Un colectivo ecologista califica de "paripé" el proceso participativo de la planta de residuos de Imárcoain
La Compañía de las Tres Erres (Reducir, Reutilizar, Reciclar) ha comunicado que no participará en el proceso de participación ciudadana de la Planta de Residuos de Imárcoain, que califica de "paripé" y que denunciará por "la falta de transparencia y "participación ciudadana verdadera" que se ha llevado en todo el proceso"
"Sabemos, porque la MCP y el consejero José Mª Aierdi lo han manifestado, que la decisión de seguir con el proyecto está ya tomada y concedida por Medio Ambiente la Autorización Ambiental Integrada de la Planta de Residuos. Es decir, una tomadura de pelo y una pérdida de tiempo", señalan desde el colectivo ecologista, y añaden que rechazarán la invitación de Nasuvinsa a participar en el proceso participativo.
"El Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, en contra de la Ley, no ha respondido a las Alegaciones presentadas el 5 de marzo de 2021 por la Compañía de las Tres Erres contra la AAI presentada por la MCP. ¿Y ahora pretenden que creamos en “su plan” de participación ciudadana?", señalan desde La Compañía de las Tres Erres, que como colectivo medioambiental se han manifestado en numerosas ocasiones en contra de dicho proyecto, porque según su visión las plantas de Tratamiento Mecánico-Biológico como la proyectada en el Valle de Elorz "son un engaño para aparentar cumplir la Ley que impide enterrar residuos sin tratamiento previo y apañan un carísimo tratamiento que seguro culmina con el vertido o incineración del biosólido final".
Para el colectivo ecologista, no se cumple lo que exigen las Directivas y Leyes estatales y europeas sobre residuos: reducción, reutilización y separación para el reciclaje, compostaje del 100% de la materia orgánica, pago por generación, eficiencia energética y material, tratamiento en proximidad a la generación, autosuficiencia y simplicidad de los tratamientos y participación ciudadana. Además, La Compañía de las Tres Erres señala que la Unión Europea desaconseja estas plantas y las de incineración, solo aceptables en casos extremos, ya que "no encajan ni en la Economía Circular ni en la lucha contra el Cambio Climático".
