"En favor del euskera, no de la ruptura social"

En demasiadas ocasiones cometemos el error de mezclar lo abertzale con lo euskaldun y nada tiene que ver. En este contexto me parece importante matizar brevemente quién politiza el idioma y quién hace de verdad un flaco favor a esta lengua nacida en Navarra y que tenemos la obligación de proteger como patrimonio cultural.

La “Korrika” puede ser una representación magnífica del apoyo social que el euskera tiene en Navarra, pero se limita a serlo para sectores muy concretos de población. Se convierte en algo no inclusivo en el momento en el que la encabeza una bandera que representa una administración y territorio que no es el nuestro, pero mucho más cuando la organización de la carrera permite y sonríe ante carteles con caras de asesinos etarras o pidiendo la excarcelación de los mismos. Yo jamás participaría en una carrera o manifestación en la que se porten banderas, carteles o caras de asesinos o de otras vulneraciones de derechos.

¿Se imaginan una “korrika” sin carteles ni banderas? Pues eso sería una bonita forma de hacer de la defensa del euskera un patrimonio de todos y todas, sin enfrentar a la sociedad.

Es de justicia reconocer que portar lo anteriormente citado es politizar una carrera que supuestamente se organiza exclusivamente para apoyar el idioma, y tampoco debemos olvidar que sobre todo sirve para que la entidad privada que la organiza pueda recuadar fondos. Es decir: además de lo anterior la “korrika” sirve para dar miles de euros públicos de forma nominativa a una entidad privada a través de la compra de kilómetros que hacen los Ayuntamientos.

El idioma es patrimonio de toda la sociedad navarra, no sólo de quien lo habla. En los últimos años se acusa a UPN de politizar el euskera y de ser antieuskera, y me veo en la obligación de rebelarme y negarlo en rotundo.

Cierto es que en UPN debemos hacer una autocrítica profunda sobre algunos discursos que hemos podido tener en el pasado sobre este patrimonio que es propio al que en algunas ocasiones no hemos sabido responder, pero más cierto es que si alguna formación ha utilizado y politizado el euskera, UPN no ha sido.

¿Es politizar el euskera defender que el idioma se aprenda en libertad y sin imposición? ¿Es politizar el euskera defender la igualdad de oportunidades mostrándose en contra de que el idioma se exija para ciertos puestos de trabajo u oposiciones? ¿Es politizar el euskera defender que en algunos centros del modelo D  e ikastolas se enseñen los mapas reales de la Comunidad Foral de Navarra? No. La respuesta es no.

Politizar el euskera es enseñar en sus modelos educativos historias que nunca ocurrieron o territorios políticos y administrativos que no existen. Politizar el euskera es querer que sea el pilar de una “construcción nacional” que fracturaría la convivencia y la cohesión social y territorial. Politizar el euskera también es utilizarlo como escudo para pedir la libertad de asesinos, extorsionadores y secuestradores. También lo es, por ejemplo, que de forma totalmente partidista se asocie el idioma con la bandera oficial de la comunidad autónoma vecina, cuando un idioma nunca debería tener bandera, porque se habla en diversos territorios.

Cada persona tiene su propia ideología, y esta no debería depender del idioma con el que nos comuniquemos. Si queremos un euskera de todos y para todos, debemos dar pasos que incluyan a toda la sociedad y trabajar por que sea un nexo de unión, respetando la libertad de quien lo quiere aprender y protegiendo su derecho a hacerlo, pero también de quien no quiere hacerlo.

Julen Sesma Redondo, concejal portavoz de UPN en Huarte

 

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