Así es el nuevo ecoducto sobre la Autovía de la Barranca

Vista área del nuevo ecoducto sobre la Autovía de la Barranca (A-10)
Vista área del nuevo ecoducto sobre la Autovía de la Barranca (A-10)

Este corredor ecológico en Etxarri Aranatz ha contado con una inversión de 6,1 millones de fondos europeos y conectará las zonas de biodiversidad de Urbasa-Andia y Aralar

Así es el nuevo ecoducto sobre la Autovía de la Barranca

Esta semana han finalizado las obras de construcción del corredor ecológico sobre la Autovía de la Barranca (A-10), a la altura de Etxarri Aranatz para solucionar la conectividad ecológica entre las zonas de Urbasa-Andia y Aralar. Se trata de un proyecto puesto en marcha por el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente y en el que se han invertido 6,1 millones de fondos europeos Next Generation. 

El consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, José Mª Aierdi, y la directora general de Medio Ambiente, Ana Bretaña, junto con personal técnico del departamento y responsables de Obenasa, empresa adjudicataria de la obra, han visitado junto con la alcaldesa de Etxarri Aranatz, Maria Saez de Albeniz, la infraestructura ya finalizada. 

El consejero Aierdi ha señalado que “este corredor ecológico es fundamental para la biodiversidad, porque permite conectar dos zonas tan importantes como son las zonas de especial conservación de Urbasa-Andia y Aralar salvando la principal barrera física para la fauna como es la autovía de Sakana. De esta manera, se facilita el libre desplazamiento de animales y el intercambio genético entre poblaciones para favorecer su conservación a largo plazo. Además, se evitará la mortandad de fauna en una carretera tan importante como esta”.

La infraestructura, de 45 metros de largo y 45 metros de ancho, se sitúa a una altura de 7,13 metros sobre el nivel de la carretera en el punto kilométrico 22+000 de la autovía A1-0 y conecta las dos áreas del robledal de Aritzalko, resolviendo así un problema de conectividad ecológica de gran importancia para la RED Natura 2000, alineada con la Estrategia de la Biodiversidad de la UE para 2030, e identificada como un elemento clave en los planes de gestión de ambos espacios.

Restauración vegetal

Una vez finalizadas las obras de la infraestructura, está previsto llevar a cabo de aquí al mes de marzo la revegetación del corredor ecológico bajo la supervisión de la Dirección General de Medio Ambiente, que se encargará de implantar una cubierta vegetal adecuada a las necesidades de la fauna, dando continuidad a las formaciones de bosques, bosquetes y setos arbustivos que forman el paisaje de las laderas y fondo de valle de ambos macizos. Esta vegetación dará la protección necesaria a la fauna para asegurar su desplazamiento a lo largo del ecoducto. 

En concreto, este invierno se van a plantar unas 3.000 plantas, entre árboles, arbustos de porte alto y arbustos de pequeña talla. Buena parte de ellas irán con tubo protector para permitir un desarrollo más rápido en sus primeros años. Las especies son las propias de los robledales de fondo de valle como es el propio Aritzalko, entre ellas, y además del roble, se plantarán tilos, fresnos, arces, majuelos, tejos, serbales, brezos, viburnos, etc. El presupuesto para ello es de 48.000 euros.

Además del importante valor que tiene para la biodiversidad la disminución de la fragmentación del territorio por su beneficio en las poblaciones animales (principalmente por la menor mortalidad no natural), este ecoducto va a tener un efecto significativo en este tramo de la autovía en una menor mortalidad de animales. También va a añadir un elemento de seguridad vial en la medida que disminuye la siniestralidad por colisión de los vehículos con la fauna silvestre. Cabe destacar que, en los últimos 20 años, en esta autovía, entre Irurtzun y Altsasu / Alsasua se ha identificado mortalidad en 11 especies de fauna, algunas de ellas amenazadas, y se han localizado más de 150 animales, lo cual supone que la mortalidad es mucho mayor pues buena parte de ellos nunca llegan a detectarse.

Como se ha indicado, esta iniciativa se ha financiado con cargo a los fondos Next Generation de la Unión Europea y se ha llevado a cabo con la aprobación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España. En concreto, la obra ha recibido financiación de los fondos REACT Infraestructura verde conectividad RED Natura 2000: Urbasa-Andía-AraIar PO FEDER 14-20.