El navarro Javier Goicoa recibe el Premio de las Artes Driehaus por su reconstrucción de la Ermita de Nuestra Sra de las Nieves en Irati

Javier Goicoa recibe el Premio de las Artes Driehaus
Javier Goicoa recibe el Premio de las Artes Driehaus
Goicoa ha sido elegido por su trabajo en la selva de Irati, con la reconstrucción de las cubiertas de la ermita con tablillas de madera de haya, tal como había sido construida originalmente
El navarro Javier Goicoa recibe el Premio de las Artes Driehaus por su reconstrucción de la Ermita de Nuestra Sra de las Nieves en Irati

El Museo de Santa Cruz de Toledo ha sido el escenario de la ceremonia de entrega de los VII Premios de las Artes de la Construcción Richard H. Driehaus, Los galardones están dotados con 50.000 euros y nacieron con una vocación clara, recuperar y dar valor a disciplinas al borde de la extinción debido al abandono de los antiguos oficios sin los que nuestra arquitectura histórica no podría existir. Además, estas formas de edificar tienen gran importancia importancia para la arquitectura actual y la conservación del medio ambiente, ya que trabajan fundamentalmente con materiales naturales, reutilizables, duraderos y poco contaminantes. A su vez, se ha inaugurado la exposición Patrimonio Vivo, la construcción tradicional en siglo XXI.

El primero en recibir la distinción fue Javier Goicoa, natural de Navarra, que agradeció el premio y recordó la importancia de mantener las técnicas de construcción tradicionales vivas. Goicoa ha sido elegido por su trabajo en la selva de Irati, concretamente en la reconstrucción de las cubiertas de la Ermita de la Virgen de las Nieves con tablillas de madera de haya, tal como había sido construida originalmente. Estas cubiertas eran muy comunes en algunas zonas cercanas al Pirineo debido a sus propiedades duraderas y ecológicas.

Además, junto a su compañero, Jesús María Larrañeta, está haciendo una importante labor por evitar que los conocimientos asociados a este oficio se extingan. Este maestro tablillero es uno de los pocos que quedan que conocen la técnica y el oficio y se afana en mantenerlo vivo. Goicoa quiso destacar la “importancia de las técnicas tradicionales para recuperar nuestro patrimonio y de estos premios para reconocer una labor no siempre fácil”.

En la categoría de madera, el maestro de Campo de Criptana, Vicente Casero, ha sido el galardonado por su trabajo en la fabricación y restauración de los molinos de viento tan característicos del paisaje manchego. Casero ha tenido el privilegio de trabajar en los nueve molinos de viento de La Mancha que aún conservan su maquinaria original. Así ha desentrañado estas estructuras y las técnicas y procesos que se emplearon en su construcción.

El sevillano Isidoro Gordillo recogió su galardón por su trabajo en la fabricación de la cal de Morón de la Frontera. Gordillo ha mantenido la tradición de sus antepasados y sigue produciendo la cal de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Este material se ha utilizado durante siglos en edificios y sus muchas cualidades han hecho de la cal de Morón una de las más demandadas y de su producción un patrimonio vivo reconocido por la UNESCO.

En la categoría del metal, el premiado, Abel Portilla, recogió su galardón haciendo hincapié en la necesidad de continuar con este tipo de oficios. Portilla es un maestro fundidor de campanas de Gajano, Cantabria, que lleva más de 5000 campanas y carrillones fundidos de forma artesanal para campanarios de numerosos países. Este cántabro además, se ha embarcado en el proyecto de crear una escuela de fundidores de campanas en Vierna.

La mesa presidencial estuvo formada por la Viceconsejera de Cultura y Deportes de Castilla La Mancha, Ana Muñoz, el Director General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, Isaac Sastre, el Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Toledo, Teo García y el Secretario General del CSCAE, Laureano Matas.

Exposición

Tras la ceremonia se inauguró la exposición Patrimonio Vivo, la construcción tradicional en siglo XXI. La muestra recoge los trabajos de los maestros artesanos premiados y de los ganadores de la beca Donald Gray así como la labor de algunos de los más destacados maestros en los diversos oficios de la construcción, aquellos que con su trabajo contribuyen hoy a dar continuidad a nuestro patrimonio arquitectónico. La exposición permanecerá abierta al público en el Museo de Santa Cruz desde el 2 de junio hasta el 24 de septiembre.