Los hosteleros de Pamplona se plantean cobrar por las reservas en restaurantes

Foto: Ignacio Solla
Foto: Ignacio Solla

Hablan de "buenas sensaciones" en los Sanfermines pero "con una facturación menor que en 2019" y resaltan diferencias entre la zona de la Plaza del Castillo y otras zonas de la ciudad

Los hosteleros de Pamplona se plantean cobrar por las reservas en restaurantes

Terminan unas fiestas en las que la hostelería destaca el buen ambiente vivido, la ausencia de incidentes como tónica general y la gran cantidad de personas que ha habido en Pamplona, de manera especial entre el 6 y el 9 de julio. Sin embargo, pese a la cantidad de personas que este año han vivido los Sanfermines, la facturación en hostelería ha sido en general menor que en 2019, ha asegurado desde ANAPEH. 

El 6 de julio San Fermín arrancó con las calles llenas, recuperando unas fiestas que han tardado dos largos años en volver, algo que se ha notado mucho en los primeros días en los negocios hosteleros, con la presencia de muchas personas, entre ellas las pamplonesas que este año se han quedado en vez de partir a otros destinos vacacionales. Durante los cuatro primeros días de San Fermín la ciudad, especialmente el centro, ha recibido a miles de personas tanto de aquí como de fuera, de manera especial  valencianos, madrileños, catalanes y vascos. Entre el público extranjero destaca la presencia de franceses, seguida de americanos.  Se echa en falta sin embargo a turistas británicos y australianos. 

San Fermín este año ha tenido dos partes bien diferenciadas, ente el chupinazo y el sábado y entre el domingo y el 14 de julio. Ha sorprendido de manera especial a la hostelería la poca actividad del domingo 10 de julio, que se esperaba fuera intensa. Cuestiones como el calor de la segunda mitad de la Fiesta han afectado a una bajada de público que era previsible a partir del lunes, pero que como decimos se notó ya desde el domingo.

En cuanto a la actividad hostelera los establecimientos de la Plaza del Castillo han funcionado muy bien al ser esta la parte más concurrida de la ciudad y disponer de una programación que ha concentrado a muchísimas personas. Sin embargo, esta capacidad de atracción ha conllevado que los establecimientos de las calles colindantes hayan visto reducida su actividad en las horas nocturnas, lo que ha tenido como consecuencia que, sobre todo a partir del 9 de julio, muchos de ellos optaran por cerrar antes de la hora prevista ante la falta de clientela. De hecho los bares en general han reducido sus horarios de apertura con respecto a anteriores ediciones. 

Otro hecho que viene sucediendo desde antes de 2019 es la bajada en la facturación de los establecimientos hosteleros, a pesar de la actualización de precios consecuencia de la subida de costes en todos los suministros. Si bien la inflación ha tenido consecuencias en la facturación, esta también se ve afectada por la excesiva presencia de negocios con licencias exprés que surten de comidas y bebidas en condiciones, en opinión de la hostelería, de abuso de competencia; con una normativa mucho más laxa que la que se exige a los bares y restaurantes.

Si atendemos al ambiente vivido en los locales, la hostelería destaca que estos han sido unos Sanfermines muy normales, con buen ambiente, ganas de fiesta y ausencia de incidentes como tónica general. 

Es una pena pero también una realidad la gente que reserva mesas para comidas o cenas y no aparecen. Como consecuencia de ello la hostelería se está planteando cobrar una parte de la reserva por adelantado.

Destacar también la buena ocupación de alojamientos fuera de Pamplona en los primeros días de las fiestas en las zonas mejor comunicadas con la capital, como Sakana y Aralar y las localidades de la Cuenca de Pamplona y aledaños.