Navarra alcanza por primera vez el 50% de reciclaje de residuos domésticos y comerciales

Asimismo, la Comunidad Foral ha tocado un nuevo techo en la recogida selectiva, pasando del 39% al 43%, según se recoge en el avance de resultado de 2022
Navarra alcanza por primera vez el 50% de reciclaje de residuos domésticos y comerciales

Navarra ha superado por primera vez el techo del 50% de la tasa de preparación para la reutilización y reciclado de todos los residuos domésticos y comerciales recogidos en 2022, que equivale a 138.000 toneladas, y situándose a sólo cinco puntos del objetivo establecido por el Plan de Residuos de Navarra (PRN) y por la Directiva Europea.

Precisamente, con la puesta en marcha del PRN en 2017 se da un gran crecimiento de la tasa de reciclaje, que confirma la evolución positiva en la gestión correcta de estos residuos. Esto se debe a la culminación de la recogida selectiva en el conjunto de las 16 entidades locales que gestionan los residuos en Navarra, con el despliegue total en 2022 de la recogida de la materia orgánica, que alcanza el 100% de la población navarra, tal y como recoge la Ley Foral de Residuos, así como la nueva ley estatal.

Estos son algunos de los datos más destacados que ha presentado en rueda de prensa la consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Itziar Gómez, en torno al avance de resultados del ejercicio 2022 de la gestión de residuos en Navarra, acompañada del jefe de la Sección de Residuos, Raúl Salanueva.

En el año 2022 Navarra generó un volumen de residuos domésticos y comerciales de 275.000 toneladas, a razón de 415 kilos por habitante y año (429 en 2021), lo que supone una reducción del 3% respecto al año anterior en la generación de los residuos domésticos, que fue de 284.109 toneladas. Esto significa que cada ciudadano o ciudadana generó 14 kilos menos que en 2021.

Esta reducción, asimismo, alcanza el 6% respecto al año 2010, año de referencia para evaluar el cumplimiento del objetivo de reducción recogido en la Ley Foral de Residuos y su Fiscalidad de 2018. Prácticamente en todas las entidades locales, que abarcan el 97% de la población de Navarra, se ha experimentado una reducción en la generación de residuos.

Respecto a la preparación para la reutilización, que consiste en el acondicionamiento, limpieza y/o reparación de muebles, ropa y aparatos eléctricos y electrónicos para ofrecerles la oportunidad de un segundo uso y así prevenir la adquisición de artículos nuevos, se destinaron 1.005 toneladas, que supone el 10% de las entradas a tratamiento. Sin embargo, respecto al total de los residuos domésticos generados, representa solo un 0,4%.

Gómez ha valorado muy positivamente estos datos, que “vuelven a situar a Navarra a la cabeza del Estado en la gestión de residuos. Por primera vez hemos alcanzado el difícil objetivo del 50% preparación para la reutilización y reciclado, situándonos a cinco puntos del objetivo previsto para 2025, que es de 55%. Se ha producido un gran avance en este último año, teniendo en cuenta que partíamos de una cifra del 48%. Por tanto, podemos decir que Navarra camina con paso firme en el camino de la transición hacia una economía circular”.

Nuevo techo también en la recogida selectiva de residuos

En cuanto a la recogida selectiva de residuos, en 2022 Navarra volvió a confirmar su tendencia al alza alcanzando un nuevo techo con un 43% del volumen de residuos domésticos y comerciales frente al 39% de 2021. En cifras absolutas, se recogieron separadamente 117.800 toneladas, a razón de 177 kilos por habitante. En este sentido, la consejera ha vuelto a valorar “muy positivamente que se incremente la recogida selectiva sin aumentar la generación total”, tal y como ya sucediera en el ejercicio precedente.

Esto se debe al significativo descenso de la fracción resto en un 11%, cuya consecuencia directa ha sido un incremento de la recogida selectiva de las fracciones de papel-cartón, vidrio, envases, textiles, materia orgánica y residuos peligrosos, hasta alcanzar el citado 43% en 2022, incremento que ha sido más acusado en el ámbito de la Comarca de Pamplona debido a la implantación en las zonas urbanas del sistema electrónico de apertura de contenedores (de materia orgánica y de resto), que según la MCP ha impulsado la recogida de materiales. Se estima que alrededor del 60% de la reducción de la fracción resto se debe a la mejora del resto de recogidas selectivas, y un 40% se atribuye la prevención de residuos. Con estas cifras, Navarra se sitúa ya muy cerca del objetivo del 50% de la recogida selectiva para 2035 establecido por la Ley Foral de Residuos y su Fiscalidad.

Cabe destacar que la recogida de residuos orgánicos se ha incrementado un 14%, pasando de 43 a 49 kilos por habitante en 2022, como consecuencia del despliegue total de la recogida selectiva de materia orgánica en todo el territorio de la Comunidad Foral, lo que ha permitido capturar un 28% de materia orgánica de calidad, frente al 23% el año anterior.

Reducción de vertido

En cuanto a la reducción del vertido de residuos domésticos en dos puntos (del 52% al 50% en 2022), éste se mantiene como el gran reto a alcanzar para los próximos años. Raúl Salanueva ha señalado que “la entrada en funcionamiento de la nueva planta de la MCP permitirá tratar la fracción resto que ahora se deposita directamente en el vertedero y así avanzar decididamente hacia la consecución de los objetivos previstos en la normativa europea”. No obstante, sí se ha reducido notablemente la cantidad de residuos biodegradables vertidos, alcanzando el objetivo del 35%, debido al incremento en la recogida selectiva de la materia orgánica.

Con estas cifras en la mano, Gómez ha reiterado que la Comunidad Foral “sigue liderando la gestión de residuos en cuanto a recogida ciudadana, gracias en buena medida al despliegue de la recogida selectiva en toda la Comunidad Foral, que culminó en 2022”, y ha vuelto a insistir en que “a hay que continuar mejorando y aumentando nuestro nivel de exigencia, particularmente en la recogida selectiva de materia orgánica, así como en la reducción de vertido”.

La consejera ha destacado también el papel de la ciudadanía navarra, “que siempre ha mostrado una especial implicación en torno a la adecuada gestión de los residuos, un compromiso cada vez mayor que se deriva de varios factores, como son una mayor concienciación sobre el cambio climático y el valor de los recursos,  las continuas campañas de comunicación que se desarrollan en el ámbito de las entidades locales y la Administración Foral en materia de sensibilización ciudadana, e incluso el contexto de elevada inflación, que también puede influir, dado que la ciudadanía toma más conciencia y hay un mayor aprovechamiento desechando menos residuos”.