Ricardo Feliú: “La Diputación Foral es como el Vaticano, ágora de las élites del poder"

Ricardo Feliú, en el edificio de los Magnolios de la UPNA
Ricardo Feliú, en el edificio de los Magnolios de la UPNA
Ricardo Feliú: “La Diputación Foral es como el Vaticano, ágora de las élites del poder"

 

“El discurso del pactismo en Navarra, que parece tan tradicional, es un invento de hace veinte años”

Pamplona, 17 de noviembre

El entrevistado nos recibe en su despacho de la Universidad Pública de Navarra que comparte con otro compañero del departamento de Sociología. Ricardo Feliu es sociólogo y experto universitario en análisis multivariante por la UNED. Es doctor en Sociología por la Universidad Pública de Navarra. En la actualidad imparte docencia en el departamento de Sociología en la Universidad Pública de Navarra, en la Universidad Nacional a Distancia y en el ESIC (School Business & Marketing). Ha participado en diversos grupos de investigación becados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Ha colaborado con empresas y medios de comunicación como asesor en sociología urbana, sociología política e investigación social aplicada. Ha sido  miembro de la junta directiva del Colegio Oficial de Sociología y Politología de Navarra. Conversamos con Feliú sobre el papel de las élites de poder en Navarra y analizamos su posible evolución futura.

-El asunto central de su tesis doctoral fue muy comentada en su momento, trataba sobre las élites del poder ¿realmente cabe deducir la existencia de unas élites del poder como tal grupo estructurado en Navarra?

-Ricardo Feliú.- En primer lugar conviene realizar una aclaración importante, de carácter conceptual sobre el concepto de élites. Es un concepto que no conlleva una interpretación moral vinculada con el poder sino que es una etiqueta que utilizamos en las ciencias sociales para definir a aquel conjunto de personas que están en una situación de poder en una sociedad. Puede ser que esas posiciones de poder sean de naturaleza económica, política o intelectual, pero esto no es más que una aproximación  descriptiva, no nos dice nada del tiempo de permanencia, si hay rotación o no, o si se configuran como un grupo social con unos elementos más o menos comunes. Quiero decir con esto que en todas las sociedades hay élites;  la diferencia es cuando empezamos a analizar las características que nos permite identificar si existe o no un grupo social que ocupa una posición de poder entre las élites. Porque nos podemos encontrar en una sociedad donde hay élites económicas o intelectuales en donde, entre ellas, no hay ningún tipo de relación (no comparten los mismos valores, no se configuran como un grupo cohesionado); por el contrario hay otras sociedades en donde sí aparece homogeneidad social en sus élites. En el caso concreto de Navarra claro que hay élites. La pregunta es si entre esas élites hay un grupo que tenga elementos de homogeneidad social que nos permitiera hablar de la existencia de una élite de poder.  Esta era la pregunta de mi tesis. Las conclusiones es que sí existe una élite de poder en Navarra, con unas características particulares y diferentes al resto de la sociedad navarra, en el sentido de que sus valores no son los mismos que la mayoría de la población.

-¿Y a qué se puede deber que esas élites de poder tengas unos valores diferentes a la sociedad mayoritaria de la sociedad navarra en la que se insertan?

-Por los procesos de configuración de las mismas élites de poder, eso va a vincular a un grupo de personas con unos valores similares. Hay que partir del hecho de la existencia de un elemento fundamental en el plano político, y es el partido UPN que se convierte en el eje central axial en torno al cual todo gira. Sin embargo y vinculado con este partido,  hay otro  elemento que me parece fundamental que es la institución antiguamente llamada Diputación y actualmente se denomina Gobierno de Navarra. La Diputación Foral en realidad es el gran ágora donde esas diferentes redes de poder se van a encontrar, van a interrelacionarse. El papel histórico de la antigua Diputación en la historia de Navarra es clave para entender este tipo de procesos. Por tanto, si los ejes de las élites del poder político en Navarra vienen marcados por UPN y la Diputación Foral, su configuración viene condicionada por unos valores y unas creencias específicas, así como por el programa que plantea ese programa político. Con esto quiero decir que si en Diputación estuviera otros grupos políticos, la configuración de la élite navarra muy posiblemente fuera diferente. 

-¿Y en cuanto a las élites del poder económico?

-En el ámbito económico es más complejo y sus fuentes de poder son diferentes. Por un lado tenemos al mundo empresarial que en la Comunidad Foral tienen una cultura económica cuasi-paternalista e iniciaron, en su mayoría, su carrera profesional con el franquismo, con un concepto de cultura económica muy tradicional y enraizada en el territorio. Sin embargo, ese sector de las élites de poder económica ha ido perdiendo peso a favor de los altos directivos y de sectores que vienen del mundo de la economía financiera, con una cultura económica diferente. El Caso Caja Navarra representa muy bien este fenómeno porque si uno compara la cultura y la praxis de Caja de Ahorros de Navarra en los años 90, a las formas de hacer y su filosofía de sus directivos durante los últimos años, nos encontramos una gran diferencia. Mientras que los primeros eran de corte localista, paternalista, con vínculos sociales con las élite social de aquellos años, el nacimiento de Caja Navarra tendrá como consecuencia la arribada de sujetos como Enrique Goñi, con un pensamiento a medio camino entre el neoliberalismo y la doctrina de la economía financiera especulativa de aquellos años que llevó a decisiones y a políticas desastrosas. Por ejemplo, recuerdo cómo los directivos de Caja Navarra se van “a venderla “, literalmente,  a Estados Unidos, y para ello se reúnen con auténticos tiburones financieros;  y aquí esas acciones dudosas se legitimaban diciendo que eran una proyección de Caja Navarra hacia la economía mundial.

Sin embargo, pese a lo que pudiéramos pensar, las primeras críticas hacia lo que estaba ocurriendo en Caja Navarra no surgieron de la izquierda sino de una sector de la élite económica tradicional que habían perdido espacio de poder. Ahí están las críticas furibundas de Cervera o de Merino,  de Lorenzo Riezu, que es quien redacta un informe privado a Barcina advirtiendo de la deriva de la Caja. Que se sepa ni Merino ni Riezu son gente de izquierdas, más bien todo lo contrario.

Cuando yo hice la tesis eran los años dorados de Miguel Sanz, todavía había un gran peso de esa élite de poder económico tradicional en Navarra. Sin embargo, eso ha cambiado porque algunos empresarios se han jubilado, no hay renovación, cada vez el espacio de poder para repartir es más pequeño. Se ha pasado del liberalismo a lo navarro, a incorporar discursos abiertamente neoliberales, por lo que hay que señalar que el panorama está cambiando.

-¿Y las élites de poder intelectuales qué peso tienen en la Comunidad Foral?

-Aquí hay que hablar de dos actores que tienen un peso fundamental, no solamente a la hora de crear discursos, legitimidades y valores que son compartidos por la  élite de poder sino también para reafirmalos y presentarlos al resto de la sociedad como si éstos fueran “lo natural” o de sentido común.  Así, el que piensa diferente y todo aquello que se sale de esos valores “naturales”, es considerado una anomalía. Uno de esos actores  es el Diario de Navarra, un medio de comunicación que en su historia no solo se ha preocupado de crear esos discursos sino de recordarlos, no solo a partidos y movimientos sociales de izquierdas o nacionalistas sino sino incluso a los presidentes del Gobierno con auténticas llamadas de atención públicas.

Y luego el otro actor considerado como élite intelectual es la Universidad de Navarra. Sin embargo aquí he de advertir que, a día de hoy, seguimos sin contar con un estudio profundo, que no sea hagiográfico,  sobre la historia de la Universidad de Navarra y su relación con la sociedad navarra. En este punto, hay que recordar que la Universidad de Navarra cuando llega aquí y se instala a final de los años cuarenta y oficialmente en 1952, un importante sector de las élites de la época no la vieron precisamente con buenos ojos, sino más bien como un elemento externo y una amenaza.  En todo caso, la Universidad de Navarra sabe que “su reino no es de este mundo”, y con esto quiero decir que su ámbito de interés no es Navarra ya que su proyección es hacia afuera, por lo que los vínculos que tiene aquí no los considera tan importantes, tan solo como un mero interés instrumental,  en tanto en cuanto su proyección es internacional.

feliú dos-En los últimos meses, sin embargo la impresión es que esta situación está implosionando. Hay un gran debate en UPN, surge el caso Caja Navarra del que ya hemos hablado, incluso los empresarios se mostraron críticos esta semana con los Presupuestos del Gobierno de UPN, algo inédito.

-Sí. Mi trabajo al final era una fotografía de la edad de oro de la elite de poder de navarra. Arranca, aunque no lo tengo cerrado, a partir de la década de los 90; con un año clave que es 1995, cuando el tripartito que falla y se producen diversos movimientos en el ámbito de poder político y económico. A partir de ese momento se observa una cohesión entre diversos actores que, a priori, podrían sorprender por sus orígenes. Por ejemplo, el discurso del pactismo que parece tan tradicional en Navarra se inventa en esa época. Sinceramente, ese discurso del pactismo, esa apelación a los fueros como tradición histórica no sé de dónde proviene y creo que es un interesante tema para futuras investigaciones. En todo caso se convierte en la justificación de esas fotografías entre empresarios y sindicatos que se producen a partir de ese momento. Por otra lado en 1995 nos encontramos con un PSN descabezado. Se trata de una crónica muy interesante, que también necesita de un análisis más detallado, el como a raíz de la caso Otano, se forma una entidad gestora en el PSN y como desde UPN hay una estrategia de ir minando completamente el barco, tendiendo puentes de plata a personalidades del PSN para terminar de hundir el partido.

La situación actual es que, por diversas circunstancias, esa edad de oro de las élites del poder en Navarra ha desaparecido. Implosiona y además de una manera rápida. Quizá una de las claves la encontremos en la figura de la actual presidente, además de las consecuencias de las crisis económica. El sistema político navarro tiene una particularidad, que es un modelo cuasi-presidencialista. La capacidad e influencia que tuvo Miguel Sanz o que tiene ahora Yolanda Barcina es más importante de la que a priori podamos pensar.  Por tanto, la figura de Barcina por su formas de actuar ha acelerado  ciertos conflictos internos larvados en UPN. Tengo que observar sin embargo, que pensar en UPN como un partido estable no es cierto, es otro viejo mito que hay que romper. Sin ir más lejos hay que recordar como en 1985, en el segundo congreso, el enfrentamiento entre Juan Cruz Alli (y Miguel Sanz) con la vieja guardia del partido se resuelve con una escasa ventaja de votos. Por tanto, es normal que UPN como primer partido político tenga sus corrientes, sus enfrentamientos y sus tensiones internas. La clave está en el cómo gestionarlas.

-Ha citado el perfil de Yolanda Barcina, que quizás ha provocado una vuelta de tortilla en las relaciones internas en UPN habituales y en esas luchas entre los tradicionales militantes vocacionales y los nuevos llegados desde puestos directivos o independientes.

- Esta tensión entre políticos vocacionales y tecnocráticos que cita  Usted es muy importante porque es una clave que explica muchos conflictos. Mire, la potestad de nombrar consejeros es del presidente del Gobierno. Miguel Sanz, por ejemplo, pasaba por encima el consejo político de UPN. Esto dará lugar a la aparición en el ejecutivo de figuras ajenas a UPN como Nuria Iturriagagoitia, con un perfil tecnocrático. La cultura política de estas personas parte de una visión de la política como una cuestión técnica, de gestión. El ejemplo más actual es la presencia de personas como Marta Vera en el Gobierno. ¿Qué hace cuando detecta un problema? Pues lo resuelve mediante la contratación de un coach.  Quiero decir con esto, que cuando se habla de que las lógicas propias del pensamiento neoliberal han entrado en la administración pública, una de la vías ha sido esa, el colocar a ciertas personas desde arriba directamente en las consejerías. Y así vemos de repente, que ciertas políticas del Gobierno de Navarra tienen aspectos claramente ultraliberales y neoconservadores.

Barcina no ha hecho otra cosa distinta a la de Miguel Sanz, ha seguido nombrando a personas independientes con un perfil tecnocrático que han entrado “como un tiro” a la política pero que están provocando situaciones muy surrealistas. Así, recomiendo a los lectores que se tomen la molestia de ver las biografías de los consejeros. Se encontrarán con que en el Departamento de Bienestar Social el consejero y los altos directivos viene directamente de la economía financiera. ¿Alguien puede explicarse qué pintan en Bienestar social gentes donde  su experiencia profesional viene de Caja Navarra o de Morgan Stanley?  El problema para Barcina es que en los sectores más tradicionales de UPN esto no les ha hecho nunca ninguna gracia.

-¿Existe aquí un factor personal?

- Miguel Sanz era consciente de sus limitaciones, y es conocida su poca paciencia. Eso tiene su lado bueno, de buscar rodearse siempre de los mejores. En ese proceso Miguel Sanz sabía hasta dónde podía llegar nombrando independientes en el Gobierno. Sin embargo ese “equilibrio”  lo rompe Yolanda Barcina que se considera una persona autosuficente, y a la que hay que reconocerle que es muy inteligente. Sobre la biografía de Barcina hay que recordar que cuando llega al Ayuntamiento de Pamplona empieza a eliminar puestos técnicos en el consistorio y  en su lugar nombra cargos políticos para que no le lleven la contraria. O si ahora nos fijamos en el perfil de los consejeros, con todos los respetos para algunos de ellos a los que les tengo cariño personal, es de un nivel político bajo. Otro ejemplo es la dimisión del consejero Pejenaute. ¿Y por qué nombra Barcina a estas personas? Para que quede claro que es ella la que lleva el timón del barco.  Y esa espíritu autosuficiencia de Barcina provoca problemas dentro y fuera de UPN.

-¿Qué cree que va a pasar en UPN, principal élite de poder político en Navarra según sus tesis?

-El último Congreso de UPN es una victoria política amarga. Lo que tuvo que hacer Barcina para ganar el Congreso de UPN algún día sería importante que se relatara porque 24 horas antes las cosas no estaban tan claras, al final el Congreso se ganó por los pelos.  Ahora, por el contrario, la corriente catalanista no lo tiene claro, no acaba de ver el futuro. Y Alberto Catalán al que le falta, si se me permite,  “el colmillo retorcido de Gurrea” tiene otro problema que no es Barcina, sino los suyos. Hay un debate interno sobre la persona que va a liderar esa oposición interna a Barcina porque Catalán no acaba de decidirse.

Por otro lado, si analizamos la evolución del voto, UPN en las últimas elecciones pierde votos porque sus apoyos tradicionales empiezan a abstenerse.  Hay que recordar que Yolanda Barcina no es una extraterrestre que aparece porqué sí en la Diputación, sino que hay unos votos detrás. El poder político descansa en la legitimidad de los votos y se está abriendo una oportunidad a un cambio de gobierno, por eso la actual élite política empieza a estar algo nerviosa.

-¿Y qué papel juega aquí la aparición de Na-Bai como catalizador o acelerador del cambio?

-Lo cierto es que a la élite del poder político no le da mucho miedo la presencia de Na-Bai e incluso le permite activar el manido discurso “de que vienen los vascos”. Sin embargo, para el sector vasquista ha supuesto un elemento fundamental porque ha aglutinado el voto nacionalista. El mero hecho de coaligarse es importante, no solo por la unión en si misma, sino porque el sistema de reparto     D´Hont premia las coaliciones.

Para las élites de poder los nervios empiezan con la actitud del PSN. Los vínculos UPN-PSN han sido una pieza fundamental del complejo institucional de estos últimos 20 años, pero el hecho de que ahora el PSN diga que no retomará esa época pactista les desconcierta. Esto hay que sumarlo a un CDN que ha desaparecido de la noche a la mañana, y un PP que está haciendo cobrar caro sus posibles apoyos. Con lo cual, y escuchando los discursos del PP, Barcina no puede contar con el PP.  Esto de la alianza natural UPN-PP, no lo veo así como lo cuentan. Y en cuanto al PSN, parece claro que las decisiones tomadas por UPN, le han hecho romper todos los puentes, situación agravada por declaraciones como las de Sergio Sayas. Todo esto ha hecho que UPN esté en una situación muy delicada, porque el hecho de que ahora el PSN cambie de estrategia y cree un espacio de alternancia les desconcierta.

-Sin embargo a UPN le queda el comodín de la llamada. El recurso tan manido de “que vienen los vascos”¿no es así?

-Sí pero ahora la diferencia con respecto a otros momentos de intensificación de ese discurso, es que se están viviendo recortes sociales muy duros que afectan a un gran espectro de la sociedad navarra. Por ejemplo, lo que está ocurriendo con la sanidad navarra, eso llega a toda la sociedad navarra. Por eso, la apelación a que vienen los vascos tiene un tono patético, se percibe como una huída hacia adelante en el discurso, pero que no soluciona los problemas urgentes de la sociedad navarra. Sin embargo, eso no quita que su discurso no vaya a ser ese.  Insisto es que el problema de UPN es evitar que sus votantes tradicionales se abstengan. El verdadero peligro de UPN es que los suyos no les voten y por eso se apela a ese tipo de discursos como cierre de filas.

-¿Y cómo van a reaccionar el resto de élites poder en caso de un cambio real en el poder político?

- El primer cambio afectará a las élites políticas de la administración. Pero también es interesante pensar cómo van a reaccionar el resto si el cambio se produce finalmente. En el caso de la Universidad de Navarra, tengo claro que  no van a plantear un conflicto abierto con las nuevas élites de poder político, no es su estilo. Sin embargo, es esperable que Diario de Navarra plantee un opción beligerante.

-¿Activarán el miedo al cambio?

- Puede, pero el discurso del miedo económico no tiene lugar en el contexto actual. Ya no existe, se la han cargado, una Caja que era una herramienta financiera importantísima que tenía la Diputación. La estructura económica actual sufre una grave herida sobre la cual no se está interviniendo. ¿Que las grandes empresas pueden apelar a posibles deslocalizaciones? Nadie puede pensar que Volkswagen con todas las inversiones y el reciente pacto con los sindicatos va a irse a otro lado. Es evidente que, si hay un cambio, las élites económicas, en sí mismas, no van a ser directamente perjudicadas pero si los espacios de interrelación y contacto con las administraciones.

Aquí la Diputación es un elemento fundamental, es como el Vaticano, en el sentido de que es un gran ente burocrático, que tiene una dinámica y tiempos propios y en donde los procesos internos de luchas entre los departamentos o áreas son muy interesantes desde el punto de vista analítico.

feliú tres-Ha dicho antes que Diputación es como el Vaticano, que tiene vida propia. ¿Esa inercia propia puede dificultar el cambio real?

-El problema es que nos podemos encontrar con un cambio de gobierno, pongamos como ejemplo extremo que entrara Bildu con Izquierda Unida, Geroa Bai, y PSN en la Diputación. Es un ejemplo muy improbable, pero sirva para explicar lo que quiero decir. Al principio se plantearían  medidas rupturistas pero al final, si no hay un cambio también en la administración,   no habrá un verdadero cambio. Esto es, que puede haber un cambio político pero si esto no viene acompañado de un repensar de la Administración Pública, con un modelo más horizontal, más democrático, más meritocratico, que venga guiada exclusivamente por criterios de eficacia, eficiencia, calidad y excelencia, sin olvidar nunca que es un servicio público, no habremos hecho nada.

-Un elemento que ya ha aparecido es el asunto de Caja Navarra.

-El caso de Caja navarra es fascinante. Cuando hice las primeras entrevistas para mi tesis en su momento, descubrí que muchos de los dirigentes tenían una cultura económica muy austera,  un pensamiento casi protestante, de no ostentación. Sin embargo eso cambia con la llegada de Enrique Goñi a Caja Navarra que impone una cultura diferente, de márketing mal entendido porque lo que se vendía de Caja Navarra no era real, era humo.  Aquí reto al lector de la entrevista a que investigue en las hemerotecas cuánto dinero se gastó en imagen Caja Navarra en esos años. Era un despilfarro, porque detrás de todo eso  Viálogos, etc. no había nada, tan sólo estaba la Caja de toda la vida. Es decir que Caja Navarra ha seguido un camino paralelo a la lógica de la especulación global que nos ha conducido a esta situación de crisis. El problema es que  era tan grande la borrachera de poder y gloria en Caja Navarra que arrastró también a la élite política navarra en esa fiesta.

-El caso acabó como acabó, sin embargo, con el sobreseimiento de la causa Caja Navarra y con un comunicado de UPN en el que defienden la honorabilidad de sus miembros en la famosa permanente de la CAN.

- Mire, en este caso, los encausados han cometido uno de los grandes pecados para una sociedad como la navarra en donde perviven valores  tradicionales: el apropiarse de algo que se no se justifica por el trabajo realizado. Por eso insisten mucho en defender el concepto de honorabilidad que coincide mucho con los preceptos cristianos, con los valores que defiende esa élite política y gran parte de su base social. Una vez más, el verdadero pecado es haber traicionado a los suyos con estas conductas.

-Cambiamos de asunto. ¿Considera que hay poderes en la sombra de estas élites de poder? ¿Hay alguien por detrás?

- Es verdad que ahora están muy de moda las teorías de la conspiración, reconozco que me seducen mucho estas ideas, son sugerentes. Pero creo que muchas veces estamos atribuyendo una inteligencia a quien no la tiene. A la gente le  es más fácil pensar que hay cosas extrañas más allá de aceptar que los que están a cargo del barco muchas veces son imbéciles. Desgraciadamente,  la estupidez explica algunas cosas. Cuando uno ve ciertos perfiles, hay mucha gente de lo que podríamos considerar élite económica o política que son directamente un cero a la izquierda.

-Hablando de conspiraciones y de políticos, el Caso Cervera es paradigmático.

-Es un caso apasionante como objeto de estudio. Santiago Cervera desde que era joven es un elemento libre, y ha provocado situaciones divertidas, y otras menos, dentro de su familia política. Ha hecho cosas revolucionarias para la época como, por ejemplo, en su toma de posesión como consejero llevó a sus amigos y colaboradores del departamento. Esa ruptura del protocolo social no fue bien visto dentro de un gran parte del sector más conservador de la sociedad navarra. Otro momento fue la campaña que realizaron las farmacias contra Cervera; había sectores muy conservadores que le plantearon que hasta aquí podemos llegar.

Cervera, pese a todo, tiene una forma de entender la política que ya me gustaría gustaría verla en otros sitios. Vocacional, con un sentido de la ética política que he conocido en muy poca gente. Es una persona que ha tenido que desarrollar una personalidad un tanto egocéntrica para sobrevivir en un entorno tan tradicional. Lo que pasa es que eso le ha hecho meter la pata  con el tema del sobre de la muralla. Creo que ahí le pudo su ego. Y luego Cervera era un verso suelto pero coherente con sus principios liberales, se saltaba la disciplina del partido, llegaba a acuerdos con los socialistas en el Congreso; incluso su salida de la política tras conocerse lo del sobre. Y ahora en la causa está a pecho descubierto, con su propio abogado.

-¿Hacia dónde van las élites de poder en Navarra?

-Los sociólogos somos pésimos cuando nos dedicamos a hacer futurología pero se pueden plantear diferentes escenarios. El más plausible es un escenario agónico de UPN en el poder, donde se vayan desgastando rápidamente. Sobre el resto de élites de poder, la Universidad de Navarra va a seguir estando con su dinámica propia. Lo interesante va a ser el posicionamiento de Diario de Navarra que tiene puesto un ojo en UPN y otro en  el PSN. En “el diario” están empezando a sospechar que la cosa quizá no esté tan clara como antes, por lo que están calibrando la situación. En cuanto a las élites económicas, en estos momentos se debaten entre la jubilación y el desconcierto, y más teniendo en cuenta que las sociedades públicas que actuaban como red de interconexiones con el empresariado se han reducido a unas pocas, por lo que los espacios naturales de interlocución entre las élites de poder económicas y políticas se están reconfigurando.

-¿Va a haber cambio en Navarra?

-Todo está en proceso de cambio, también para las élites de poder que deben resituarse en un nuevo escenario, aunque todavía no se sabe si este será de ruptura o de refundación. Yo apuesto a un escenario de ruptura. El actor clave es el PSN. Es la gran pregunta, y si soy sincero no sé qué va a pasar. Personalmente creo que se tienen que aclarar y actuar en consecuencia. Por último, quiero insistir en que hay que tener que cuenta que la fragmentación de las élites no es mala, más bien al contrario. Las sociedades democráticas son pluralistas, no elitistas; si el poder se fragmenta, se configura un escenario de mayores horizontalidades, nos acerca  a modelos más democráticos.  Por tanto, los tiempos de crisis son también tiempos de oportunidad. Todo va a depender de lo que suceda en el próximo año.  Puede haber un efecto de “Gatopardo” (cambiar todo para que todo siga igual) o realmente una apuesta por una sociedad más democrática en el sentido profundo del término. No solamente en puesta en escena sino en formas de trabajar, etc.