El Grupo Navarro del Capítulo Español del Club de Roma celebra en Pamplona su primera reunión

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El grupo navarro está compuesto por 19 profesionalesprocedentes de todos los ámbitos y sectores de la sociedad navarra
El Grupo Navarro del Capítulo Español del Club de Roma celebra en Pamplona su primera reunión

El Grupo Navarro del Capítulo Español del Club de Roma, conformado por 19 personalidades de diversos ámbitos y sectores de la Comunidad Foral, comenzó ayer su andadura con el objetivo de contribuir a la perspectiva humanista quecaracteriza a esta Asociación surgida en 1968 para trabajar en favor del desarrollo de todas las personas. Un propósito que, en palabras de Enrique Goñi, miembro del Capítulo Español y coordinador del Grupo Navarro “abarca desdela lucha contra el cambio climático a los nuevos derechos ciudadanos en la transición digital, o como refirió recientemente Isidro Fainé, presidente del Capítulo Español del Club de Roma, “la desigualdad galopante derivada de la crisis económica”.

A la presentación del Grupo, que tuvo lugar en el Museo Universidad de Navarra, acudieron más de un centenar de personas. Aladino Colín, presidente de CoCiudadaNa y miembro del Capítulo Español del Club de Roma, calificó como un privilegio participar en el evento y aseguró compartir “desde nuestra órbita más local, los objetivos de facilitar a la sociedad, la reflexión sobre los problemas contemporáneos y sobre los desafíos y dificultades a los que se sigue enfrentando el desarrollo de la humanidad”.

El Club de Roma fue creado en 1968 por un grupo de personalidades lideradas por Aurelio Peccei, emprendedor y humanista italiano, para trabajar en favor del desarrollo humano y la gobernabilidad, con el objetivo de construirun nuevo mundo que fuese materialmente suficiente, socialmente equitativo y ecológicamente perdurable.

Según relató en su intervención el vicepresidente del Capítulo Español del Club de Roma, Manuel Morán, “tras el éxito de los primeros informes de la organización, sefueron creando asociaciones nacionales vinculadas al Club para difundir sus conclusiones y aportar sugerencias para otros nuevos, así como promover ideas para su aplicación.Así nació en 1976 el Capítulo Español que, a su vez, ha ido organizando grupos territoriales a los que hoy se une el navarro”.

Actualmente, el Club de Roma centra sus iniciativas alrededor de ejes temáticos vinculados a la transición energética, la transición digital, la transformación de los modelos económicos y los imprescindibles diálogos intergeneracionales. También trabaja en asuntos relativos ala cohesión social, las nuevas formas de aprender, los incipientes derechos digitales, así como las incertidumbres y esperanzas del bienestar humano.

El Grupo Navarro se presenta justo cuando se cumplen 50 años de uno de los hitos del Club de Roma: el informe que encargó en 1972 al Instituto Tecnológico de Massachussets sobre los límites del crecimiento y que desató el inicio de un movimiento que sería conocido como ecología política y otras corrientes político-filosóficas derivadas como el ambientalismo. Juan Casares Long, exrector de la Universidad de Santiago de Compostela, puso como ejemplo a Rachel Carson y la publicación de su “Primavera Silenciosa”: “A pesar de que tuvo una contribución decisiva a la puesta en marcha de la moderna conciencia ambiental, su obra fue atacadaduramente por el sistema. Tuvieron que pasar cincuenta años de pocas intervenciones correctoras, para que la situación del planeta se considere como de emergencia”.

Tras la presentación, Diego Hidalgo, sociólogo, empresario y autor de “Anestesiados. La humanidad bajo el imperio de la tecnología”, cuestionó el impacto de la revolución digital sobre nuestra libertad e invitó a realizar un análisis coste-beneficio con el objetivo de discernir el tipo de tecnología que esté realmente a nuestro servicio y del que nos interesa rodearnos. Para Hidalgo, “la creciente conexión digital ha modificado profundamente nuestra forma de pensar, tomar decisiones y relacionarnos. En la trayectoria hacia una tecnología más invasiva y autónoma parecen reducirse nuestra libertad y el perímetro reservado hasta ahora al ser humano”.

Luisa Alli, miembro del Capítulo Español del Club de Roma, fue la encargada de moderar un turno de preguntas entre los asistentes. 

El acto fue clausurado por María Chivite, presidenta del Gobierno de Navarra, que saludó con entusiasmo la creación del grupo navarro dentro del Capítulo Español del Club de Roma. “Que surjan este tipo de iniciativas en nuestro espacio de debate público, siempre es motivo de satisfacción. Crear desde Navarra una red de personas que enlacen con el Club de Roma es un claro síntoma de salud cívica”.

Sobre el Club de Roma

El Club de Roma es una asociación sin ánimo de lucro que reúne a científicos, economistas, y diversas personalidades de diferentes grupos de influencia de los cinco continentes con el propósito de contribuir a mejorar nuestra sociedad, mediante la identificación y el debate activo acerca de problemas de índole global y con el convencimiento de que cada individuo puede contribuir a esta mejora. 

Fundado en el 1968 por 35 personalidades de 30 países, actualmente tiene su secretaría general en Hamburgo y cuenta con miembros de 38 nacionalidades. Tiene, asimismo, 32 capítulos, o asociaciones nacionales, repartidos por todo el mundo, entre los que se encuentra el Capítulo Español, que fue fundado a finales de 1976. A su vez, el Capítulo Español del Club de Roma cuenta también con grupos de socios configurados con criterios de distribución territorial, referidos a Comunidades Autónomas. En la actualidad están ya constituidos los grupos catalán, madrileño, valenciano, vasco, balear, canario, aragonés, extremeño y, desde ayer, el navarro.

Sobre Aurelio Peccei

En una entrevista del diario El País en 1984, Aurelio Peccei afirmaba que creía “firmemente que el mundo actual posee los recursos mentales e intelectuales necesarios, no sólo para evitar la guerra, sino para que la humanidad recupere el control de su destino. La carestía en las regiones menos desarrolladas del mundo, y la irrupción de las nuevas tecnologías en los países industrializados generarán problemas sociales, políticos y humanos, pero nuestra misión, la misión del Club de Roma y de los demás organismos internacionales, con todos los que los integramos, es de aliviar este impacto del futuro y preparar a las sociedades para aceptarlo. Lo evidente es que no se puede salir del paso con cambios superficiales, como se ha hecho hasta hoy".