La torre de cardioprotección instalada por el Colegio de Enfermería en Pio XII vuelve a funcionar

La torre de cardioprotección instalada por el Colegio de Enfermería en Pio XII vuelve a funcionar

Unos desconocidos extrajeron el desfibrilador y produjeron desperfectos en la instalación en las noches de los sábados 22 y 29 de mayo. El aparato fue encontrado tras ser robado ya que cuenta con un geolocalizador

La torre de cardioprotección instalada por el Colegio de Enfermería en Pio XII vuelve a funcionar. Así lo han confirmado desde el Colegio, quienes tras los actos vandálicos sufridos en los dos últimos fines de semana por la torre de cardioprotección del Colegio de Enfermería de Navarra en la avenida de Pio XII, el órgano representante de los 5.700 enfermeras y enfermeros navarros condena estas acciones, que considera incomprensibles, y recuerda que pueden suponer de un delito de daños.

En funcionamiento desde el 17 de enero de 2020, la torre de cardioprotección fue instalada por el Colegio frente a su sede gracias a un convenio de colaboración establecido con el Ayuntamiento de Pamplona. Además de contar con un desfibrilador semiautomático (DESA) que puede ser utilizado por cualquier persona que sea testigo de una parada cardiaca, incorpora como novedad un kit con material para el control de hemorragias.

El primer ataque a la torre se produjo en la noche del sábado 22 de mayo, cuando unos desconocidos extrajeron el desfibrilador del poste y provocaron daños en la instalación. En la noche de este pasado sábado 29 de mayo, volvieron a romper el armario y, en esta ocasión, se llevaron el desfibrilador, que fue encontrado posteriormente por la Policía Municipal de Pamplona, gracias a que está dotado de un sistema de geolocalización.
Cabe recordar que este tipo de acciones pueden ser constitutivas de un delito de daños, denunciable ante el juzgado de lo Penal.

La presidenta del Colegio de Enfermería de Navarra, Arantxa Osinaga, ha condenado y lamentado los dos ataques sufridos por la torre de cardioprotección: “Si es difícil entender cualquier acto vandálico, todavía resultan más incomprensible estas acciones contra una instalación al servicio de la salud de ciudadanía. Lo único que consiguen los autores de estos hechos es impedir que una persona que sufra una parada cardiaca en la zona pueda ser reanimada en el menor tiempo posible porque el desfibrilador no está disponible. Esperamos que sean conscientes de las consecuencias y no vuelvan a repetirlos”.