La restauración de la ermita de Santa Brígida de Olite revela una muestra de pintura mural gótica de interés

Uno de los murales góticos que se ven en el interior de la ermita de Santa Brígida.
Uno de los murales góticos que se ven en el interior de la ermita de Santa Brígida.
La consejera de Cultura y Deporte y la alcaldesa de Olite han dado por concluidas hoy las obras en un acto simbólico de entrega de llaves 
La restauración de la ermita de Santa Brígida de Olite revela una muestra de pintura mural gótica de interés

La conclusión de las obras de restauración de la ermita de Santa Brígida de Olite, de titularidad municipal, llevadas a cabo por el Servicio de Patrimonio Histórico, se ha escenificado con un acto simbólico de entrega de llaves en el que ha participado la consejera de Cultura y Deporte, Rebeca Esnaola, y la alcaldesa de la localidad, Maite Garbayo.

El trabajo realizado por Patrimonio Histórico ha dejado al descubierto unas pinturas murales góticas que se pueden fechar hacia mediados del siglo XIV, realizadas en dos momentos diferentes y por dos artistas de muy distinta cualificación. Destacan las pinturas murales de la cabecera y crucero por la calidad de las mismas, aunque su estado de conservación es muy frágil.

Durante la jornada en la ermita, el Ayuntamiento de Olite ha planteado su compromiso por realizar una propuesta que permita el acceso público a su interior. Al tratarse de una ubicación apartada del núcleo urbano, las visitas se deberán realizar de forma guiada o concertada.

Las obras

Las obras han tenido lugar durante los últimos tres años, “al ritmo lento que requerían las pinturas murales, las tareas de eliminación de encalados y consolidación del soporte mural, así como diversos estudios de las pinturas y del interior de la ermita”, tal y como han explicado desde Patrimonio.

En paralelo, se han realizado trabajos de albañilería para retirar morteros añadidos sobre los encalados, para consolidar y sellar grietas en las bóvedas y muros, y para retirar el pavimento, “sorprendente y fuertemente afectado por largas raíces que habían penetrado en la nave desde unas higueras exteriores”, han recordado.

La restauración ha sido dirigida por los arquitectos de Patrimonio Histórico, Leopoldo Gil Cornet, actualmente jubilado, y Amaia Prat Aizpuru. Asimismo, por parte del Servicio de Patrimonio Histórico han intervenido Nora Oroz, arquitecto técnico, y Alicia Ancho y Violeta Romero, responsables de conservación y restauración de las pinturas murales.

Las empresas encargadas de la ejecución han sido Construcciones Leache y la empresa Conservación y Restauración del Patrimonio (CYR-PA). El proyecto de restauración de la ermita de Santa Brígida de Olite, ha supuesto un gasto de 308.000 euros.

La intervención en las pinturas ha supuesto un trabajo “extremadamente delicado”, tal y como señalan desde Patrimonio, debido “a la dificultad ocasionada por el mal estado de las pinturas, que han sufrido enormemente el deterioro que casi llevó a la ruina al edificio”.

En muchas zonas, resultaba complicado eliminar el encalado sin dañar los pigmentos de la pintura original. De hecho, se ha optado por no eliminarlo en su totalidad en espera de encontrar fórmulas que permitan hacerlo sin riesgo para la conservación de las pinturas medievales.

“La pandemia ha interferido negativamente en la realización de un estudio de tratamiento especializado para recuperar algunas zonas de pintura mural, tarea que se realizará, si procede, en años venideros, una vez se determine el proceso más adecuado que requiere técnicos especialistas en tratamiento de pintura mural medieval”, han comentado.

El interior pintado

El tramo abovedado de la nave presenta pinturas murales góticas que se pueden fechar hacia mediados del siglo XIV, dentro el estilo Francogótico. En los fragmentos que se veían hace años se reconocían varias escenas del Nuevo Testamento.

La mayor parte de las pinturas estaban cubiertas por un encalado muy adherido a ellas, mientras que el soporte de mortero de cal presentaba muchos defectos de adherencia con la fábrica de piedra, además de pérdidas puntuales por desprendimientos o más amplias en el inicio de la nave por un antiguo hundimiento de su bóveda.

Las escenas más destacadas del interior de la ermita son las del crucero y la cabecera, hoy parcialmente descubiertas, “que responden a una autoría de mejor factura que las representadas en la nave central”, según Patrimonio.

Por otro lado, se ha recuperado totalmente las pinturas de la capilla sur, con un interesante programa decorativo en torno a la vida de San Marcial. “Resulta muy significativo, por inusual, el adorno de flores de lis que presenta la capa de obispo”, han destacado desde Patrimonio.

“Se intuye que estos adornos, así como también las estrellas del firmamento presentes en la bóveda, eran motivos decorativos realizados en otros materiales”, han indicado, “como papel, policromados o dorados y adheridos a la pintura. Aunque ahora hayan desaparecido en su mayor parte, quedan ejemplos en algunas zonas de las bóvedas”.

La figura de San Marcial se representa como el primer obispo de Limoges y se le atribuye un poder sanatorio frente a la peste. Enterrado en la abadía benedictina de Limoges, una de las grandes iglesias de peregrinación del cristianismo occidental, la devoción en Navarra estaría favorecida por el origen francés de la monarquía a mediados del siglo XIV y por la influencia del Camino de Santiago.

“Se abre un interesante abanico de posibilidades para la investigación en torno a la pintura mural, su técnica, la iconografía o la representación del poder en este periodo de la Historia de Navarra”, han señalado.

Un edificio de estilo protogótico

La ermita de Santa Brígida de Olite, de titularidad municipal, fue declarada Bien Inventariado por Resolución 10/2013, de 31 de enero, de la Dirección General de Cultura - Institución Príncipe de Viana.

Se trata de un pequeño edificio protogótico de hacia 1200 situado en un paraje rural a unos 3 km del casco urbano de Olite, que conserva en el interior pinturas murales góticas realizadas en dos momentos diferentes y por dos artistas de muy distinta calidad. Consta de una nave de tres tramos desiguales y crucero amplio, de mayor proporción que la nave, que actúa como cabecera.

Ésta dispone de una bóveda apuntada armada con arcos fajones. La cabecera tiene una bóveda de crucería simple con arcos diagonales de sección rectangular, apoyados en medias columnas adosadas con capiteles lisos decorados con piñas en los ángulos, salvo en el muro frontal, que presenta simples capiteles sobre ménsulas. Los laterales se cubren con sendos tramos de cañón apuntado.

Los muros exteriores son de sillares y de sillarejo, armados con contrafuertes, que son dobles –recto y oblicuo- en la cabecera. La entrada se localiza a los pies, y consiste en un arco apuntado con un fino baquetón en la rosca, lo que lleva a situarlo en el siglo XIV. La cubierta es de laja.

La consejera Rebeca Esnaola, con la alcaldesa de Olite Maite Garbayo, acompañadas de concejales de Olite, personal de Patrimonio Histórico y representantes de las empresas restauradoras.