Catalina de Foix, la última reina de Navarra, protagoniza la conferencia de este miércoles en Condestable

De esta manera se dará a conocer la figura de Catalina I de Navarra que dará nombre a partir de marzo a la avenida del Ejército

Pamplona-Iruña, 11 de diciembre de 2018

Catalina de Foix, la última reina de Navarra y a quien la historiografía la considera mujer de gran talento y energía, protagonizará una conferencia este miércoles, 12 de diciembre. De esta manera se dará a conocer la figura de Catalina I de Navarra, que ocupó el trono navarro entre 1483 y 1517 y que a partir de marzo dará nombre a la avenida del Ejército. La charla tendrá lugar en el Salón de Actos del Palacio del Condestable a las 19 horas con el historiador Aitor Pescador. La entrada es libre.

Bajo el título ‘Catalina I de Navarra. Memoria e identidad’, el ponente hará un recorrido por la vida de ‘Catalina I de Navarra, mujer, madre y reina’ y planteará la dificultad que supone bucear en la intimidad de una mujer del siglo XVI, cuando la historia se redactaba por hombres y para hombres, y rescatar la figura de una reina que siempre quiso volver a Navarra. Recordará que fue la última soberana del reino medieval que se había constituido como un referente de identidad política en el que fuera el viejo solar de los vascones. Explicará que, más allá de los títulos y lo que cuentan las crónicas cortesanas, fue la encargada de defender la independencia de Navarra y transmitir a sus hijos el deseo de recuperar la corona que les había sido arrebatada con violencia. También defenderá en la conferencia que quienes invadieron Navarra pretendieron convertirla en una reina ajena a su reino, extraña, extranjera y que eso queda lejos de la realidad.

La vida de la última reina

Catalina de Foix (1468-1517) parece ser que nació en Bearne, lugar donde también fue acogida en 1512, tras la toma de Pamplona por las tropas castellanas. Hija menor de Gastón de Foix, Príncipe de Viana, y de Magdalena de Francia, hermana de Luis XI, la prematura muerte de su hermano mayor Francisco Febus (1483) la convirtió en reina de Navarra, bajo la tutela de su madre, la cual murió de forma repentina en Pau. Su tío Juan de Foix, segundo en orden de sucesión, amparándose en la Ley Sálica, le disputó el trono entre 1483 a 1492, reanudándose la Guerra Civil de Navarra entre beaumonteses y agramonteses. Al cumplir los 16 años se casó con Juan de Albret (1484), con quien gobernó y marcó su impronta en la vida pamplonesa, fijando su residencia en la ciudad desde 1494, año en el que ambos fueron coronados en la Catedral.

Las negociaciones para casar a su primogénito Enrique, Príncipe de Viana, con una hija de Luis XII de Francia fue uno de los argumentos que esgrimió Fernando el Católico, en plena carrera por el control político y económico-militar de la porción de tierra navarra, para ordenar la entrada del Duque de Alba en Pamplona el 25 de julio de 1512. El 23 de marzo de 1513, tras la ocupación militar del reino, las Cortes de Navarra, reunidas en Pamplona proclamaron a Fernando el Católico ‘Rey de Navarra’. Posteriormente, en 1515, en las Cortes de Burgos, sin presencia de ningún navarro, se incorporó Navarra a la Corona de Castilla.

Los Reyes Juan y Catalina residieron en sus posesiones patrimoniales del Bearne, y desde sus territorios intentaron reconquistar en varias ocasiones el Reino de Navarra, pero no fue posible. Juan III de Albret moría el 17 de junio de 1516 y Catalina el 12 de febrero de 1517. Dispuso ser enterrada en la catedral de Lescar hasta que ella y su marido pudiesen ser trasladados a la catedral de Pamplona, hecho que aún no ha ocurrido.

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