La Policía Nacional ayuda a una peregrina que comenzó con mal pie el camino

En muchas ocasiones el trabajo diario de la Policía consiste en ayudar a los ciudadanos. Desde una sencilla indicación para encontrar el camino correcto a realizar alguna gestión muy  necesaria para sacar de un apuro a alguien. 

Y este es el caso. Lourdes Tomás comenzaba el Camino como otra mucha gente. Una perdida personal le hizo embarcarse en la aventura de recorrer a pie la distancia que separa San Juan de Pie de Puerto de Santiago de Compostela.

Pero el Camino no comenzó como se imaginaba. En el autobús que la llevó desde  Pamplona a San Juan de Pie de Puerto, olvidó su riñonera con toda su documentación, billetes de tren, tarjetas de crédito y dinero en efectivo.

Se encontraba en Francia sin unas pertenencias fundamentales. Y como es lógico a pesar de ponerse en contacto con la agencia de transportes y con la Gendarmería, poco podían hacer para devolverle la riñonera con celeridad.

Ahí entró en juego Mari Sol, responsable del Albergue de peregrinos de Roncesvalles. Lourdes se puso en contacto con ella, en su afán de buscar una posible solución al problema que en ese momento la preocupaba tanto.

Mari Sol siempre solícita y dispuesta a ayudar a “sus peregrinos”, pensó inmediatamente en el Jefe de la Unidad de Extranjería y Fronteras de Varcarlos de Policía Nacional, y se puso en contacto con él.  El Inspector Sánchez Lumbreras como tantas otras veces y demostrando que el término funcionario no implica ceñirse a un horario y a unos cometidos tasados, se puso inmediatamente en contacto con Lourdes.

Viendo su tremenda preocupación, quedó en irla a buscar a San Juan de Pie de Puerto, donde la recogió. Y la acompañó hasta Pamplona, por si finalmente no se hubiera dado con la riñonera, haberla podido hacer  por lo menos la documentación correspondiente. 

Afortunadamente la riñonera estaba en las instalaciones de la Compañía de Autobuses y Lourdes pudo comenzar por fin su camino, no sin antes agradecer enormemente la empatía y profesionalidad del Inspector Lumbreras, que guardará con cariño una anécdota más de sus muchos servicios en la unidad de Varcarlos, puerta de entrada en España de cientos de caminantes.

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