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Rotura de ligamento cruzado anterior: ¿qué tipo de tratamientos existen?

La rotura de ligamento cruzado anterior (LCA) es una lesión de rodilla frecuente y una de las más temidas por los deportistas. El tratamiento en la mayoría de los casos es quirúrgico y la vuelta a la práctica deportiva no se recomienda hasta los 9-12 meses tras la cirugía.

El mecanismo lesional habitual es el valgo de rodilla y la rotación interna de la tibia mientras el pie está apoyado en el suelo. Esta rotura puede no aparecer aislada, asociándose otro tipo de lesiones como la rotura de menisco interno o la afectación de ligamento lateral interno. En mujeres, este tipo de lesión puede llegar a ser entre 3 y 6 veces más frecuentes que en hombres.

VALORACIÓN

Los síntomas en el paciente, que pueden aparecer aislados o conjuntamente, son dolor agudo (acompañado o no de un crujido), impotencia funcional, inflamación de la rodilla, pérdida de movilidad y sensación de inestabilidad al apoyar el peso.

Para realizar el diagnóstico, existen pruebas manuales que permiten intuir esta lesión, como el cajón anterior, el test de Lachman o el pivot shift, pero la confirmación siempre será mediante una resonancia magnética nuclear (RMN).

Rotura de ligamento cruzado anterior
Rotura de ligamento cruzado anterior

TRATAMIENTO

En prácticamente todos los pacientes que presentan una lesión de LCA debe iniciarse un tratamiento de rehabilitación basado en los siguientes objetivos: reducir el edema, recuperar la movilidad de la rodilla y fortalecer la musculatura, principalmente del cuádriceps, un trabajo que resultará útil independientemente de la elección de tratamiento. En caso de seguir un tratamiento conservador, los objetivos de las primeras fases serán compartidos con los ya descritos, y en caso de seguir un tratamiento quirúrgico, permitirá llegar en mejores condiciones a la cirugía, mejorando el pronóstico postoperatorio.

Los resultados en pacientes con rotura de LCA se dividen en tres grupos por igual: un tercio de los pacientes compensa adecuadamente y es capaz de continuar con actividades recreacionales; otro tercio es capaz de compensar, pero tiene que renunciar de forma significativa a esas actividades; mientras que el tercio restante evolucionan desfavorablemente y requieren reconstrucción quirúrgica con el tiempo.

De este modo, la elección del tratamiento debe tomarse en común entre médico y paciente, con el máximo de información aportada, ya que es un proceso lento, largo y sufrido.

Tratamiento conservador

Los objetivos de las primeras fases del tratamiento son el alivio del dolor, la reducción del edema, conseguir un rango de movimiento completo, principalmente en la rodilla, y empezar con la recuperación de la propiocepción y fuerza muscular.

A medida que se avanza, los objetivos se volverán más específicos dependiendo del paciente, aumentando progresivamente el volumen de ejercicios y sus variables, tanto en complejidad, velocidad, intensidad o descanso, con el objetivo de encontrarse en una situación mejor que la previa a la lesión.

La elección de las técnicas y de los ejercicios los tomará el fisioterapeuta en base a varios factores: dolor, rango de movimiento articular, fuerza en el momento de la elección, confianza del paciente en los ejercicios, capacidades básicas previas del paciente y especificidad con el deporte o actividad del paciente.

Tratamiento quirúrgico

De cara a realizar una cirugía es importante llegar en las mejores condiciones, es decir, tener el mínimo edema y la mayor movilidad y fuerza posible, por lo que el trabajo preoperatorio beneficiará al paciente a llegar en el mejor estado.

Existen diferentes técnicas en cuanto a la cirugía de reconstrucción, aunque las más comunes son la del tendón del semitendinoso o la del rotuliano, cada una con sus ventajas y desventajas en cuanto a la cirugía y la recuperación posterior.

En cuanto al postoperatorio, los objetivos son los mismos que en el tratamiento conservador, añadiendo los procesos de recuperación del tejido. En caso de no existir ninguna complicación, la recuperación durará varios meses, siendo el ejercicio fundamental para conseguir los objetivos, siempre controlados y asesorados por un profesional sanitario.

Iñigo Amézqueta, Iñigo G. Echechipia y Kepa Díez en AMAZNA
Iñigo Amézqueta, Iñigo G. Echechipia y Kepa Díez en AMAZNA

Recuperación de rotura de LCA en AMAZNA

En el Centro AMAZNA disponen de profesionales cualificados y especializados en el ámbito del ejercicio y del deporte, con un fisioterapeuta, un psicólogo y un entrenador personal que trabajan sinérgicamente para ayudar al paciente durante el proceso de recuperación de rotura de LCA, así como otros tratamientos. De este modo, ayudan a cada paciente de manera individualizada, abordándolo de forma integral y dotándolo de diferentes herramientas para que sea consciente y partícipe del proceso.

CONTACTO

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Teléfono y whatsapp: 689 47 10 60

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