El sindicato SPF de Policía Foral ha presentado una queja pública denunciando la falta de autonomía de los vehículos eléctricos utilizados por el cuerpo. A través de su cuenta oficial expresaron su preocupación por diversos problemas experimentados con estos vehículos, destacando tiempos de carga elevados, disminución significativa de autonomía al responder a situaciones de urgencia, y la imposibilidad de utilizar los vehículos durante dos turnos consecutivos.
La queja también resalta situaciones críticas, como la falta de respuesta a avisos debido a la limitada autonomía de regreso, así como la situación de patrullas que quedan "tiradas" en mitad de la carretera al agotarse la batería, requiriendo la asistencia de una grúa. A pesar de estos problemas, el sindicato señala que el Ejecutivo Foral persiste en su decisión de adquirir vehículos eléctricos, específicamente para los patrullas uniformados.
En un tono crítico, el sindicato cuestiona por qué los vehículos de los consejeros y la presidenta María Chivite no son también eléctricos. Se plantea la aparente contradicción de invertir en vehículos más costosos y, según el sindicato, inoperativos en comparación con vehículos patrulla convencionales.
