Los hogares navarros tuvieron en 2021 un ingreso medio de 38.267 euros, un 3,2% más que el año anterior

La tasa de riesgo de pobreza se situó en el 21,7% de la población navarra, frente al 22,3% registrado el ejercicio anterior

Los hogares navarros tuvieron en 2021 un ingreso medio de 38.267 euros, un 3,2% más que el año anterior

Los ingresos netos medios anuales de los hogares navarros alcanzaron los 38.267 euros en 2021, lo que supone un incremento del 3,2% respecto al año anterior.

El ingreso neto medio por persona se situó en 14.718 euros y el ingreso neto medio por unidad de consumo en 21.981 euros, mostrando estos indicadores un crecimiento del 4,2% y del 3,8%, respectivamente, con respecto al año anterior, según la Estadística de la Renta de la Población Navarra, elaborada por el Instituto de Estadística de Navarra (Nastat).

Por otra parte, existieron diferencias en la renta anual neta por hogar dependiendo de que el perceptor principal fuera hombre o mujer. Si el perceptor principal era hombre, los hogares tuvieron unos ingresos medios de 41.017 euros, concentrándose en su mayor parte en los estratos de rentas intermedios y altos, mientras que, si era mujer, la renta por hogar se situó en 31.636 euros y se concentró en los estratos bajos; en el estrato de 9.001 a 12.000 euros se situó el 7,9% de estos hogares.

La renta disponible de cada persona estuvo determinada, entre otras variables, por el sexo y la edad. Estas diferencias repercuten también en la renta anual neta media por unidad de consumo, que fue ligeramente superior para los hombres. Además, los valores más elevados correspondieron a personas de 45 y más años.

La tasa de riesgo de pobreza se situó en el 21,7% de la población navarra, frente al 22,3% registrado el año anterior, es decir, se produjo un descenso de seis décimas porcentuales.

Según ha explicado el Nastat, la población en riesgo de pobreza es un indicador relativo que mide desigualdad, no mide pobreza absoluta sino cuántas personas tienen ingresos por debajo del umbral de pobreza en relación al conjunto de la población.

Respecto a 2020, cabe destacar el descenso de esta tasa de un punto porcentual para los hombres con edades comprendidas entre 16 y 29 años y para los hombres entre 45 y 64 años, para las mujeres de esos mismos grupos de edad desciende un punto y 8 décimas porcentuales, respectivamente.

Por edades, la mayor tasa de riesgo de pobreza correspondió a las personas menores de 16 años siendo 8,9 puntos superior a la del conjunto de la población; por sexo se dio una diferencia de 2,6 puntos porcentuales, siendo mayor en las mujeres, y explicándose fundamentalmente porque entre la población de 65 y más años los ingresos medios por pensiones que constituyen la principal fuente de renta en estas edades, son notablemente inferiores entre las mujeres, 11.412 euros frente a los 19.212 euros registrados para los hombres.

El umbral de pobreza con datos económicos relativos a 2021 se situó en 12.060 euros (calculado a partir de la renta neta por unidad de consumo), registrando un aumento con respecto al año anterior, en el que se situó en 11.568 euros. En hogares compuestos por dos adultos y dos menores de 14 años se situó en 25.326 euros.

Según la nacionalidad, el porcentaje de personas por debajo del umbral de riesgo de pobreza era del 16,4% para las de nacionalidad española, del 47,3% para las personas con nacionalidad de la Unión Europea (UE-27) exceptuando España y del 66,6% para las personas cuya nacionalidad no era de un país de la UE-27.

Si se considera el umbral de riesgo de pobreza obtenido en la última Encuesta de Condiciones de Vida llevada a cabo por el INE para el conjunto de España (con datos económicos relativos al año 2020) situado en 9.535 euros, la tasa de pobreza de Navarra desciende al 15%, 6,7 puntos porcentuales inferior a la registrada considerando el umbral de pobreza en la Comunidad foral.

En cuanto a la distribución de los ingresos, el índice de Gini se situó en 31, registrando una disminución de tres décimas porcentuales con respecto al año anterior, indicando un leve descenso en la desigualdad de rentas, y la distribución de la renta S80/S20 se situó en 6,7, registrando un descenso de 3 décimas con respecto al año anterior, es decir, se produjo un ligero descenso entre la renta disponible total del 20% de la población con ingresos más elevados con relación a la del 20% con ingresos más bajos.

En cuanto a la tasa de riesgo de pobreza severa, se calcula de dos formas, considerando como umbrales el 30% y el 40% de la mediana de la renta por unidad de consumo.

Para calcular los quintiles de los ingresos se ordenan todas las personas según la cuantía de los ingresos por unidad de consumo y se dividen después en cinco grupos del mismo tamaño, es decir, con el 20% de las personas en cada grupo.

El primer quintil corresponde al primer grupo de personas, es decir, al 20% con menores ingresos; el segundo, al 20% siguiente, y así sucesivamente hasta llegar al quinto quintil correspondiente al 20% de las personas con mayores ingresos por unidad de consumo.

La distribución de los ingresos según los quintiles se puede desagregar en función de variables como el sexo, la edad, la nacionalidad, el tamaño del hogar, la situación de discapacidad y el nivel de estudios alcanzado.

Atendiendo a la nacionalidad, el 14,9% de las personas con nacionalidad española estaba en el primer quintil, este porcentaje se situó en el 44,1% para los extranjeros de la Unión Europea y en el 63,5% para las personas cuya nacionalidad no era de un país de la Unión Europea.

Por tamaño de hogar, en el primer quintil se situó el 34,5% de las personas que conviven en hogares con cinco miembros o más, mientras que en el quinto quintil ese dato fue del 13,6%.

Por situación de discapacidad, en el primer quintil se situó el 16,7% de las personas con discapacidad, mientras que en el quinto quintil ese dato fue del 18,2%.

Atendiendo al nivel de estudios, el 32,6% de las personas con educación primaria e inferior estaba en el primer quintil, este porcentaje se situó en el 9,3% para las personas con educación superior, la situación contraria se aprecia en el quinto quintil, el 9,6% de las personas con educación primaria e inferior estaba en el quinto quintil, este porcentaje se situó en el 35,4% para las personas con educación superior.