"Navarra es mi patria y España es mi país"

Hace pocos días se celebró en Pamplona el “Aberri Eguna”, el llamado “Día de la Patria Vasca”. Se celebra en Pamplona porque para el movimiento abertzale la capital del viejo reino de Navarra es un pieza fundamental en su ansiada independencia de los territorios que actualmente conforman la Comunidad Foral de Navarra, la Comunidad Autónoma Vasca y los territorios franceses de Labort, Baja Navarra y Sola.

De hecho, Pamplona es para ellos la capital simbólica de esa entidad cultural que ansían convertir en política y administrativa como lo es Euskal Herría. 

Cada año vienen a nuestra comunidad con banderas de otros lugares, para adueñarse de espacios y mensajes que fracturan una sociedad que en su inmensa mayoría se siente Navarra y que quiere seguir siéndolo. Respeto el derecho de Otegi a venir a Pamplona a dar su mitin rupturista, al igual que defendí el derecho de Albert Rivera de dar un mitin en Alsasua. En este caso, o los dos son una provocación, o no lo es ninguno.

En el mitin de Otegi, como navarro, me sentí directamente interpelado al referirse constantemente a Navarra como parte simple de un territorio político inexistente. Y además de eso me parece ofensiva la estrategia de utilización de nuestra tierra para conseguir sus fines.

La independencia de la Comunidad Autónoma Vasca nunca será una opción sin Navarra. Necesitan de la legitimidad histórica de la Comunidad Foral para excusar sus anhelos inexcusables. Quienes eran castellanos (y después vascongados) intentan estratégicamente demoler los cimientos del viejo reino vascón (que no vasco) para saciar su sed de incomprensible ruptura.

En unos tiempos en los que necesitamos estar más unidos que nunca pese a las diferencias, donde cada vez hay más precariedad, más pobreza, más violencia, más problemas de salud mental… la receta de Bildu es la independencia.

En estos momentos en los que las listas de espera en sanidad están por las nubes, en los que hay personas que no pueden pagarse la ortodoncia o las gafas, en los que cada vez más adolescentes necesitan un apoyo psicológico que no pueden pagar… la receta de Bildu es la independencia.

En una Comunidad donde se necesitan infraestructuras clave para conectarnos a Europa como el Tren de Alta Velocidad, o para dar de beber a nuestras tierras y ganado a través del Canal de Navarra… la receta de Bildu es la independencia.

Por pasado, por presente, y por futuro, necesitamos y merecemos una Navarra que no agache la mirada. Que no sea menos que ningún otro territorio hermano o vecino, y mucho menos que vengan desde otro lugar a decirnos lo que debemos ser. Navarra tiene Fueros, no estatuto de autonomía, protegerlo es una obligación. Navarra no quiere ser parte de ningún territorio político diferente al que es en la actualidad, ni mucho menos generar una ruptura social a través de una independencia absurda que nos llevará al cierre de empresas y pérdida de puestos de trabajo, a una bajada de calidad de vida, a quedarnos excluidos de la Unión Europea y a que familiares y amigos dejen de hablarse entre sí. Exacto: lo mismo que pasó en Cataluña.

Los partidos que facilitan que una organización rupturista como Bildu gobierne algunas instituciones deberían hacer una profunda reflexión y analizar de forma crítica si realmente son coherentes con el progresismo que dicen defender.

Otegi puede venir a Pamplona las veces que quiera, faltaría más. Pero que le quede bien clara una cosa: según el último navarrómetro, el CIS y los resultados electorales, aquí no hay otra patria que Navarra ni otro país que España.

Por Julen Sesma Redondo, concejal portavoz de UPN Huarte

 

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