¿Quién se hace cargo de los daños si cae un rayo en mi edificio y sufre desperfectos?

Como se recordará, este martes por la tarde cayó un rayo en un inmueble de Mendillorri.  Ante esto cabe hacerse una pregunta: ¿qué probabilidad hay de que caiga un rayo en mi vivienda? Esta es una pregunta que quizás te hayas hecho alguna vez, sobre todo si vives en una zona con frecuentes tormentas eléctricas. La respuesta no es sencilla, ya que depende de muchos factores, como la ubicación, el tipo de construcción, la altura, la presencia de pararrayos y otros elementos metálicos. Según algunos expertos, la probabilidad media de que caiga un rayo en una casa es de 1 entre 3 millones. Sin embargo, esta cifra puede variar mucho según las circunstancias. Por ejemplo, es mucho más probable que caiga un rayo en una casa aislada en el campo que en una rodeada de edificios más altos. También influye la época del año, siendo el verano la estación con más actividad eléctrica.

¿Qué consecuencias tiene que caiga un rayo en una casa? En el mejor de los casos, solo se producirán daños materiales, como rotura de ventanas, agujeros en el techo o averías en los aparatos eléctricos. En el peor de los casos, puede haber riesgo de incendio, derrumbe o incluso lesiones o muerte para las personas que se encuentren dentro. 

Y si hay daños, ¿quién se hace responsable de los mismos? Según Eduardo Arrieta, mediador de seguros de Confluence Group "el seguro del Hogar y Comunidad debe hacerse cargo de los daños producidos por impacto directo de un rayo y de los daños eléctricos ocasionados".

Según explica, "para ello, debemos tener contratadas las garantías básicas de incendio, explosión y caída del rayo, además de la cobertura de daños eléctricos, todo ello asegurando continente y contenido".

¿Cómo podemos protegernos de los rayos?

Lo más recomendable es contar con un sistema de pararrayos adecuado, que desvíe la corriente eléctrica hacia el suelo sin causar daños. También es importante desconectar los aparatos eléctricos durante las tormentas y evitar el contacto con objetos metálicos o con el agua. Si estamos fuera de casa, debemos buscar refugio en un lugar cerrado y alejarnos de los árboles, los postes y las antenas. Por el mismo motivo, aléjate de las chimeneas. Desconecta los electrodomésticos y dispositivos conectados a la red eléctrica.  Evita usar el teléfono fijo.
No es buen momento para bañarse ni abrir grifos y, por supuesto, no te pongas a lavar los platos.