primaria a quien se le considera autor de 26 delitos de abuso sexual consumado y seis en grado de tentativa, ha confiado en que su declaración en la vista oral, que ha finalizado este martes, "sirva para poner en voz de todas las mujeres que no hay que permitir estas cosas porque luego se va agrandado". También ha reclamado "más amor, más empatía y menos abusos".

 

Josefa L. se ha pronunciado así ante la sala del Juzgado de lo Penal número 2 de Zaragoza, donde ha reconocido que le costaba volver a recordar lo ocurrido y que el mes pasado, ante la cercanía del juicio, tuvo un ataque de ansiedad y requirió de asistencia en el Hospital Royo Villanova.

Es una de las dos mujeres que ha declarado este 10 de enero en el juicio que se mantiene contra este facultativo, que comenzó el pasado 20 de diciembre, jornada en la que el encausado reconoció los hechos y llegó a un acuerdo con 30 de las 32 víctimas.

Los hechos que tuvieron lugar entre octubre de 2020 y abril de 2021, cuando ejercía como médico de familia sustituto del Centro de Salud Parque Goya 2 de Zaragoza, perteneciente al Servicio Aragonés de Salud, si bien una de las víctimas es anterior, de mayo de 2020, y los hechos tuvieron lugar en el consultorio médico de la localidad zaragozana de Ricla.

Josefa L. ha dicho que su objetivo era "sanar" y ha pedido una indemnización de 6.000 euros para poder costearse un psiquiatra privado, después que la sanidad pública haya tardado mucho en atenderla.

En su caso, ha indicado que acudió al médico para pedir asistencia psicológica después de que su marido le pidiera el divorcio. "Me vió sensible y me dijo tú lo que necesitas es un abrazo". También le espetó lo siguiente al preguntarle cómo su marido le pedía el divorcio: "Con lo guapa que eres y con las tetas tan bonitas que tienes que tener". Le acarició el pelo y le tocó el pecho sobre la ropa.

Además, le bajó la mascarilla y la besó. Josefa ha reconocido que se sintió violenta, se bloqueó, accedió a salir a fumar con él pensando que era una vía de escape, si bien en vez de bajar en ascensor a la planta calle llegaron al sótano, donde el acusado le comentó: "Tu marido te jode, pero no te jode, yo estoy aquí para lo que necesites, tu me entiendes".

Cuando acabaron de fumar y ya en la entrada del centro de salud, contó a una auxiliar y dos enfermeros lo ocurrido, pero le dijeron que este médico no tenía el perfil que estaba diciendo, por lo que se fue llorando a su casa y al día siguiente se cambió de médico, eligiendo una doctora. Cuando acudió a su consulta y le narró lo sucedido, ésta le respondió: "Estás hablando de un compañero, por favor".

PRIMEROS APOYOS

En una tercera visita al centro de salud, llegó a alterarse porque no la creían y en este proceso contactó por la calle con una mujer perteneciente a la Iglesia de Pentecostés, donde le apoyaron y le acompañaron al centro de salud, seis meses después, con el objetivo de hablar con este médico y conseguir así recuperarse.

Cuando pudo hablar con el médico, le dijo "que llevar una bata blanca no le daba derecho a hacer lo que estaba haciendo", a lo que éste le respondió que las denuncias "no servían para nada".

Ese mismo día, tras irse a casa llorando acompañada de los pastores de la citada iglesia, le llamó por teléfono la Policía Nacional, que le transmitió que creían lo que contaba y un día después, tras ser detenido el facultativo, ella presentó denuncia.

Preguntada por la defensa del acusado, ha contestado que el reconocimiento de los hechos por este hombre "le honra", pero que se lo diga a la cara, que sea tan valiente como las que han denunciando.

Ella ha continuado: "Por favor, no sé nos escucha a las mujeres" y "hay cosas que no podemos dejar pasar". Ha señalado la angustia sufrido por "ver que algo está mal y que no te apoyan".

Ha recordado que en un primer momento no quería denunciar, no quería hacer daño a nadie, sino que reconociesen el daño que le habían hecho, pero cuando vió que había más mujeres abusadas, lo hizo por ellas.

DEMASIADO AFECTIVO

La otra mujer, que ha querido comparecer tras un biombo, ha explicado que conoció a este médico en una primera visita presencial, en la que el facultativo estuvo "demasiado afectivo", y si bien ella había acudido por un problema de espalda, accedió a que le hiciera una exploración mamaria, tras ofrecérselo él asegurando que había sido ginecólogo. Cuando le tocó los pechos, su impresión es que "no estaba buscando ninguna lesión, ni bulto, sino magreando".

"Me sentí cohibida, me quedé paralizada, sin saber qué hacer", ha afirmado. Después, tuvo que requerir asistencia médica en su domicilio porque no se podía mover, donde acudió este facultativo con una enfermero y un practicante, y le pidió que se bajara más el pantalón para poder recibir asistencia, si bien no lo hizo porque el practicante dijo que era suficiente.

En una segunda visita domiciliaria, en presencia del padre de su hija y la abuela, tras pedirle al médico que le mirara la espalda y responderle éste que fuera a una cita presencial, esta mujer decidió cambiar de facultativo.

Ha contado que todo lo ocurrido le ha generado malestar y "desconfianza", falta de apetito y sueño, y ha agravado el hecho de que ya tuviera una depresión, con un intento autolítico.

DIGNIDAD

La letrada del acusado, Claudia Melguizo, ha indicado que éste había reconocido los hechos y había intentado llegar a un acuerdo e indemnizar, algo que ésta rechazó: "Mi dignidad y la de todas las que hemos pasado por esto no es cuestión de mil, 2.000 o 600 euros", ha sostenido.

Durante la sesión de este martes, también han comparecido un médico forense y una psicóloga forense del Instituto de Medicina Legal de Aragón, a petición de este última mujer, quienes han estimado que ya se encontraba en una situación depresiva y éste incidente agravó los síntoma que sufría, si bien respecto al intento autolítico han comentado que las causas son "muy difusas".

ESCRITO DE CALIFICACIÓN

El fiscal ha modificado el escrito de calificación inicial y ha pedido un año de prisión por cada uno de los 26 delitos de abuso sexual y seis meses de prisión por cada uno de los seis en grado de tentativa, así como cinco años de inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier actividad cargo empleo o función relacionada con la Medicina --cuatro por los 26 primeros y uno por los otros seis-- y cuatro años de libertad vigilada --tres por los primeros 26 delitos y uno por los otros seis--.

Por el delito de intrusismo, ha solicitado seis meses de multa, con una cuota diaria de seis euros, es decir, 1.080 euros en total, así como el pago de las costas procesales. Por responsabilidad civil, ha reclamado para cada una de las perjudicadas que no ha comparecido como acusación particular el pago de 700 euros.

En caso de suspensión extraordinaria de la pena de cárcel, ha indicado que puesto que el acusado ha reconocido los hechos y ha indemnizado, no se opone, siempre y cuando se amplíe el periodo de tres a cinco años, realice un curso de sensibilización en materia de educación sexual y realice 250 días de trabajos en beneficios a la comunidad o los sustituya por el pago de una multa de seis euros durante 460 días.

Las acusaciones particulares de las 30 mujeres que han llegado a un acuerdo se ha adherido al escrito de la fiscal, si bien en el caso de suspensión han pedido que los 250 días de trabajos a la comunidad no puedan ser sustituidos por el pago de una multa, mientras que las de las dos mujeres que han continuado con su acusación han mantenido el inicial. Cada una pide tres años de cárcel para el encausado por un delito de abusos sexuales. El juicio ha quedado visto para sentencia.

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