La etapa de Simón Santamaría, objeto de una demanda en Estrasburgo

El sindicato SIPNA-FEPOL ha acudido al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo por el reiterado acoso laboral, y vulneración de derecho a libertad sindical así como sus derechos a una tutela judicial efectiva al haberse desestimado todos las denuncias que presentaron varios agentes durante años en la justicia española

Pamplona/Iruña, 27 de octubre

“La actuación del imputado (Simón Santamaría) podría calificarse como excesiva, censurable, inadecuada, o similar, pero sin alcanzar a constituir un auténtico hostigamiento psicológico humillante para la víctima y que suponga, no solo un acoso laboral, sino, además, que el mismo pudiere calificarse como un grave acoso”. Con esta frase la Audiencia de Navarra dio carpetazo en junio de 2015 a los casos de acoso laboral a varios agentes de Policía Municipal de Pamplona, algunos de ellos delegados de personal de un sindicato, y que durante años tuvieron que soportar “un desgaste continuado” por la actitud de sus superiores, según aseguran en una demanda que el equipo jurídico de SIPNA-FEPOL ha presentado contra el Reino de España en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo por la omisión de la tutela judicial efectiva sobre el 'rosario' de denuncias que presentaron estos agentes en su día.

A la demanda se acompañan los dos procedimientos penales contra Santamaría y la cúpula de mandos que fueron archivados en una actuación judicial que el sindicato SIPNA-FEPOL consideró arbitraria, una sospecha corroborada por unas imágenes publicadas en un confidencial de una comida en la que estaban presentes mandos policiales y de la judicatura navarra.

Esto significa, que de estimarse la demanda, el Tribunal de Estrasburgo podría revisar ambos procesos penales de la etapa de Simón Santamaría, que acabaron siendo archivados

En la demanda al TDHE se recuerda que la condición de una de las afectadas como mujer dirigiendo un sindicato “ha conllevado una discriminación por razón de sexo en un cuerpo jerarquizado en cuya cúpula de mandos, desde el Jefe de la Policía Municipal (Simón Santamaría) hasta los mandos superiores, no existe ninguna mujer, siendo cuestionada y expedientada administrativamente más veces la demandante que cualquier otro compañero varón que también ejerciese las funciones o labores sindicales”. “Vulnerándose con ello su derecho a la libertad sindical al ser perseguida por esta doble condición”, indica la agente de Policía Municipal.

En la demanda se recuerda que “antes de acudir, como última instancia al amparo del TDEH ya se interpusieron varias denuncias por el acoso laboral sufrido ante todos los estamentos: denuncia ante la Inspección de Trabajo de la Seguridad Social que llegó a imponer unas medidas para la salud laboral que no fueron cumplidas por el Ayuntamiento de Pamplona, y en los Juzgados, buscando con ello la tutela judicial efectiva que le ha sido denegada, así como queja ante el Consejo General del Poder Judicial de España ”.

“Voy a ir a por ti”, le dijo Simón Santamaría

En la demanda se relatan los numerosos episodios de una situación de acoso que fue reconocido por la Inspección de Trabajo y Seguridad Social que dió un plazo al Ayuntamiento de tres meses en 2011 para evitar situaciones de acoso laboral que fue incumplido, y debido a nuevos hechos tuvo que emitir otro requerimiento para la imposición de medidas correctoras de incumplimientos en materia de prevención de riesgos laborales. Todo esto se incumplió por parte del Jefe de la Policía Municipal de Pamplona y por el Ayuntamiento, no llegando a realizar ninguna de las medidas recomendadas.

Uno de las hechos más graves fue cuando una de los afectados que era miembro de un tribunal de un concurso-oposición para dos plazas de subinspector denunció por dos veces irregularidades en el proceso, tanto en la custodia del examen como en la falta de entrega de actas, y el proceso se tuvo que paralizar. En uno de aquellos enfrentamientos el Jefe de Policía Municipal, Simón Santamaría llegó a amenazar verbalmente a la agente con la frase “voy a por ti”.

Meses después, el propio jefe de Policía Municipal dio orden directa de denunciar y que la grúa se llevase el vehículo particular de la agente cuando ésta acudía a una reunión sindical con el alcalde de Pamplona, pese a estar autorizado ese estacionamiento. Al final, la denuncia tuvo que ser anulada por orden del Tribunal Administrativo y devuelto el importe de la multa ya que el tribunal entendió que no había existido ninguna infracción de la agente al haber sido autorizada expresamente por un agente de tráfico.

Ese hecho dió origen a otro expediente contra la agente disciplinario impuesto por el mismo Santamaría “por faltarle el respeto” y le impuso 15 días de suspensión de empleo y sueldo. El procedimiento quedó resuelto el pasado mes de marzo cuando el Juzgado de lo contencioso-administrativo de Pamplona estimó el recurso de la demandante, anulando la sanción disciplinaria por no existir tal, y condenando en costas al Ayuntamiento de Pamplona.

Expedientada por ponerse una gafas blancas y nuevas amenazas

Amén de vetos a la participación de la agente en varias reuniones sindicales, que fueron sobreseídos por el Juzgado de Instrucción numero 4 de Pamplona, la agente relata otro expediente en agosto de 2012 este caso estimado, por “desobedecer la orden de un superior que le instaba a quitarse unas gafas de protección solar de montura blanca”.

Ese mismo mes de agosto de 2012, Simón Santamaría volvió a amenazar, según la denuncia, a la agente al asegurar en conversaciones con otros policías que “iba a acabar con la carrera” de la agente.

Aunque la demanda no lo recoge porque se refiere sobre todos a los dos procesos por acoso archivados, los expedientes a los agentes y denuncias penales de mandos contra éstos continuaron en los últimos años.