Opinión

La migración más exitosa de los sirios o africanos somos nosotros mismos

La migración más exitosa de los sirios o africanos somos nosotros mismos

A lo largo de la historia siempre ha habido movimientos migratorios, pero también históricamente los seres humanos hemos buscado excusas para para diferenciarnos de otros grupos. Pues bien, la ciencia, está demostrando que no hay “los otros”, que todos formamos parte del mismo árbol genealógico familiar.

Cuando uno se pone a hacer un árbol genealógico familiar, lo que hace es empezar desde las personas del presente y a partir de ahí ir hacia atrás con los padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos….hasta donde los registros escritos  existan. A nivel poblacional también se puede hacer el árbol genealógico de los habitantes del mundo actual, pero no buscando en registros bautismales ni censos. De hecho, se ha conseguido buscando en los genes. En concreto buscando variaciones que se producen en el código genético y que al transmitirse de generación en generación sirven como marcadores genéticos. De modo que todas las personas que detenten el mismo marcador habrán tenido el mismo antepasado en el que se produjo ese cambio por primera vez. Con esta base metodológica, y no con un solo marcador sino con los suficientes para establecer un patrón de variación genética , y determinando la antigüedad de estos cambios en participantes de todo el mundo se puede determinar como nos expandimos por el mundo y hace cuanto tiempo.

Según la genética poblacional, los europeos procedemos fundamentalmente de dos olas migratorias de personas originarias de  Asia. Y no hace tanto tiempo. Una migración que llegó desde Oriente Próximo (actuales Turquía, Siria, Líbano, hasta Egipto) trayendo la agricultura, hace unos 10.000 años y que confluyó con otra, que había llegado desde Asia Central, unos 25.000 años antes, en el paleolítico, que fue la que se encontró con los hombres Neanderthales, los verdaderos nativos europeos, a los que terminó desplazando.

Más bien, y para ser más exactos, hace entre 20.000 y 16.000 años se produjo en Europa una glaciación que enterró bajo los hielos Europa del norte y restringió la permanencia de los pobladores paleolíticos al sur de Europa, que fue la única zona habitada del continente durante miles de años. Estos pueblos del sur iniciaron la colonización del norte de Europa cuando finalizó la glaciación, hace 10.000 años. En realidad, ibéricos, franceses, ingleses e irlandeses descienden genéticamente de esos pueblos que sobrevivieron en el norte de la actual España (cornisa cantábrica y Pirineo).

No solo los europeos y los asiáticos fueron alguna vez el mismo grupo. Siguiendo hacia atrás el árbol genealógico poblacional, tanto de los euroasiáticos como del resto de habitantes del mundo, descubrimos que todos somos africanos. Hoy se sabe que toda la población mundial, fuera de Africa, desciende de un pequeño grupo, que no debió superar las 200 personas, que abandonó Africa hace 55.000 años. Sus descendientes poblaron Asia y desde ahí el resto de continentes. Llegaron a Oriente Medio hace unos 45.000 años y desde ahí se adentraron en Europa 10.000 años después.

En definitiva, la expansión por el mundo de un pequeño número de personas dio lugar a un cuello de botella poblacional que explica la poca variabilidad genética de toda la población no africana en comparación con los moradores de ese continente.

El genetista Spencer Wells, director del Proyecto Genographic, que estudia como nos expandimos por el planeta mediante análisis de ADN, ha expresado al respecto: “ los africanos son muy diversos. Hay población africana con más afinidad genética con un galés que con gente que viva en el siguiente pueblo o incluso en la calle de al lado”

Solamente 2.000 generaciones atrás nuestros ancestros no eran blancos. Fue miles de años después de salir de Africa cuando fueron perdiendo la melanina, que da el color cutáneo oscuro, como una adaptación a un ambiente con menos exposición solar. La evidencia científica nos hace comprender que  no hay etnias genéticamente puras que hayan ido desarrollándose en paralelo, sino que todos los humanos somos un continuo. Lo que se entiende por raza (color, pelo,nariz, altura..) no son sino características externas adquiridas relativamente recientemente, fruto de la adaptación al medio. Debajo de esa capa superficial el parecido, en base al ADN, es inmenso.

Quizá, a partir de ahora, veamos las noticias del telediario de otra manera……