Opinión

"EMAD: inexplicables prisas por dar marcha atrás"

"EMAD: inexplicables prisas por dar marcha atrás"

A continuación publicamos por su interés y actualidad un artículo de opinión por Eva Aranguren Arsuaga, concejal de EH Bildu Iruñea

"El Servicio de Atención Domiciliaria de Pamplona es un servicio esencial para personas que necesitan un apoyo estable para cubrir sus necesidades diarias básicas. Cada vez vivimos más y necesitamos más recursos y más versátiles para cubrir las consecuencias del envejecimiento y de otras situaciones de dependencia. Servicios públicos como el EMAD son herramientas útiles que debemos cuidar, revisar y mejorar, pero sin cuestionar su papel social ni su naturaleza pública. 

La tortuosa historia de privatización parcial de este servicio en Pamplona nos demuestra que la derecha está muy lejos de compartir este axioma. Su afán innato es privatizar todo lo que toca con la excusa de ahorrar costes, y repartir negocio entre sus afines. Eso sí, siempre a costa de las condiciones laborales de las personas trabajadoras, y a menudo, de la calidad del servicio. Ejemplo palmario fue la privatización de las cocinas hospitalarias. No tienen límite si se les deja. Todos los días lo vemos en Madrid, donde el PP, socio de Navarra Suma, protagoniza el esperpento y hace una desvergonzada y abierta defensa de la mercantilización de los derechos más elementales, desde la alimentación de menores hasta los hospitales. 

Ese deseo de privatización late tras la última maniobra de la concejala de Asuntos Sociales, María Caballero, para dar marcha atrás en la gestión directa del EMAD. Navarra Suma ha anunciado que creará una empresa pública, pero sin ninguna convicción en esta fórmula. El propio comité de trabajadoras familiares acusó públicamente a Caballero de haber reconocido ante ellas que su opción preferida es la privatización, solo que, por ahora, no tiene mayoría. Para la derecha la empresa pública es un paso intermedio hacia la privatización del servicio, como hizo durante los más de 15 años anteriores a 2017, cuando el 70% de la atención domiciliaria la prestaba una empresa privada, con nefastos resultados para la estabilidad del servicio (en 2010 la empresa denunció el contrato con el Ayuntamiento), y con un gran malestar laboral de las trabajadoras. Que el PSN propicie el entuerto y elija como compañera de viaje para revisar el modelo de gestión del EMAD a la derecha demuestra de manera fehaciente su falta de interés sincero por este servicio. Es curioso, en este caso el PSN no demuestra la misma vehemencia en defender la gestión directa para justificar el desmantelamiento de los Equipos Preventivos de los barrios...

Las prisas por dar marcha atrás en la publificación no se entienden, ni por el fondo –es un servicio recogido en la Cartera de Derechos Sociales - ni por el contexto. El EMAD se reveló como un servicio básico para centenares de personas dependientes y vulnerables durante el confinamiento. Y es un servicio de solidaridad social, pues son las personas de economías más modestas, y principalmente de barrios humildes, las principales usuarias. Desde una apuesta por la justicia social y la atención universal a la dependencia, la prioridad del Ayuntamiento debería ser mejorar el servicio, plantearse la ampliación de los en muchos casos insuficientes tiempos de atención (dos horas diarias) y hacer una buena campaña para dar a conocer el EMAD entre la población.

Solo un dato han argumentado Navarra Suma y PSN para acordar despublificar el EMAD: que la gestión directa cuesta más. Probablemente, es una causa directa de haber mejorado las condiciones laborales de las trabajadoras, precarizadas durante años por la indignidad de sus condiciones en la empresa privada. Si bien, hay otros factores, y estos sí deberían cambiarse: un programa informático ineficaz para organizar las planillas, que impide una gestión flexible y dispara el número de contrataciones diarias en el servicio. Otras razones, como las numerosas bajas médicas en la plantilla, tienen que ver con factores como la edad media de las trabajadoras y la dureza de un trabajo que conlleva la movilización de personas, y no se resuelven por sustituir la gestión directa por una empresa pública. 

En un momento en que hemos afirmado que las labores de cuidados deben tener su reconocimiento y dignificación, es mezquino que haya quien esté planeando dar marcha atrás en las condiciones laborales logradas, tras muchos años de lucha, por las trabajadoras familiares. Pero lo cierto es que, en el informe presentado por el equipo de gobierno en febrero de 2020, y elaborado con criterios meramente economicistas, se reprocha, por ejemplo, que el tiempo invertido por las trabajadoras en el desplazamiento entre domicilios se contabilice dentro del horario laboral. ¿Pretenden Navarra Suma y PSN utilizar la empresa pública para retroceder en derechos como este?

Es muy grave que, habiendo transcurrido solo cuatro años desde que se publificó la atención domiciliaria frente a los más de 15 que llevaba prácticamente privatizada, y en plena pandemia, anteponiendo criterios meramente economicistas se esté valorando retroceder en las condiciones de trabajo de las trabajadoras del EMAD, como fórmula para abaratar los costes de un servicio público esencial. Llevamos a debate a comisión una declaración política que proponía garantizar tres puntos: la defensa del carácter público del servicio, el mantenimiento de los derechos de las trabajadoras y la transparencia del proceso. El segundo punto no se aprobó, con la abstención del PSN y el voto en contra de Navarra Suma. Estas posiciones no auguran nada bueno, ni para las trabajadoras ni para el servicio. Ni tampoco para los sectores más vulnerables de la ciudad, que necesitan un servicio suficiente y de calidad.

Hacer un diagnóstico sobre personas mayores en Pamplona es sencillo. Lo difícil es atender de manera integral a sus necesidades. Y en esto, el reto y la apuesta desde EH Bildu es revisar todo el modelo de atención a la dependencia desde la implicación decisiva del sector público. Y en este modelo el EMAD, como herramienta y expresión de la atención domiciliaria municipal, tiene un papel esencial. Que no se lo arrebaten.

Eva Aranguren Arsuaga, concejal de EH Bildu Iruñea"