Opinión

"Comedores escolares en Nafarroa: pliegos agridulces"

"Comedores escolares en Nafarroa: pliegos agridulces"

Artículo de opinión firmado por Gurutze Santxo Gaskue, Maje Villava Rípodas y Xabier Barber del Río en nombre de janGela (Mesa de APYMAS de Navarra por unos comedores escolares sostenibles y saludables) "

"Está en marcha la licitación para los comedores escolares comarcales de  Navarra; las nuevas adjudicaciones empezarán a funcionar el próximo  curso.  

Los pliegos que el departamento de Educación publicó al respecto  contienen un condicionado que, sobre el papel, supone un avance  indudable en relación a la situación anterior. Recogen unas condiciones  para los menús que los harían más saludables: sin azúcar añadido, con  más verdura y fruta, con menos proteína animal; comida fresca y de  temporada, más ingredientes ecológicos e integrales… También más  sostenibles: insisten en alimentos de producción local, ecológicos... Y, por  ende, ayudarían al desarrollo de lo rural en nuestra comunidad:  incrementar de modo significativo la demanda de alimento local y de  calidad incide directamente en la posibilidad de que más personas  productoras se animen a cubrirla con una oferta de tales características.  

Mejoran, siquiera levemente, las ratios de personas cuidadoras,  congeladas en las licitaciones anteriores (aunque podrían aumentar los  horarios mínimos de contrato, en un sector femenino y precarizado).  

Y se valora más la minimización de residuos y su tratamiento.  

Hasta aquí la parte dulce (sin azúcares añadidos) de los nuevos pliegos. Sin  ánimo de exhaustividad, expondremos otros ingredientes que los hacen  más agrios (y que han supuesto que algunos sindicatos y APYMAs hayan  interpuesto recursos).  

En el título de las bases reguladoras, figuran las palabras “Comedores  saludables y sostenibles”. Está bien, de modo genérico, para indicar un  objetivo, pero en ninguna parte se describe qué quieren decir en lo  concreto (hay grandes empresas, absolutamente insostenibles, que  utilizan esos adjetivos); ello dificulta inscribir estos pliegos en una  estrategia de educación alimentaria, freno a la obesidad infantil, apoyo al  sector primario local y de calidad, soberanía alimentaria, desarrollo rural… 

En relación a las posibles empresas adjudicatarias no se pone límite de  lotes (escuelas en este caso) a los que cada una puede acceder y se solicita  solvencia en los últimos tres años en comedores saludables y sostenibles.  Así se cierra la entrada a empresas nuevas que pudieran estar interesadas,  especialmente si son pequeñas.  

Las adjudicaciones son prorrogables de modo casi automático durante 4  años más el inicial. Un plazo amplísimo (5 años) que, en un proceso  abierto y complejo hacia lo sostenible y saludable, dificulta ir  introduciendo cambios paulatinos y el control por parte de los centros  escolares.  

Las ratios de personas cuidadoras habría que mejorarlas, en vez de  puntuar una aportación extra de personal, diferenciar mejor por edades y  ampliar el horario de los contratos.  

El tribunal está compuesto sólo por personal de Educación. Parece difícil  valorar desde ahí lo sostenible y saludable o el equilibrio nutricional.  

El Consejo escolar de cada centro no puede valorar los menús, ni las  características de los alimentos. Es una contradicción con la búsqueda de  algo saludable y sostenible. ¿A quién le importa más la salud de las  criaturas y el afianzamiento de un modelo de vida rural ligado a la  producción de alimentos de calidad que a la comunidad escolar local?  

En cuanto a la oferta económica, el sistema elegido resulta engañoso. Se  rebaja hasta 15 puntos sobre 100 la importancia de la oferta en sí, pero a  continuación la fórmula prima a las empresas que hagan las mayores  rebajas, cuando los precios publicados ya son bajos. Esto solo puede ir en  detrimento de la calidad alimentaria, del pago que se ofrece a la gente  productora, de las condiciones laborales de las trabajadoras o de las ratios  de cocina; de nuevo el dinero en el centro, en vez de la vida. Desde  janGela siempre hemos insistido en que el precio no puede ser un factor  preponderante. 

Quedan de modo bastante indeterminado los diversos sistemas de control  (quién los realiza y cómo): auditorías de calidad y cumplimiento de lo  pactado por parte de las empresas, supervisión de menús…  

La definición de alimento “de proximidad” utiliza los 200 Km como  referencia (salvo para el pescado); parece una proximidad un tanto lejana.  Y en cuanto a “de temporada”, el calendario de referencia es del  Ministerio de agricultura, pesca y alimentación, basado más en cuándo se  comercializa un alimento que en cuándo se cosecha (por ejemplo, tomate,  pimiento y calabacín: todo el año); es decir, más ligado a la industria que a  la agricultura local. Estando en Navarra, lugar de amplia producción  agrícola, sería adecuada una referencia más cercana.  

Sobre el precio máximo de licitación: es muy bajo, sin que se aporte un  estudio que explique cómo se construye. Y, además, es diferente según  centros (por ejemplo, dos con condiciones similares y geográficamente  cercanos tienen 5,5 y 3,7 euros por comensal respectivamente); ¿por qué  la diferencia?  

Dicho precio incluye la partida alimentaria (compra de alimentos), el coste  del personal de cocina y la gestión (beneficio industrial incluido); sería  importante disponer de estudios que valoren cada uno de estos  apartados, fijar un precio mínimo para la partida alimentaria (1,5 euros sin  IVA) y mejorar las ratios de cocina para poder proveer alimentos de  calidad.  

En definitiva, es un paso adelante en los objetivos de una alimentación  saludable para la parte más joven de nuestra sociedad, de un desarrollo  más sostenible y de un afianzamiento de la vida rural. Pero al mismo  tiempo, es un paso limitado por la falta de voluntad de destinar más  dinero público a estos asuntos, que en nuestra opinión deberían ser  prioritarios; dinero que se puede obtener eliminando o relegando gastos  de mucho menos interés social y realizando una profunda reforma fiscal  dirigida a recolectar más dinero público procedente de aquellas entidades  y personas que más tienen.  

Gurutze Santxo Gaskue, Maje Villava Rípodas y Xabier Barber del Río 

En nombre de janGela (Mesa de APYMAS de Navarra por unos comedores  escolares sostenibles y saludables) "