Los encierros de Sanfermines podrían ayudar a los científicos a prepararse para el comportamiento de las masas ante catástrofes

Foto: José Ángel Ayerra
Foto: José Ángel Ayerra
Los investigadores están de acuerdo en que lo mejor que se puede hacer en una situación de emergencia es evitar correr o empujar todos juntos
Los encierros de Sanfermines podrían ayudar a los científicos a prepararse para el comportamiento de las masas ante catástrofes

Los encierros de los Sanfermines Pamplona han concitado mucha expectación durante décadas en todo el mundo, por su vistosidad y por las bellas imágenes que dejan estas carreras, únicas en el mundo.

Ahora también pueden servir para experimentar de forma real con los comportamientos de las masas en una situación de estrés como las que se generan ante la presencia de los morlacos por las calles de Pamplona. 

Según un estudio avanzado por la prestigiosa publicación Science revela exactamente cuán concurrida puede estar una calle antes de que las personas comiencen a tropezar mientras corren a máxima velocidad. Concluye Jorge Laval, un teórico del tráfico en el Instituto de Tecnología de Georgia que no participó en el estudio, que estos análisis podrían ayudar a los investigadores a modelar mejores formas de ayudar a las personas a escapar de incendios en edificios y otras catástrofes. 

Daniel Parisi del Instituto de Tecnología de Buenos Aires, recuerda que aunque el ambiente en los encierros no responde del todo a la realidad ya que la participación en la carrera es voluntaria y hay una cierta preparación, los movimientos de las personas son los suficientes como para ofrecer una visión poco común de cómo se comportan los humanos cuando intentan escapar del peligro. 

Para capturar datos sobre los corredores, Parisi y sus compañeros instalaron un par de cámaras suspendidas sobre el recorrido del encierro de Pamplona para tener una vista de pájaro del evento. Grabaron dos carreras de días consecutivos en 2019. Las cámaras capturaron la velocidad y la dirección de cada corredor, así como la densidad de la multitud.

Así, según el artículo publicado por Science, las cámaras muestran a un grupo de personas trotando algo lentamente, espaciadas por las calles. Cuando llegan los toros, un gran grupo de corredores pasa a toda velocidad por delante de la cámara, justo delante de los animales. La gente corre hacia un lado cuando los toros los alcanzan.

Inesperadamente, los datos revelaron que la velocidad de los corredores aumentó con la densidad de la multitud, hasta cierto punto. Eso es lo contrario de lo que los investigadores han encontrado normalmente al estudiar el flujo de personas o el tráfico: por lo general, las personas disminuyen la velocidad cuando las multitudes son más densas.

Los autores dicen que los resultados pueden deberse al deseo de los corredores de cambiar la velocidad durante diferentes partes del evento y ponen como ejemplo que en una estación de metro abarrotada, por ejemplo, todo el mundo quiere caminar a un ritmo normal y constante; agregar más personas solo ralentiza a todos. Sin embargo, durante los encierros el comportamiento es bien diferente ya que  ​​los corredores esperan a los toros, corren un rato a su paso y luego vuelven a baja velocidad, creando una ola de densidad y velocidad alrededor de los animales.

Finalmente, recuerdan que las aglomeraciones de personas también favorecen los desastres, también en los encierros ya que "una vez que la multitud aumentó a aproximadamente una o dos personas por metro cuadrado, la velocidad máxima de los corredores disminuyó drásticamente, a menudo porque la gente comenzó a chocar y caer". Una vez que la multitud superó a dos personas por metro cuadrado , prácticamente nadie pudo sostener velocidades superiores a un trote ligero (aproximadamente 2 metros / segundo) , según el informe aportado a Science. 

De esto concluyen los investigadores que "comprender con precisión los límites de velocidad impuestos por el hacinamiento podría ayudar a los investigadores a construir mejores modelos de movimiento de peatones y mejorar las evacuaciones en caso de incendios y otras emergencias".  “Cuando las personas están estresadas y corren por sus vidas, hay un punto óptimo en densidades muy bajas cuando se puede obtener una gran cantidad de flujo”, dice Laval.

Por este motivo, deducen de su investigación que "la mejor manera de aplicar esta información, dice, es continuar creando políticas y diseños de edificios que dispersen a las personas y mantengan baja la densidad, quizás ampliando las rutas de evacuación o limitando la cantidad de personas en un área para empezar".

Los investigadores, Laval y Parisi coinciden en que "lo mejor que se puede hacer en una situación de emergencia es evitar correr o empujar todos juntos, tal como le dijo su maestra de escuela primaria. Si todo el mundo se mantiene erguido, es menos probable que el sistema se bloquee por completo", finalizan. 

doi: 10.1126 / science.acx9773