El Acompañamiento Social, un proceso de intervención social entre dos

La Red Navarra de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social lleva una década apostando por el acompañamiento Social como metodología de intervención para la inclusión social. Una herramienta que ubica a la persona como sujeto activo de sus decisiones y cambios, una herramienta que ha tenido un lugar central en la intervención en Navarra en las últimas décadas.

La entidad, compuesta por 34 entidades sociales, ha llevado a cabo un ambicioso análisis de esta metodología, con la colaboración del Departamento de Derechos Sociales de Gobierno de Navarra y el Departamento de Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra. El proceso se ha llevado a cabo en diálogos participativos entre profesionales de las entidades sociales y de la administración pública, y personas participantes. “Un proceso en sí lleno de riqueza. Para la Red era esencial llevar a cabo este proceso para valorar como ha sido la implementación del modelo de Acompañamiento Social en Navarra en los últimos años. Y era primordial que en este análisis participase la parte técnica, pero también las personas a las que acompañamos, su voz ha sido central en el desarrollo de los diálogos”, tal y como ha afirmado Ricardo Hernández, 

La presentación, que se ha celebrado en la Sala de Conferencias de Civivox Condestable ha combinado testimonios de la propia experiencia, con conclusiones y buenas prácticas sobre el Acompañamiento Social.  Javier Arza, del Departamento de Sociología y Trabajo Social ha querido destacar que hablamos de “una herramienta que se basa en la construcción de una relación entre la parte profesional de la intervención social y la persona. Ese proceso entre dos en la que cada parte aporta sus conocimientos y experiencias al mismo nivel para detectar las necesidades y valorar las posibles vías de intervención”.

La consejera de Derechos Sociales de Gobierno de Navarra, Mari Carmen Maeztu ha destacado en la inauguración la necesidad de superar los modelos asistencialistas. Y también la importancia de reconocer la multicausalidad de la exclusión y la multidimensionalidad de la respuesta a las necesidades, y personalizar la atención en una buena intervención.

Algunas claves del análisis

Javier Arza y Alberto Jauregui, del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra han presentado las buenas prácticas y entre las conclusiones han destacado que la línea a seguir, en cuanto a Acompañamiento Social, son:

  • Un sistema de apoyo a las buenas prácticas en acompañamiento social.

    • Implantar un protocolo básico de red primaria de acompañamiento social.

    • Poner en marcha un plan de formación de los y las profesionales del acompañamiento social en trabajo comunitario, género e interculturalidad. 

    • Elaboración de una estrategia de cuidados de las personas que hacen el acompañamiento.

    • El reconocimiento público y profesional del acompañamiento social.

  • Desarrollo de recursos comunitarios. Sin grupos, espacios físicos, recursos y dispositivos públicos de apoyo a estas redes, no es posible contar con estructuras comunitarias que sustenten en los pueblos y barrios el acompañamiento social. 

  • Integrar en el modelo la “humanización del otro”. Todas las participantes en el proceso, tanto las personas usuarias como las profesionales son importantes.

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