El Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS) está monitorizando el primer desplazamiento de polvo sahariano a gran escala de 2023, que está atravesando la Península y continuará por Francia hacia el norte y centro de Europa.
El CAMS ha avisado en un comunicado de que el polvo, que está recorriendo el suroeste y oeste de Europa desde el 20 de febrero, puede desplazarse a mayor distancia, hasta zonas de Europa central y oriental, en los próximos días.
En concreto, las previsiones del servicio indican que el penacho de polvo cruzará Francia este martes, 21 de febrero, y miércoles, 22, para desplazarse después hacia zonas más centrales y orientales de Europa. Además, se prevé otro episodio de desplazamiento de polvo por el Mediterráneo a finales de la semana.
Las observaciones muestran además posibles repercusiones en la calidad del aire en España y Francia, con un aumento de las concentraciones de partículas PM10 en la superficie, que también podría darse a mayor altitud en los Pirineos y los Alpes.
"No es raro que en esta época del año se observe el desplazamiento de polvo sahariano a través de Europa. El impacto típico es un cielo de color rojizo o anaranjado, pero cabe la posibilidad de que afecte a la calidad del aire en superficie, sobre todo en España y Portugal", ha comentado el científico sénior en el CAMS, Mark Parrington.
Asimismo, ha señalado que en los últimos años también se ha visto polvo sahariano "en el suelo de los Pirineos y los Alpes", donde las montañas son "lo suficientemente altas como para interceptar el desplazamiento a lugares más lejanos y a mayor altitud".
En este contexto, el CAMS ha recordado que el polvo del Sáhara provoca disminución de calidad del aire, lo que "puede afectar a la salud de las personas y provocar efectos adversos como el empeoramiento de las alergias debido a los agentes irritantes del polvo".
Las partículas de polvo atmosférico también pueden influir en la generación de energía solar, ya que desvían la radiación solar y reducen la producción de energía a partir de esta fuente. Por lo tanto, es importante prever con precisión la dirección del movimiento y la densidad del transporte de polvo para que las autoridades puedan tomar medidas para proteger la salud pública y compensar otros efectos.
