La mujer del periodista Pablo González cree que las prórrogas de la prisión preventiva buscan "doblegar su voluntad"

Ohiana Goiriena, la mujer del periodista Pablo González al que la Justicia polaca ha prorrogado este martes su prisión preventiva en Polonia bajo la acusación de espiar para Rusia, cree que, de esta forma, se pretende "doblegar su voluntad" para que confiese "lo que no ha hecho". "Están intentando hundirle totalmente", ha afirmado.

En declaraciones a Europa Press, Goiriena ha señalado que el tribunal, a la hora de tomar esta decisión, ha reiterado los cuatro argumentos que ya explicó hace tres meses, en la anterior prórroga, como son "el riesgo de fuga, la posible obstaculización de la investigación, la sospecha de que ha cometido delito y el hecho de que sobre él pesa una posible pena elevada".

La mujer del reportero ha afirmado que intentarán recurrir la prórroga de la prisión preventiva, pero teme que "el resultado será el mismo". "La respuesta será igual y tendremos que esperar otros tres meses para ver qué pasa", ha añadido.

Según ha afirmado, "la cuestión es que, en todo este tiempo", no se ha presentado "ninguna prueba nueva". "Si con lo mismo seguimos así, no tengo esperanza de que en tres meses cambie nada a mejor, al menos. Solo nos queda seguir luchando por conseguir esos derechos básicos, que son el contacto directo con Pablo, las llamadas telefónicas, visitas, y el derecho a que su abogado de confianza pueda asumir el caso, que de momento lo están impidiendo", ha indicado.

Ohiana Goiriena espera que se fije fecha de juicio "ya" y que el periodista vasco "pueda tener un juicio justo". Además, ha apuntado que las últimas cartas de su marido las recibió hace dos semanas y estaban fechadas a mediados de junio.

"Eran después de la primera prórroga y se le veía un poco desanimado, aunque físicamente está bien. Se cuida y hace deporte, dentro de lo que le permite el régimen carcelario. De ánimo, se le nota ya un poco alicaído", ha remarcado.

Para Goiriena, el mantenimiento del reportero en prisión preventiva responde al objetivo de "doblegar su voluntad para que firme lo que no tiene que firmar porque no es cierto". "Si no, no se entiende que le tengan seis meses incomunicado. Hasta los peores criminales tienen derecho a hablar por teléfono con sus familiares", ha concluido.