“Es todavía muy pronto para sacar conclusiones para el metaverso y todas sus implicaciones y conviene empezar a hablar de ello”, aseguran los expertos

Foto: Foto 1: José María Lasalle, Ana Azurmendi, Alfonso Sánchez Tabernero, Tomás de la Quadra Salcedo, Susana de la Sierra.
Foto: Foto 1: José María Lasalle, Ana Azurmendi, Alfonso Sánchez Tabernero, Tomás de la Quadra Salcedo, Susana de la Sierra.
En opinión de Goñi, “el acceso y la manipulación de datos neuronales o cerebrales, invade los derechos humanos fundamentales. Por eso creo que las neurotecnologías deben desarrollarse y ser explotadas en el marco de una ampliación de la Declaración de los Derechos Humanos de 1948”
“Es todavía muy pronto para sacar conclusiones para el metaverso y todas sus implicaciones y conviene empezar a hablar de ello”, aseguran los expertos

La mesa redonda organizada por el Club de Roma y el Instituto Hermes sobre el metaverso y los neuroderechos), se celebró ayer en el Museo Universidad de Navarra y concluyó que “aunque todavía es muy pronto para sacar conclusiones para el metaverso y todas sus implicaciones pero conviene empezar a hablar de ello”, aseguran los expertos. El evento estuvo patrocinado por CaixaBank, Instituto Hermes y el Museo de la Universidad de Navarra.

El coordinador del grupo navarro del capítulo español del Club de Roma y presidente del Instituto Hermes, Enrique Goñi, afirmó que además del entorno de “policrisis” que vivimos y es visible, hay otros dos entornos “inmensamente más amplios y muchísimo menos visibles en los que se puede librar la batalla por el mantenimiento de la mismísima condición de ser humano”. En opinión de Goñi, “el acceso y la manipulación de datos neuronales o cerebrales, invade los derechos humanos fundamentales. Por eso creo que las neurotecnologías deben desarrollarse y ser explotadas en el marco de una ampliación de la Declaración de los Derechos Humanos de 1948”.

Por su parte, el profesor de teoría del Derecho y Filosofía del Derecho en la Universidad Pontificia de Comillas y ex secretario de Estado de la Sociedad de la Información, José María Lassalle, afirmó que “el modelo de capitalismo en el que vivimos hoy, es uno basado en la información, que está experimentando una evolución en contacto con la necesidad de seguir incrementado la acumulación de datos y una gestión eficiente de esos datos”. “La inteligencia artificial más evolucionada va a necesitar experiencias inmersivas, como la que nos ofrece el metaverso, que lo que hacen es captar datos que tienen que ver con lo que somos nosotros en la profundidad más inconsciente de nuestra identidad, declaró.

Según Lassalle, “para que las inteligencias artificiales hagan el clic que las convierta en inteligencias autónomas, capaces de competir con la inteligencia humana, se necesitan los cualitativos de los datos que se pueden obtener a través de experiencias inmersivas como es el metaverso. De ahí la importancia de blindar la identidad y personalidad humana”. “No se trata  - dice Lassalle- de cuestionar la inteligencia artificial, se trata de que la inteligencia artificial, no nos sustituya y que se convierta en una potencia de generar una inteligencia humana aumentada”.

José María Lassalle también consideró que “hablar sobre el metaverso y discutir lo que representa es algo que nos lleva mucho más allá del marco normativo que en estos momentos tenemos, que creo que es insuficiente” ya que “las capacidades tecnológicas son incrementales y estamos en una fase tentativa, de comercialización gamificada muy interesada, pero en el fondo lo que se está buscando es alimentar las capacidades de registro de información de la parte más profunda del subconsciente humano para generar información”.

Por su parte, la catedrática de Derecho Constitucional y Doctora en Comunicación, Ana Azurmendi, considera que “hablar de amenazas y de neuroderechos quizás sea prematuro e innecesario, porque existen otros aspectos de la identidad humana que tienen un largo recorrido legal y jurídico, y que sí que han sido amenazados. Hablo del derecho a la imagen, de la protección de datos, del derecho a la intimidad, entre otros y de eso ya hay una protección legal”. Considera asimismo que “con los neuroderechos quizás valga la pena esperar, flexibilizar la normativa que ya existe para proteger derechos que tienen que ver con la identidad humana y ver qué pasa”.  

Azurmendi cree que “hay cuatro componentes para que la legislación sea efectiva, ya que sino no vale para nada. Hace falta: empoderar al ciudadano sobre el control de sus propios datos. Que en las empresas haya ética obligada, agencias independientes que controlen y supervisen que pasa con los datos dentro de ellas, y no basta sólo con la ley.”

Tomás de la Quadra Salcedo, catedrático de Derecho Administrativo y ex ministro de Administración Territorial, declaró sobre el metaverso que “el problema no es cómo usamos el instrumento éticamente, sino cuál es la ética del instrumento que nos puede utilizar a nosotros”. Puso también acento sobre la posición dominante de las empresas tecnológicas y cómo las técnicas que desarrollan “son concentradoras. Los que tienen los datos son muy pocos, por lo tanto hay una capacidad de dominio que afecta a la economía, y en un segundo paso, a la libre competencia” y “hasta a la democracia”, añadió. 

Sobre el libre consentimiento y sus límites, de la Quadra Salcedo afirmó que “a la persona que da su consentimiento, se le puede ordenar que haga cualquier cosa, que apoye una guerra o lo que sea. Por lo tanto, no nos vale el consentimiento libre, se debería de hacer como se hace con la donación de órganos, por ejemplo, que solamente se permite cuando se dan unas circunstancias determinadas”. 

Para finalizar, la profesora de Derecho Administrativo y miembro del grupo que elaboró la Carta de Derechos Digitales de España, Susana de la Sierra, cree que “el metaverso es una réplica de la vida en un entorno gamificado, pero hay una conexión con las neurociencias en la medida en que a través de determinados dispositivos, invasivos o no invasivos, podamos entrar en esa realidad paralela y virtual”. “El metaverso y las neurociencias comparten algo: el anhelo de otra identidad. El metaverso es el anhelo de otra vida, parcial o totalmente. Las neurociencias también son un anhelo de otra identidad en la medida que sirvan para tratar determinadas enfermedades que nos permitan ser otro”

“Para conseguir la protección hay que aprobar normas en el sentido estricto. Los acuerdos éticos son fundamentales en cuestiones complejas y novedosas, pero la ética no puede sustituir al derecho”, añadió De la Sierra.

“En relación con las neurociencias, yo diría que es abrumador lo positivo desde muchos puntos de vista para el tratamiento de enfermedades, para el conocimiento del ser humano, entre otras cosas. Es una nueva revolución. Es una revolución que sólo desde la pura curiosidad científica ya estaría justificada, pero desde luego que las aplicaciones que se pueden derivar de todo ello, en beneficio del ser humano, es algo de lo que nos tenemos que percatar”, concluyó.

Sobre el Club de Roma

El Club de Roma es una asociación sin ánimo de lucro que reúne a científicos, economistas, y diversas personalidades de diferentes grupos de influencia de los cinco continentes con el propósito de contribuir a mejorar nuestra sociedad, mediante la identificación y el debate activo acerca de problemas de índole global y con el convencimiento de que cada individuo puede contribuir a esta mejora. 

Fundado en el 1968 por 35 personalidades de 30 países, actualmente tiene su secretaría general en Hamburgo y cuenta con miembros de 38 nacionalidades. Tiene, asimismo, 32 capítulos, o asociaciones nacionales, repartidos por todo el mundo, entre los que se encuentra el Capítulo Español, que fue fundado a finales de 1976. A su vez, el Capítulo Español del Club de Roma cuenta también con grupos de socios configurados con criterios de distribución territorial, referidos a Comunidades Autónomas. En la actualidad están ya constituidos los grupos catalán, madrileño, valenciano, vasco, balear, canario, aragonés, extremeño y, desde ayer, el navarro.

Sobre el Instituto Hermes

El instituto Hermes es una fundación sin ánimo de lucro dedicada a identificar, difundir y defender los derechos digitales de los ciudadanos. Hermes trata de institucionalizar la red sobre un sistema de garantías para equiparar los derechos y libertades del mundo analógico al mundo virtual, mediante:

  • Interlocución con las administraciones públicas: En el ámbito de los derechos digitales realizan aportaciones a los procesos regulatorios. Además, están comprometidos en promover la reflexión social sobre el significado de la ciudadanía en el mundo digital.

  • Think-Tank: Es objetivo del Instituto Hermes identificar tendencias de futuro, orientar nuevas referencias de pensamiento y articular acciones tendentes a ampliar y garantizar las libertades públicas y los derechos civiles en el mundo digital.

  • Ampliación de derechos: Desarrollan proyectos centrados en la aplicación o ampliación de los derechos digitales a nivel nacional, europeo e iberoamericano.

Durante el último año, casi un centenar de expertos de distintos ámbitos han respondido o contribuido a sus iniciativas. Entre los proyectos abordados se podrían citar los más recientes: “El español en la Inteligencia Artificial”; “Ciberseguridad en tiempos de guerra”; “Metaverso y Neuroderechos”; “Red Europea de Derechos Digitales”; “Desarrollo del QR Biométrico para la inclusión digital de colectivos vulnerables”; “Sistemas de identidad digital y reducción de la brecha digital en las personas mayores”; “Proyecto Erasmus+ «Formación en derechos digitales a grupos vulnerables»”, etc…