Osasuna sigue soñando con realizar un buen papel en la Copa del Rey. Lo demostró en un campo histórico como Riazor ante un equipo al que los rojillos trataron con mucho respeto, de tú a tú, como si fuera un primera, el Deportivo de la Coruña.
En un encuentro algo anodino, los rojillos partieron de un once titular con Herrera en la portería; Cote; Oier; Ramalho; David García; Íñigo Pérez, Javi Martíenz, Ontiveros, Roberto Torres; Ante Budimir y Kike García. Los de Arrasate comenzaron con mal pie en los primeros minutos, cuando en el minuto 22 un gol de libre directo de Doncel colocó en la delantera al equipo local.
No fue hasta en el tiempo añadido de la primera mitad, cuando Kike García logró colar el balón dentro de la portería, sorprendiendo al rival que ya se veía con la ventaja en el descanso.
Tras la primera parte, Osasuna ya mostró mucho más su garra, y fue en el minuto 64 cuando Budimir puso la puntilla al partido con el segundo tanto (aunque los locales protestaban un fuera de juego inexistente).
Así las cosas, y con los planes de Arrasate funcionando a la perfección, el míster ejecutó los primeros cambios, un triple cambio, retirando a Roberto Torres, J. Ontiveros e Iñigo Pérez y poniendo en su lugar a Kike Barja, Moncayola y Darko. Posteriormente relevó a Budimir por Robert Ibáñez y a Ramahlo, al que no ha dado minutos durante toda la Liga por Nacho Vidal.
Aún tuvo al final del partido Kike García una nueva ocasión para marcar el que hubiera sido el tercero, tras una acción en el área contraria en la que se pidió mano aunque el colegiado no señaló nada.
