Presentada la obra La Fiesta y la Hermandad del Árbol. Primeras experiencias ambientalistas en Navarra, del historiador Ricardo Gurbindo

La popularización de la Fiesta del Árbol, desde fines del siglo XIX y durante las primeras décadas de la centuria siguiente, respondía al interés de determinados sectores por concienciar sobre el problema de la deforestación para, de esta manera, facilitar la toma de medidas al respecto. Tras dar cuenta de los elementos fundamentales de la celebración, la primera parte de este trabajo de Ricardo Gurbindo aborda su adaptación e implantación en Navarra a través de las distintas fases en las que se llevó a cabo este proceso, dedicando un apartado propio a la situación particular de Pamplona. Así mismo, el estudio repara en los efectos de la dinámica festiva posteriores en el tiempo después de resultar esta interrumpida.

En nuestro entorno, además, la conmemoración a favor de la repoblación forestal tuvo su prolongación en la conformación de un movimiento asociativo centrado principalmente en la protección y desarrollo de las áreas de arbolado y, en menor grado, en la salvaguarda y promoción de la estética arquitectónica típica de la tierra. El centenario de la fundación de la Hermandad del Árbol y del Paisaje (1925-1936) constituye una estupenda ocasión para revisar la actuación de esta pionera agrupación local, cuestión de la que el autor se ocupa en la segunda parte del libro. 

Para lograr este propósito, una vez presentados los integrantes de dicha sociedad, Gurbindo expone las diversas iniciativas que –en los planos institucional, reivindicativo y cultura– emprendieron los mismos de cara a lograr los anteriores objetivos. La labor de este organismo puede ser entendida como un precedente claro de las propuestas y expresiones ecologistas surgidas en la segunda mitad del pasado siglo, circunstancia que amplía la influencia de su campo de acción hasta nuestros días. 

Así mismo, cabe destacar que los principales dirigentes del grupo fueron a su vez figuras decisivas de la realidad política y social de aquella época –como lo fueron Pablo Archanco o Humbelino Urmeneta–, por lo que la revisión de su actuación en este ámbito aporta una visión más completa de su personalidad y descubre otra faceta de sus vidas apenas abordada hasta el momento. En este sentido, es de resaltar la incorporación e influencia que en la segunda etapa de funcionamiento del grupo tuvo la presencia femenina, siendo especialmente destacada la implicación de Paz de Ciganda, pues enseguida accedió a los puestos directivos de la Hermandad y acabó desempeñando el cargo de presidenta efectiva de tan innovadora asociación.  

 

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