Éxtasis osasunista en la Plaza del Castillo

Este miércoles previo a la Semana Santa muchos pamploneses no habrán dormido, y es que la celebración del pase a la final de la Copa de Osasuna se festejó hasta altas horas de la madrugada en el lugar mágico para los rojillos: el kiosko de la Plaza del Castillo.

Tras el final, muchos aficionados decidieron inundar la Plaza, cuyo perimetro del kiosko ya estaba con vallas, a la espera de que Osasuna pudiera regresar desde Bilbao en el autobús.

Osasuna llegó a Pamplona a eso de las tres de la madrugada, directamente desde el estadio de San Mamés, y entonces llegó el éxtasis rojillo con banderolas y bengalas, y la imagen icónica del primer equipo y el cuerpo técnico animando desde el kiosko y con cánticos habituales como el “Somos un equipo…”. “Osasuna nunca se rinde”, o el ya famoso “Illa, illa, nos vamos a Sevilla”.

Hubo espacio para todos los protagonistas de la noche, especialmente para Pablo Ibáñez, autor del tanto que llevó a los rojillos a la final, e incluso Jagoba Arrasate que estuvo muy comedido en Bilbao se arrancó con unos bertsos.

 

 

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